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“Hay adolescentes que la tarde de un viernes van al teatro”

Juan Vergara, de 17 años, ha ganado el premio al mejor actor del del certamen de teatro escolar de la Comunidad de Madrid

Juan Vergara, premiado a mejor actor de teatro escolar de la Comunidad de Madrid, en su insitutuo, el Narcis Monturiol de Parla.
Juan Vergara, premiado a mejor actor de teatro escolar de la Comunidad de Madrid, en su insitutuo, el Narcis Monturiol de Parla.JAIME VILLANUEVA

En el instituto público Narcís Monturiol de Parla, el teatro es una de las actividades estrella para su alumnado. Su agrupación teatral, Macberianos, ha sido galardonada prácticamente cada año; este curso se ha llevado el premio de Teatro Escolar de la Comunidad de Madrid con la obra Sufragistas. Además, el macberiano Juan Vergara (Madrid, 17 años), protagonista del montaje, se ha hecho con el galardón a mejor actor protagonista. 

¿Se habla de teatro en los pasillos de un instituto?

Cada año va habiendo mucha más gente interesada; hay más demanda juvenil. Hace dos años, decías a nuestra clase que viniera a vernos y les parecía un rollo. Ahora ya no. ¡Algunos vienen hasta un viernes por la tarde!

¿Con qué se queda: fútbol o teatro?

Iba a fútbol y lo dejé por el teatro. Tuve que elegir y lo tuve claro. El teatro me llena: me hace sentir más yo.

No es lo habitual.

Todo el mundo está con el fútbol; casi nadie lo dejaría por el teatro. A mí me costó decidirlo —llevaba más de 10 años como portero—, pero el teatro y la gente me aportaban más en mi día a día y a la hora de formarme como persona. Me llena más subirme a un escenario que ponerme debajo de los palos.

¿Cuestionaron sus compañeros su decisión?

Para nada. En los cinco años que llevo en Macberianos nunca me han dicho nada ni atacado por el teatro. Me han apoyado y felicitado. Hasta los que no se han leído un libro en su vida me dicen que les gusta y que quieren ver más. Esto me llena de orgullo.

¿Qué le gusta del teatro?

Especialmente, ese poder que tienes sobre el público cuando estás en escena. Cuando tienen a la gente enganchada a la historia. En el teatro he encontrado la hermandad, el trabajo colectivo y también el amor. Aquí es todo equipo.

¿Aprende al trabajar los personajes?

Mucho. En esta obra, por ejemplo, he descubierto micromachismos cotidianos, diarios.

Porque Sonny, el personaje por el que le han premiado, es machista...

Muy machista. La obra se desarrolla en la época de las sufragistas y Sonny es un hombre joven que domina a su mujer. Su machismo va en aumento. Al principio quiere controlarla, pero cuando ella toma las riendas de su vida y se junta con otras sufragistas, sube el nivel. Al final, es un machista a tope. Es una persona odiosa; un cabronazo vaya.

¿Qué paralelismos ha encontrado en su día a día?

El machismo es algo que se da en la calle o en el instituto. Escuchas comentarios y dices: “Joder, qué fuerte”. Estás en un grupito y ni siquiera te das cuenta de la barbaridad que dices. Yo hay veces que digo: “Pero Juan, ¿cómo pudiste decir eso hace años?”. Esta obra me ha venido bien para estar todavía más concienciado.

¿Dónde y cómo descubre un adolescente el teatro?

En mi caso, por casualidad. Cuando salí del colegio no sabía casi ni lo que era. Llegué al instituto y Fernando, que es mi director, dijo en clase de Lengua que quien hiciera un monólogo tenía un punto más ¡Era un punto! A partir de ahí descubrí el grupo de teatro. Ese año no pude incorporarme, pero al siguiente fui al casting y entré.

Acaba de terminar bachillerato, ¿ha decidido qué hacer con su futuro profesional?

El año pasado dije: “¿Y por qué no vivir del teatro?” Quiero tomármelo en serio. He decidido que voy a estudiar arte dramático y formarme. En un futuro me gustaría formar parte de un grupo profesional. Sueño con poder ganarme la vida con el teatro.

¿Cómo ha sido compaginarlo con bachillerato?

[Risas] Estamos en una edad complicada, pero se lleva como se puede.

Le habrán dicho eso de que cuando uno se hace mayor, todo es más difícil.

Siempre hay complicaciones. Hasta ahora, lo que más nos afectaba a nosotros es el sistema educativo: que premia a la gente que memoriza, esa gente es la que gana. Prima más eso que el talento. Llegas, lo memorizas y lo escupes. Quien no sepa hacer esto parece que no vale: no puede explotar sus capacidades. Es como lo que dijo Albert Einstein sobre juzgar a un pez por su capacidad para trepar un árbol.

Escaso apoyo de la Comunidad

Desde el centro Narcís Monturiol reclaman más apoyo de la Comunidad de Madrid al teatro escolar. "Solo te dan alguna ayuda económica si ganas premios. Podía aportar mucho más no solo económicamente, sino en el ámbito logístico, cediendo más lugares y permitiendo que los institutos nos viésemos unos a otros", expone Fernando Sánchez, director del grupo de teatro del centro, que agradece al apoyo del Ayuntamiento de Parla. "Potencian muchísimo esto. Desde hace 18 años tiene una muestra de teatro, facilita una pequeña subvención y nos cede espacios públicos para que todos los institutos que quieran puedan actuar".

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