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‘IN MEMORIAM’ JUANJO GARCÍA ESPARTERO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El navegante de los mares del sur de Madrid

García Espartero ha sido el personaje más importante y respetado de la historia moderna de Vallecas

Juanjo García Espartero, en una protesta en la década de los ochenta.
Juanjo García Espartero, en una protesta en la década de los ochenta.SANTI VAQUERO

Hay personas tan importantes en la vida de uno que consigues recordar el momento y hasta los detalles más pequeños de cuando las conociste. Es el caso de Juanjo García Espartero, Juanjo el del Hebe para todo Vallecas, al que me encontré una noche de 1978 en un barrizal de Palomeras. El aguacero era tan intenso que no había rastro humano en aquellos descampados de Vallecas donde, sin embargo, crecían a diario espacios de fraternidad y de lucha. Afortunadamente, surgió en la noche, como una sombra, su figura menuda, en la que sobresalía su melena rizada, la barba lampiña y un bolso de tela al hombro que le acompañó durante muchos años. Me había perdido irremediablemente en aquel mar de chabolas y el personaje estaba allí para orientarme en el camino correcto hacia mi punto de destino.

Su imagen se me quedó grabada y, enseguida, le reconocí, cuando poco tiempo después coincidimos en una reunión de asociaciones juveniles, donde Juanjo era el puto amo. Entonces ya había fundado Los Hijos del Agobio, un grupo juvenil que marcó aquella época de efervescencia política. Dotado de una capacidad de liderazgo y de una intuición poco comunes, decidió orientar la rabia de aquellos hijos de la penuria hacia un movimiento juvenil unitario y logró aparecer en programas de televisión como lo que era: el líder de una generación de vallecanas y vallecanos que empezaban a ser adultos en el marco de una transición convulsa.

Con la victoria de la izquierda en el Ayuntamiento de Madrid, se dio cuenta de que se abría una gran oportunidad para que las demandas del movimiento juvenil fueran atendidas. Así compartimos el alumbramiento de la Casa de la Juventud, donde se unificaron grupos juveniles de distinta procedencia y logró dar un fuerte impulso al Festival Rock de Vallecas, que llevó al estadio del Rayo Vallecano. Surcó todos los mares de la utopía y, gracias a personas como él, nació la Batalla Naval de Vallecas, a cuya organización ha dedicado esfuerzo y cariño durante décadas. Luego, en medio de La Mancha, surgió nuestra querida Cofradía Marinera de Vallecas.

Así se forjó una amistad que ha permanecido inalterable durante más de 40 años. Hemos visto crecer y desarrollarse a nuestros hijos respectivos, los biológicos y esos otros hijos que han sido las construcciones sociales que hemos parido en todo este tiempo. El Hebe, la mítica sala de conciertos vallecana a la que Juanjo entregó los mejores años de su vida, un proyecto esencial defendido y luchado por toda su familia con su madre Carmen a la cabeza. En su escenario tuvieron su primera oportunidad bandas como Ska-P. Allí nació Tele K, otro proyecto vallecano, que no habría perdurado en el tiempo sin su generosidad. El Hebe, además de ser punto de reunión de generaciones vallecanas, era tierra de promisión que se cedía cuando cualquier causa justa necesitaba un empujón económico.

En su sentido más profundo, Juanjo García Espartero ha sido el personaje más importante y respetado de la historia moderna de Vallecas. No me sorprendió verle en el movimiento del 15-M y que diera el salto a Podemos dejando atrás una larga militancia en el Partido Socialista y anteriormente en el MC y en el PCE. Para mí fue una suerte que aceptara formar parte del equipo que ha gobernado las juntas municipales de Vallecas, hasta que hace apenas unos meses las fuerzas empezaran a fallarle. Su paciencia e inteligencia a la hora de resolver los conflictos más arduos, su capacidad de generar equipo y sus consejos han sido determinantes en estos cuatro años duros e inolvidables. Recuerdo su insistencia para que decisiones en las que evidentemente me había precipitado las reconsiderara nuevamente. Mi simbiosis con él ha sido tal que en una ocasión dije públicamente que yo solo sabía comunicarme por escrito, de palabra o por medio de Juanjo.

Una mañana, poco antes de caer enfermo, vino a verme con el firme propósito de convencerme para que me volviera a presentar a las elecciones. Me dijo que en lo único que tenía que pensar es en Vallecas y en la necesidad de ganar y frenar la amenaza del regreso de la derecha que ya se atisbaba. Lamentablemente no ha sido posible. Pero Juanjo llevaba razón y había que intentarlo, había que luchar como él ha hecho hasta su último aliento. En realidad, querido hermano, siempre hiciste conmigo lo de aquella noche de aguacero: orientarme para encontrar el mejor camino hacia la meta. Con tu ausencia nos hemos sentido perdidos en Vallecas.

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Paco Pérez es concejal de Más Madrid en el Ayuntamiento de Madrid.

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