La poesía de Batet, las Constituciones de Álvarez de Toledo y los puntos de libro de Borràs
Un día de campaña electoral entre discursos, libros y rosas
La jornada empezó lluviosa pero las candidatas por Barcelona a las elecciones generales ya estaban listas para mezclar sus mensajes políticos con rosas y libros. Algo así como “Bona Diada de Sant Jordi pero vótame a mí”. Las rosas rojas ganaban terreno en la calle a las amarillas excepto en el Palau de la Generalitat donde la cosa era más bien al revés.
La más tempranera en los paseos entre las paradas de libros fue la candidata socialista Meritxell Batet: “Hoy es un día especial y hay que celebrar la fiesta del libro. He pensado que la mejor forma de hacerlo es regalar libros a mis adversarios políticos en campaña. Son todos de poesía porque creo que hay que potenciarla más”. Digue'm la veritat sobre l'amor, de W. H. Auden, es el libro que eligió para Laura Borràs; para Inés Arrimadas optó por una antología de Federico García Lorca, en el caso de Gabriel Rufián fue Vent d'Aram, de Joan Vinyoli; para Cayetana Álvarez de Toledo, escogió Desglaç, de Maria Mercè Marçal, y El lament d'Europa, de Francesc Vélez, para Jaume Asens, cabeza de lista de En Comú Podem.
Batet arrancó el paseo en la parada de los socialistas de Rambla de Catalunya con caramelos y libros de cabecera socialistas, no faltaba el Manual de Resistencia de Pedro Sánchez o el de política más cercana de Jaume Collboni, Imaginem Barcelona. Entre saludo y saludo, encuentro con el ex presidente de la Generalitat, José Montilla. Un poco más abajo del paseo, cuando el sol empezaba a asomarse entre las nubes, era la número dos por Barcelona de Junts per Catalunya, Laura Borràs, la que no ponía reparo alguno a sacarse selfies con todo aquel que se lo pidiera, previa entrega de un punto de libro con fondo amarillo: “Un altre Sant Jordi sense vosaltres. Fem que sigui l'últim”. En el puesto de JuntsXCat también libros de política y por políticos —Escolta Europa, de Carles Puigdemont o 34 dies de tardor i 1 de primavera, de Borràs— y una televisión en la que aparecían en bucle las ruedas de prensa e intervenciones en mítines de los candidatos de esa formación desde la cárcel de Soto del Real. No todo el mundo sabe bien bien quiénes son los candidatos: “¿Quién es?” preguntaba una mujer a su amiga pasando por la caseta de Junts. “Laura Borràs, la de Esquerra”, le contestó.
Y en la esquina de Rambla de Catalunya con Gran Via, la candidata del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, firmaba y regalaba ejemplares de la Constitución. “Por una España de ciudadanos libres e iguales. Con afecto, Cayetana”, se leía en uno. Rosas y panes de Sant Jordi eran otros obsequios en la caseta popular en la que también firmaba Josep Bou, candidato del PP al Ayuntamiento de Barcelona, ejemplares de su libro Barcelona es España.
El paseo de Inés Arrimadas, la candidata de Ciudadanos el 28-A, fue largo, casi dos horas y media, desde Enric Granados hasta Passeig de Gràcia con la Gran Vía, para dar su apoyo a la Diada de Sant Jordi, una jornada que su partido propone, desde hace tiempo y sin éxito, que sustituya al 11 de septiembre como día nacional de Cataluña. La líder de la oposición compró Yo, Julia, de Santiago Posteguillo. Arrimadas saludó a una decena de personas que se le acercaron y, de paso, se hicieron con ella una fotografía. La comitiva de Cs saludó después a una caseta de catalanes constitucionalistas y otra en la que Manuel Valls le firmó a la líder del partido naranja su libro Barcelona, vuelvo a casa.
El líder de los Comunes, Jaume Asens, también optó por regalar libros a sus contrincantes. Por un socialismo republicano, de José Antonio Pérez Tapias, para Batet; para Borràs Entre Itaca i Icària —libro diálogo entre el exlíder de los comunes Xavier Domènech y el hasta ahora diputado de ERC en el Congreso, Joan Tardà — Tres dies a la presó —un diálogo entre Jordi Cuxart y Gemma Nierga—para Gabriel Rufián, mientras que para la candidata popular optó por Morder la manzana, de Leticia Dolera y La condició de l'home modern, de Hannah Arendt, para Arrimadas.
La Diada de Sant Jordi, no obstante, tuvo un acento más político en la tradicional declaración institucional del 23 a cargo del presidente catalán, Quim Torra, que pidió una mediación internacional para solucionar el conflicto político en Cataluña. Desde la Galería Gótica del Palau de la Generalitat, Torra denunció que era la segunda Diada con “presos políticos y exiliados” como consecuencia de la “represión” del Estado. Con una senyera y una estatua de Sant Jordi tocada con rosas amarillas, Torra llamó a “renovar hoy, con más fuerza aún, la lucha por el retorno y la victoria de la libertad”.
La declaración de Torra fue contestada por algunos de los candidatos al 28 A: “Lo que toca es que las fuerzas políticas españolas y catalanas nos sentemos a hablar”, comentó Batet. La candidata del PP afeó al presidente "contaminar" la festividad de Sant Jordi aunque a renglón seguido no dudó de calificar el nacionalismo como “la peste”. Arrimadas le vino a decir que “hoy no toca”. En cambio, a Borràs lo que le molestó fue que Pedro Sánchez afirmara en el debate televisivo del lunes que en Cataluña hay un problema de convivencia. Y el número dos de ERC, Gabriel Rufián, se preguntó si los líderes del PSOE y del PSC “pueden dormir tranquilos sabiendo que hay presos políticos que no pueden disfrutar de la Diada de Sant Jordi”.
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