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La otra pasarela de moda

Hay lugares donde las tendencias están realmente a pie de calle: los mercadillos de los barrios y municipios

Ropa de temporada, en el mercadillo de Majadahonda.
Ropa de temporada, en el mercadillo de Majadahonda. DAVID EXPÓSITO

Hay otra pasarela de la moda en Madrid, más modesta y menos instagrameable que la Mercedes Benz Fashion Week Madrid —conocida como Pasarela Cibeles y cuya 70ª edición acaba hoy—, y que semana tras semana se presenta ante sus clientes. Es el comercio en mercadillos callejeros: no hay ningún día de la semana en el que no haya al menos uno en algún punto de la región.

El momento de vestir a un maniquí en el Rastro.
El momento de vestir a un maniquí en el Rastro.D. E.

Solo en la capital se celebran 27 mercadillos en la vía pública cada semana, según la lista en el portal web del Ayuntamiento. En toda la región, la Guía de los mercadillos de la Comunidad de Madrid contabiliza más de 180, con más de 2.700 autónomos apuntados en el Registro General de Comerciantes Ambulantes de la Comunidad. Alimentación —principalmente frutas y verduras— y textil siguen siendo sus principales protagonistas.

Un puesto de bisutería y productos de belleza en el mercadillo de Plaza Elíptica.
Un puesto de bisutería y productos de belleza en el mercadillo de Plaza Elíptica.D. E.

La Dirección General de Comercio y Consumo de la Comunidad gestiona el Registro de Vendedores Ambulantes, donde todos los profesionales que se dediquen a esta actividad deben estar inscritos. Los clientes siempre tienen derecho a recibir factura o tique.

Un puesto de ropa en el Rastro, en Rivera de Curtidores.
Un puesto de ropa en el Rastro, en Rivera de Curtidores.D. E.
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En un tiempo en el que la compraventa por internet está más extendida que nunca, en los mercadillos todavía se atrae al cliente con la retórica, la ironía, los juegos de palabras y la risa. Incluso los precios se regatean y aunque tradicionalmente solo se podía pagar en metálico cada vez más ofrecen la opción de pago electrónico. Nunca falta el comerciante que se desgañita para que no quepa duda de que lo suyo es bueno, bonito y barato. En fin, “todo a un euro”.

Un niño intenta alcanzar a una prenda en un puesto del mercadillo de Villaverde.
Un niño intenta alcanzar a una prenda en un puesto del mercadillo de Villaverde.D. E.

Los puestos son tradicionalmente un negocio familiar en el que participan padres e hijos. Cada propietario tiene que pagar un alquiler del espacio de suelo en el que se va a establecer. El que puede, trata de dar el salto a una tienda convencional para abrir durante toda la semana.

Un puesto de zapatillas en el mercadillo de Aluche.
Un puesto de zapatillas en el mercadillo de Aluche.D. E.

Está por supuesto el Rastro, que por tradición y por antigüedad es el más conocido y que se celebra cada domingo en la Ribera de Curtidores. Pero también tienen sus fieles otros más modestos, como el de Plaza Elíptica (jueves por la mañana) o el de Aluche (sábados por la mañana).

El Rastro también tiene puestos de chaquetas exclusivamente.
El Rastro también tiene puestos de chaquetas exclusivamente.D. E.

Su trabajo empieza al amanecer para tener los puestos preparados. Pasado el mediodía se empieza a recoger: se empaqueta de nuevo toda la ropa, colocándola en furgonetas. Una labor diaria de hacer y deshacerlo todo, ya que la mayoría se mueven por varios mercadillos en esta pasarela que nada tiene que ver con la gran cita de la moda en Madrid, pero que marca las tendencias de muchísimos ciudadanos.

Una mujer ojea varias prendas con su perro en brazos en el mercadillo de Majadahonda.
Una mujer ojea varias prendas con su perro en brazos en el mercadillo de Majadahonda.D. E.
El propietario de un puesto ayuda a una mujer a probarse unos zapatos en el mercadillo de Aluche.
El propietario de un puesto ayuda a una mujer a probarse unos zapatos en el mercadillo de Aluche.D. E.
Una mujer recoge la mercancía de su puesto del Rastro.
Una mujer recoge la mercancía de su puesto del Rastro.D. E.
El Rastro también se ha convertido en una atracción turística de los domingos.
El Rastro también se ha convertido en una atracción turística de los domingos.D. E.
Un hombre vende en el Rastro unos zapatos de tacón que se encontró en la calle un domingo por la mañana.
Un hombre vende en el Rastro unos zapatos de tacón que se encontró en la calle un domingo por la mañana.D. E.
Hay comerciantes de al por mayor que se acercan al Rastro a primera hora de la mañana a por ropa que luego venden en sus negocios.
Hay comerciantes de al por mayor que se acercan al Rastro a primera hora de la mañana a por ropa que luego venden en sus negocios.D. E.
En la mayoría de puestos del Rastro se paga en metálico, aunque hay algunos que permiten pagar con tarjeta.
En la mayoría de puestos del Rastro se paga en metálico, aunque hay algunos que permiten pagar con tarjeta.D. E.
Un grupo de personas busca entre los montones de ropa en el mercadillo de Aluche.
Un grupo de personas busca entre los montones de ropa en el mercadillo de Aluche.D. E.
El mercadillo de la plaza Elíptica se sitúa a la salida del metro.
El mercadillo de la plaza Elíptica se sitúa a la salida del metro.D. E.

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