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CosmoCaixa se expande con el Universo

El museo inaugura su nueva exposición permanente, llena de maravillas y sorpresas

Jacinto Antón
Imagen de la nueva exposición permanente Universo en CosmoCaixa.
Imagen de la nueva exposición permanente Universo en CosmoCaixa. ALEJANDRO GARCÍA (EFE)

En CosmoCaixa ahora puedes meter la cabeza en el Big Bang para fisgonear en los orígenes del cosmos. Puedes asimismo introducirte en un enorme cerebro humano y ver cómo funciona. Y puedes también asomarte a algunos de los secretos de cómo la vida aparece y prospera. El gran centro de ciencia barcelonés ha presentado hoy la renovación y ampliación de su exposición permanente, su corazón, que, bajo el título genérico de Universo, se convierte en un viaje apasionante por la ciencia, desde el principio de todo hasta las fronteras del conocimiento, algo que suena a frase de Star Trek o de Buzz Lightyear, pero que define perfectamente lo que es la visita.

Una visita por un espacio de 3.500 metros cuadrados en la que puedes asistir al primer segundo del universo (y unos cuantos millones de años más), observar fantasmagóricas ondas estacionarias, ver funcionar (y descubrir lo que es) un biorreactor, contemplar el tráfico aéreo, los huracanes, la contaminación o la extensión del dengue sobre una enorme reproducción de la Tierra, escuchar un terremoto, mirar a los ojos a un neandertal, comparar tu cerebro con el de una lubina o experimentar con un ferrofluido.

Con esta expansión, con diseño audiovisual de Mediapro, que se abre al público el jueves, CosmoCaixa se pone al día de los imparables avances científicos, sin perder por ello su esencia y la conexión con su historia y con la memoria de sus visitantes, y se coloca en disposición de afrontar los retos de futuro para un museo de su género.

La directora adjunta de la Fundación bancaria La Caixa, Elisa Durán, ha presentado la remodelación de la sala permanente del centro explicando que se cumplen 15 años desde la ampliación del antiguo Museo de la Ciencia (que abrió en 1981) que lo convirtió en CosmoCaixa . Ha señalado que han pasado 11,7 millones de personas por el museo (un millón el año pasado), el primero de su clase en España y un referente en Europa, y ha dicho que el centro responde con la remodelación de su exposición permanente al reto de “estar al día de contenidos y museografía, con todo el potencial de las nuevas tecnologías” para realizar mejor su tarea de divulgar la ciencia y estimular la curiosidad.

CosmoCaixa, ha recalcado Durán, es consciente de su responsabilidad para con el visitante, tanto el más habitual como el ocasional, y muy especialmente con el público escolar, en el que tiene como uno de sus objetivos principales despertar vocaciones científicas. El museo, ha recordado, ha realizado 45 exposiciones, algunas de ellas tan populares como la de dinosaurios del Gobi, Tecnorrevolución o la de la tiranosauria Trix, y ha tenido como invitados a personalidades de la ciencia como Peter Higgs, Jane Goodall, Frank Drake o Donald Johanson.

Durán ha reflexionado que el museo debe tener flexibilidad para adaptarse a todo tipo de público, anticipación para plantearse cómo ha de ser en el 2030 y capacidad de innovación. La renovación de la exposición permanente, basada en la interactividad y la emoción, ha de servir, ha añadido, “para irradiar nueva energía al resto de actividades de CosmoCaixa”.

La nueva exposición permanente se centra en tres secciones: Cosmos (origen del universo), Evolución (origen de la vida, hominización) y Fronteras (la mente humana y su capacidad de explora el conocimiento), que incluyen cada una múltiples ámbitos, módulos y experiencias. Se representan por un color (rojo, verde y azul, respectivamente) y tienen como puerta de entrada un gran elemento (la campana en la que experimentas el Big Bang, el biorreactor y el domo del cerebro humano). El enorme globo terráqueo en medio de la sala engarza las tres secciones y recalca la idea de que todo está interconectado y de que los seres humanos formamos parte del mismo planeta.

En la nueva sala, ha apuntado Duran, ciencia y arte van de la mano y en diversas instalaciones han colaborado artistas como Luke Jerram (esculturas que representan virus), Daniel Palacio (instalación sobre las ondas estacionarias) o Fabio Fogliazza, autor de una atrevida reconstrucción de un neandertal (con un aire de Magua, el hurón de El último mohicano). La exposición permanente ha crecido y cambiado (el 80 % es nuevo) sin descartar lo mejor y más recordado de lo que ya podía verse. El visitante nostálgico se encuentra así felizmente con el paisaje de incerteza, la bola de plasma o algunos otros viejos experimentos y objetos del museo. El Muro geológico y el Bosque inundado siguen asimismo flanqueando la exposición permanente.

También se ha inaugurado un lugar para las matemáticas, el Lab Math (sí, suena a Sónar), al que puedes entrar –e incluso debes entrar- aunque seas de letras o suspendieras las mates del bachillerato, y un ágora, un espacio con forma de gradas de teatro griego. Por su parte, Tatxo Benet, socio gestor de Mediapro, que posee una división dedicada a la creación y diseño de contenidos culturales y museográficos, ha explicado que su empresa ganó el concurso internacional para la exposición y que aportan su capacidad de creación audiovisual.

Del Big Bang a los ferrofluidos, pasando por los hominoideos

Si consigues sacar la cabeza de la campana del cosmos, donde en segundos vives un estremecedor y mareante viaje por los orígenes del universo (solo falta la voz de Carl Sagan para que el tripi sea completo), te aguarda por delante un largo recorrido que ríete tú del de Alicia en el país de las maravillas. Juegos que permiten entender las leyes que rigen la materia, imágenes asombrosas como el espectáculo de las ondas estacionarias, el artefacto digno del laboratorio de Bruce Banner (por lo verde) en el que crecen las algas ejemplificando la fotosíntesis y las posibilidades de usarlas para alimentar a la humanidad, el globo terráqueo y sus controles que parecen sacados del cuartel general de Spectra (en unos auriculares puedes escuchar el terremoto de Honshu de 2011) o una erupción submarina, los restos del prehistórico dinoterio ("bestia terrible"), la representación rompedora de un neandertal con plumas y pintura facial, el cerebro gigante en el que puedes entrar y en el que te encuentras un encéfalo vascularizado que parece una obra de arte, las pirámides móviles de ferrofluidos...

El paseo es una apoteosis de la ciencia y la sorpresa. Incluso lo que parece una fuente para beber agua (¡no lo haga!) se revela un mecanismo para explicar el efecto coriolis.

Entre los detalles preciosos las nanoestructuras de las alas de las gloriosas mariposas morpho y la influencia de la biomimética en la nueva tecnología lenticular (usada por ejemplo en los nuevos carnets de conducir), la comparacióhn de los mosaicos de Gaudí con un avispero o los ojos de un insecto, el huevo de ave elefante (Aepyornis maximus), la higuera en la que están subidos los hominoideos de 18 millones de años, la piel de tiburón comparada con los bañadores de alta competición y la quilla de tabla de surf en relación con la aleta también rugosa de una ballena jorobada...

Por quejarse de algo, el dispositivo para asomarse a la reproducción sexual puede resultar decepcionante: muestra solo huevos embrionarios de diptoquironómido...

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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