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El feminismo logra una foto histórica en el Parlament

Un texto aprobado simbólicamente persigue la igualdad efectiva y erradicar la violencia institucional

Una mujer con su hijo sigue el pleno especial en el Parlament en defensa del movimiento feminista.Vídeo: CARLES RIBAS / QUALITY
Àngels Piñol

El Parlament ofreció ayer una imagen histórica en defensa del movimiento feminista y de la igualdad total entre hombre y mujeres. Los 135 escaños del hemiciclo fueron ocupados ayer por sus 59 diputadas y 76 representantes de entidades sociales para aprobar una declaración simbólica que reivindica la equiparación total entre hombres y mujeres y plantea diversas medidas para lograr el objetivo. El texto, pactado entre el Consell Nacional de les Dones y los grupos del Parlament, se aprobó de forma simbólica a mano alzada y por unanimidad. El texto se someterá a votación en el Pleno del próximo día 23. Durante la sesión, que se prolongó por espacio de casi dos horas, no apareció ningún hombre por el hemiciclo más allá de los fotógrafos. El procés sobrevoló el pleno con aplausos a las políticas en prisión, especialmente a la presidenta Carme Forcadell.

El texto, de seis folios, es una declaración de intenciones en pos de la igualdad en seis ámbitos: los derechos humanos de las mujeres; la educación y la cultura; los laborales y económicos; la participación social y política; la salud y derechos sexuales y reproductivos y los derechos de las mujeres y niñas a vivir libres de violencias machistas. La declaración del Parlament de les dones plantea un plan para acabar con la feminización de la pobreza y modificar la Ley 5/2008 del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista para incluir la “violencia institucional”. La propuesta persigue que la Administración refuerce más a las víctimas detallando las tipologías, procedimientos sancionadores y reparaciones.

El documento recuerda un dato que casi produce escalofríos: los derechos de las mujeres concebidos como derechos humanos datan desde 1993. Y, a partir, de ahí, en cascada, reclama medidas como la paridad en instituciones —la Mesa no la cumple— y empresas; acabar con la brecha salarial o una atención sanitaria universal. Pero no en todos los ámbitos, los grupos y las entidades, que han gestado el texto en dos semanas, han alcanzado un acuerdo: no figura la mención a Carme Forcadell, en prisión por el procés, como reclamaban algunos partidos; ni considerar a las prostitutas trabajadoras sexuales —el PSC, históricamente, se ha opuesto a ello— o la gestación subrogada, que defiende Ciudadanos.

Con un salón de Plenos lleno y la sala de grupos atestada, la sesión contó con la presencia de las alcaldesas de l'Hospitalet y Santa Coloma de Gramenet —las socialistas Núria Marín y Núria Parlon—; las esposas de varios de los políticos en prisión; la exdiputada de la CUP Mireia Boya o la concejal de ERC Elisenda Alamany. “Somos 59 diputadas”, arrancó Adriana Delgado, diputada de Junts per Catalunya, que aludió a Forcadell, desencadenando una cerrada ovación. “¡Lideraremos la transformación feminista!”. La euforia de las impulsoras fue tal que la vicepresidenta del Consell Nacional de les Dones de Catalunya (CNDC), no pudo evitar antes de subir al atril y exclamar con los brazos abiertos: “¡Compañeras, ya somos aquí!”.

Tras la intervención de las ponentes, las portavoces de los grupos, sentadas en la Mesa, tomaron la palabra. La popular Esperanza García subrayó la fuerza que de las mujeres cuando, prescindiendo de sus diferencias, se estrechan la mano en defensa del feminismo. La cupaire Natàlia Sánchez —los anticapitalistas rechazaron que el presidente Roger Torrent saludara al hemiciclo— reivindicó que colectivos como Mujeres Pa'lante, de ciudadanas migradas, integren el Consell de Dones. Susanna Segovia, de los comunes, advirtió que la violencia machista no es una “seta” sino que es algo estructural. Y puso un caso personal: que ya nota como con su misma hija que se discrimina a las niñas.

Todas las portavoces soberanistas rindieron un tributo a las políticas en prisión y Sánchez pidió una ovación para Tamara Carrasco, la activista del CDR confinada un año y ayer entre el público. El procés sobrevoló la cámara y Noemí de la Calle, de Ciudadanos, replicó mostrando su apoyo a la “secretaria judicial acosada por los golpistas en el ejercicio de su trabajo”. Hubo un murmullo de desaprobación y zanjó: “Vamos a hablar de los puntos en común”. La cosa no fue a mayores: se leyó la declaración y la sesión acabó con aplausos y fotos de familia en las escalinatas del Parlament.

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