¿A quién no le gusta bailar?
El proyecto fotográfico Bailamos bajo la lluvia muestra sin condescendencia a las personas con Síndrome de Down
Sonriente y segura de sí misma, Mónica posa delante de la cámara como si llevase toda la vida dedicándose a esto. “Me he visto bien. ¿Nerviosa? No, nerviosa no estoy, para nada”, decía esta joven, protagonista junto a sus compañeros y compañeras de la asociación Down Coruña del proyecto fotográfico Bailamos bajo la lluvia, que desde el 26 de abril hasta el 27 de mayo podrá verse en Madrid (The Showroom; paseo de la Esperanza, 5).
Con esta muestra, la fotógrafa Ana Amado (Ferrol, 1975) pretende acercar la realidad de las personas con Síndrome de Down y ofrecer una mirada diferente, “sin condescendencia y alejada de los estereotipos que la sociedad tiene sobre ellos”. “Son personas a las que, como a cualquier otra, les gusta salir, divertirse, trabajar, ser autosuficientes…”, dice Manuel Álvarez Esmorís, presidente de Down Coruña.
Todo comenzó hace un año, cuando la asociación coruñesa se trasladó a su nueva sede, obra del arquitecto Emilio Rodríguez Blanco. “Vimos las imágenes del edificio que Ana había hecho y nos encantaron. Llevábamos tiempo queriendo hacer unas fotos profesionales de los chicos y chicas de la asociación, pero no queríamos el típico calendario”, cuenta Álvarez. “Así que le propusimos hacer algo diferente”.
Fotógrafa especializada en arquitectura, Amado confiesa que fue un reto para ella, “pero la predisposición de estos jóvenes y su entusiasmo hicieron todo mucho más fácil”. “Decidimos buscar un hilo conductor para contar esta historia, que reflejará que no son diferentes del resto de la sociedad”, explica Amado. “Al final resultó ser algo tan sencillo como bailar, ¿a quién no le gusta bailar?”, se pregunta.
El proyecto se desarrolló en tres sesiones fotográficas en las que los protagonistas simulaban escenas de conocidas películas musicales como La La Land, West Side Story o videoclips de Michael Jackson. “De esta forma, todo fue mucho más divertido para ellos y a mí me resultó más fácil planificar las fotografías”, dice Amado y añade que también tuvieron en cuenta “la disponibilidad de los chicos y chicas y la hora del día para aprovechar la mejor luz natural que entraba en el edificio”.
El resultado: 50 fotografías en blanco y negro, a las que después se sumarían retratos en color de los participantes. “La idea inicial era conjugar arquitectura y personas, mostrarles divirtiéndose como cualquier otra persona. En blanco y negro porque se relaciona más con la fotografía artística”, explica la fotógrafa, quien durante la sesión se dio cuenta de que “el proyecto me pedía también retratarlos”. “Los fotógrafos sabemos lo difícil que son este tipo de imágenes, conseguir que una persona que no es modelo profesional pose ante la cámara con naturalidad, pero en este caso fue todo lo contrario. Eran ellos mismos, sin poses forzadas, sin nervios, enseñándonos una gran lección a todos”, añade. A las imágenes que se expondrán en The Showroom le acompañará un vídeo realizado por Rober Amado, que muestra el making off de las sesiones.
Al poco tiempo de haber finalizado el proyecto, Amado y los jóvenes de Down Coruña recibieron una gran noticia: Bailamos bajo la lluvia había quedado finalista en el prestigioso certamen Sony World Photography Awards, entre más de 320.000 trabajos procedentes de 20 países. Sus fotografías viajarían al corazón de Londres, a la sala de exposiciones Somerset House. “Te puedes imaginar sus caras, no se lo creían. ¡Menudo notición!”, cuenta el presidente de la asociación.
El miedo a la discapacidad
Como explicaba a EL PAÍS Inés Álvarez, presidenta del patronato de la fundación Down Madrid, “hay que perder el miedo a la discapacidad, hay que mirarlos a la cara y a esos bonitos ojos almendrados para conocerlos tal cual son”. La fundación madrileña lleva más de tres décadas de actividad y entre sus objetivos está la integración laboral de las personas con Síndrome de Down. “No trabajamos para ellos como antes, sino con ellos. Es un cambio de paradigma porque son personas de pleno derecho y nuestro objetivo es que asuman las riendas de su futuro”, decía Álvarez.
Para Ana Amado, este proyecto le hizo darse cuenta de que tenía muchos más prejuicios hacia las personas con Síndrome de Down de lo que ella pensaba. “Les tratas condescendientemente porque crees que no son capaces de hacer las cosas por sí mismos, pero no es así”, dice la fotógrafa y celebra que esta exposición pueda seguir visitando varios lugares y normalizar a estas personas. “El título es una metáfora de su capacidad para seguir adelante. Ellos bailan bajo la lluvia, se mojan, a pesar de que muchos no creen todavía en ellos”, concluye.
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