Ricard Reguant acusa a la empresa que gestiona el Apolo de estafa millonaria
Unos 200 trabajadores y artistas vinculados al teatro denuncian que Ethika Global les debe un total de unos 2 millones de euros
Cuando la empresa Ethika Global contrató como director artístico del Teatre Apolo a Ricard Reguant, este no se podía ni imaginar la que se le venía encima. "Parecía una empresa con recursos, en un despacho de lujo en la Diagonal, con 11 personas trabajando, con una facturación de 70-100 millones de euros... ¡Todo mentira!", se queja ahora el director. Esa empresa, que nada tenía que ver con el mundo de las artes escénicas y que quiso gestionar un teatro centenario como el Apolo, le debe 200.000 euros. A Lita Claver, 'La maña', más de 90.000 y, sumando las deudas a unas 200 personas entre actores, técnicos, empleados, proveesdores..., la cifra "podría pasar de los dos millones de euros. Es una estafda millonaria", han declarado este lunes Reguant y un grupo de afectados en rueda de prensa.
"Estamos ante un conglomerado de sociedades offshore, insolventes, opacas e instrumentales", ha especificado Miquel Mitjans, de Mitjans Advocats, el bufete que defiende a Reguant y a otros damnificados. El letrado, que ha dicho que ya hay al menos ocho demandas civiles interpuestas por impagos "y habrá más", considera incluso que la Fiscalía debería entrar de oficio en el asunto ya que se trata de "una organización que va más allá de la explotación de un teatro para saquearlo". "Cuando tomaron la gestión no pretendían en ningún caso tirar adelante el teatro, está claro que solo buscaban notoriedad, como las empresas buitre", sostiene Mitjans.
Para ello, según han explicado algunos de los afectados, no dudaron en mentir sobre las ganancias de las funciones. "¡No había ni micrófonos!", ha dicho el actor Joan Carles Bestard, que participó en Sherlok Holmes y el Destripador, en septiembre de 2018. "Decían que no había dinero porque el espectáculo no funcionaba y había 50.000 euros solo de entradas anticipadas...Dijeron que pararían el espectáculo y que nos pagarían religiosamente. Todo mentira".
Otros han sido pagados con pagarés sin fondos tras conciliació judicial, o les han dado largas durante meses, o les han prometido que "en cuestión de semanas" llegaría un inversor y podrían cobrar, o que tenían un comprador para el teatro. Alguno, como Bestard, recibieron incluso amenazas: "'Te podemos arruinar la vida', me dijo un responsable de la empresa, llegándome a coger por el cuello".Otros han empezado a cobrar parte de lo adeudado la semana pasada, pero la mayoría no se hacen ilusiones: "Son profesionales del engaño", ha subrayado Mitjans.
Ethika Global despidió a Reguant en diciembre del año pasado "por incumplimiento muy grave de sus obligaciones" y acusándole de los malos resultados artísticos y de taquilla. "Es mentira. Sherlock Holmes había recaudado 315.000 euros en dos meses", dice Reguant, que se excusa por no haber advertido de la situación a producciones que venían de fuera como la de Lita Claver, La maña, para su despedida: "¡No lo sabía!", dice Reguant, a quien engatusaron en innumerables ocasiones con presuntas subvenciones concedidas a punto de cobrarse, inversores interesados en participar en la gestión... se ha quejado el artista. "Hasta principios de enero [del año pasado] los espectáculos funcionaron muy bien".
Hasta la semana pasada Reguant no ha conseguido contactar con el propietario del teatro, un empresario israelí. "Él también los ha demandado, perolegalmente no puede hacer nada porque Ethika tiene la gestión del teatro para 25 años", ha explicado. "Él quiere que el teatro siga adelante pero, obviamente, con otra gestora. Hay tres empresas interesadas, dos de Madrid y una de Barcelona". Pero las condiciones que exige Ethika Global, que se quedó con la gestión para 25 años, son inasumibles: 80.000 euros mensuales de alquiler y un millón y medio por el teatro.
"La última mentira de la empresa", ha concluido Reguant, "es la de la semana pasada, cuando dijo que cerraba el teatro por fin de temporada. Es mentira. No tiene intención de volver a abrir en
septiembre porque han vendido todo lo que había dentro del teatro, incluso vestuario y escenografía que no era suya".
En declaraciones a Europa Press, fuentes de Ethika Global han dicho que la reclamación de los actores y empresas proveedoras no son ciertas, y que tras el cese de Reguant al frente de la sala "no subsiste deuda alguna frente a las productoras, ni por concepto de salario y otros emolumentos frente a los trabajadores, técnicos, ni personal de limpieza que han mantenido relación laboral con la dirección". Según la empresa, "ninguna obra ha arrojado beneficio desde noviembre de 2017 a diciembre de 2018, coincidiendo con el periodo en el que Ricard Reguant ha sido director general del Apolo".
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