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Las 72 horas que salvaron la coalición de Podemos e IU

La posibilidad de desbancar al PP azuzó una negociación al esprint para registrar a tiempo una lista conjunta para las elecciones autonómicas

Juan José Mateo
Isabel Serra (Podemos) y Sol Sánchez (IU) presentan la alianza de los dos partidos para las elecciones a la Comunidad.
Isabel Serra (Podemos) y Sol Sánchez (IU) presentan la alianza de los dos partidos para las elecciones a la Comunidad.víctor sainz

Al filo de la medianoche del viernes, los móviles de los principales dirigentes de Podemos, Izquierda Unida (IU) y Anticapitalistas echan humo. El plazo para registrar la coalición electoral de los tres partidos en la Comunidad está a punto de expirar. La división de la izquierda amenaza con reventar cualquier opción de desplazar al PP del gobierno regional, que ocupa desde 1995. Y sigue sin haber acuerdo entre las formaciones de Isabel Serra, Sol Sánchez y Raúl Camargo. Cuando las agujas del reloj entran en la zona de peligro, alejándose del viernes y acercándose al sábado, la tensión recorre los pasillos del Congreso, donde sigue viva una negociación que arrancó el miércoles. Así se viven las 72 horas que reconducen la división de la izquierda madrileña, que finalmente presentará tres listas a las elecciones: PSOE, Más Madrid, y la unión de Podemos, IU y Anticapitalistas (agrupados en Unidas Podemos Izquierda Unida Madrid en Pie).

“A las 23.30 estaba todo roto”, resume Camargo, de Anticapitalistas, sobre los 30 minutos frenéticos que sirven para cerrar un acuerdo justo antes de que venza el plazo legal. “No he vivido una cosa así en mi vida”, reconoce. “En los últimos minutos decidimos que había que hacerlo, a pesar de todo. En el caso de Madrid en Pie [la unión de IU y Anticapitalistas] ha habido un gran ejercicio de responsabilidad”, añade sobre la alianza de IU y Anticapitalistas. Y remata: “Sabemos que hay gente nuestra que no está contenta, hay un sabor agridulce, no hay que ocultarlo. Hemos cedido en muchos puntos, pero nos ha guiado la responsabilidad. Había una demanda muy fuerte por parte de la gente trabajadora, en general, para que hubiera una única candidatura de izquierda alternativa y que los votos no se dispersaran”.

"El desbloqueo llega pasadas las 23.30, con varias llamadas entre Isabel Serra [la candidata de Podemos] y Álvaro Aguilera [el secretario general del Partido Comunista de Madrid]", coincide una fuente de la dirección regional de IU, que describe cómo representantes de los tres partidos implicados esperan a la puerta del registro de coaliciones del Congreso por si finalmente se llega a un acuerdo. "A las 23.57, Serra y Aguilera cuelgan por última vez. Y nos dicen que adelante".

La alianza se ha cerrado sin que se pronuncien las bases de los partidos

“En esa llamada, se le comunica a Aguilera que se le sube un puesto más en la lista a IU, del 17 al 16. Pero no sabíamos muy claramente qué habíamos acordado”, reconoce un dirigente de Podemos Madrid.

“Sí, se firma a ciegas”, remata otro integrante de IU, que recuerda que la concreción del acuerdo no llega hasta ayer sábado, ya a plazo vencido, cuando se sella un documento que recoge el reglamento de coordinación del futuro grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid, un acuerdo para articular la campaña electoral de los tres partidos y los seis puestos que logra Madrid en Pie dentro de la lista electoral de la coalición: 2, 6, 11, 13, 16 y 20.

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Todo empieza el miércoles. Hace tres semanas desde que las bases de IU han rechazado en referéndum la oferta de coalición de Podemos. Nada se ha movido desde entonces. Y las heridas abiertas entre los dirigentes de las dos organizaciones están lejos de cerrarse: que Serra diga en una entrevista en este diario que no tiene previsto variar su propuesta de coalición —ya rechazada— solo las ahonda. Sin embargo, una mezcla de lógica política, presión social y sentido estratégico obliga a un último intento antes de que venza el plazo para registrar las coaliciones.

— Nos pueden hacer una pinza entre Más Madrid e IU, alerta en la mañana del miércoles un dirigente de Podemos, que recuerda que hay que alcanzar el 5% de los votos para llegar a la Asamblea.

— Si hay confluencia será coalición, y será el día 12, aventura otro, fijando el viernes como el día clave.

A las 11.00 del miércoles, los teléfonos empiezan a hervir de mensajes de Telegram. Isabel Serra y Jacinto Morano encabezan las negociaciones por parte de Podemos. Álvaro Aguilera, Javier Viondi y Fernando Jiménez son sus contrapartes en IU. Nada es fácil en esas conversaciones. Además de los desencuentros personales, y de las discrepancias estratégicas, también pesa el vacío de poder que hay en Podemos Madrid —dirigido por una gestora—. En paralelo, la dirección estatal de Pablo Iglesias, a la que IU considera contraria al pacto, es puntualmente informada de los pasos clave, y cuenta con un representante de su máxima confianza: Jesús Santos, candidato a la alcaldía de Alcorcón. Hay muchas voces y criterios en la negociación. También cuenta el de Alberto Garzón, líder de IU.

— Esperamos que IU encuentre una fórmula para replantearle el acuerdo a su militancia, desliza entonces un político de Podemos.

— ¡Qué fuerte!, reacciona a esa idea un dirigente de IU. Nos comprometimos a seguir negociando hasta el último minuto, lo que dista mucho de replantear a nuestra militancia lo que por referéndum ha rechazado. Vamos mal porque quedan 48 horas para registrar la candidatura. El acuerdo sería posible, solo hace falta un mínimo de respeto y de voluntad, bienes escasos por lo que parece.

Cuando el miércoles está a punto de acabarse, IU emite un comunicado. Su Asamblea Político y Social del partido vota a favor de renunciar al primer puesto de la hipotética lista conjunta y a celebrar primarias. A cambio, solicita una mejora en los lugares que ocuparían sus representantes en la coalición —solicita el 2, 6, 9, 11 y 12 frente al 2, 6, 12 y 13 que ofrece Podemos— y garantías de que se cumplirá el programa. IU quiere reabrir las negociaciones.

— “Aún estamos a tiempo, compañeras”, lanza Sol Sánchez.

Pacto para evitar conflictos en la campaña municipal

El acuerdo firmado entre Podemos y los representantes de Madrid en Pie, que agrupa a IU y Anticapitalistas, también intenta resolver las contradicciones que puedan surgir durante las campañas municipales. Por ejemplo, Podemos ha anunciado su apoyo a Manuela Carmena (Más Madrid) en la capital, circunscripción en la que Madrid en Pie presentará a su propio candidato (Carlos Sánchez Mato). En consecuencia, los socios autonómicos serán rivales municipales.

“En aquellos municipios en los que Podemos e IU-Madrid en Pie concurran conjuntamente a las elecciones, se procurará que exista una imagen de tándem entre la candidatura autonómica y la municipal”, reza el acuerdo firmado ayer, al que tuvo acceso EL PAÍS. “En aquellos municipios en los que una de las dos organizaciones no concurra a las elecciones municipales, se podrá, de mutuo acuerdo, visibilizar esa referenciación de la candidatura municipal en la candidatura autonómica”, añade. “En aquellos municipios en que Podemos e IU-Madrid en Pie compitan (en coalición o no con más actores), no se podrá utilizar la marca de la candidatura autonómica para apoyar a ninguna de ellas (...) Existe el compromiso expreso de las dos organizaciones de que el respeto mutuo se mantenga entre las candidaturas que compitan, con el objetivo de trabajar de forma conjunta la campaña autonómica”.

Pero Podemos no emite respuesta durante el jueves. Solo silencio. Apenas unos mensajes entre dirigentes mantienen viva la esperanza de un acuerdo. Sánchez y Vanessa Lillo, su número dos, esperan hasta altas horas de la noche aguardando una respuesta. Sus compañeros de equipo aguantan hasta casi las 3, ya entrando en el viernes. Pero el jueves concluye sin avances y con una noche poblada de pesadillas tangibles, porque están hechas de recuerdos.

En 2015, IU y Podemos no logran un acuerdo. El partido de Alberto Garzón se queda fuera de la Asamblea, y Cristina Cifuentes (PP) es investida como presidenta por un voto. El riesgo de que la división de la izquierda vuelva a redundar en beneficio de la derecha espolea cuatro años después a los estrategas de las partes.

Y así arranca el viernes. A primera hora de la mañana, Podemos envía un mensaje reiterando la oferta que rechazaron las bases de IU, según fuentes de este partido. El equipo de Sol Sánchez lo interpreta como un mal augurio. El de Serra les matiza a lo largo del día: se han propuesto diferentes opciones, asegura un dirigente, y hay muchas mejoras sobre la mesa. La voluntad de acuerdo es firme. Pero a las 15.00, en el Congreso, hay una reunión. Y no se desbloquea nada. Cunde el pánico.

— Hay horas en las que parece que no se vaya a solucionar, reconoce luego una fuente de la candidatura de Serra. Y todos nos vamos preocupando.

 A las 20.30 ya hay políticos que transmiten que el pacto está cerca. Sin embargo, nadie da nada ya por seguro. El reloj corre, y el acuerdo no llega.

— Pinta mejor. Pero hasta las 23:59 hay posibilidades de que pinte peor, dicen en Podemos.

Así se llega a las 23.30. Queda media hora para cerrar la coalición. Son minutos de máxima tensión. Al final, IU y Anticapitalistas ceden en busca de la unidad. Los plazos legales marcan que sus direcciones firmen el acuerdo sin que lo valide el voto de sus bases. Habrá tres listas de izquierdas, y no cuatro. El primer paso para intentar un cambio de gobierno en Madrid.

Sobre la firma

Juan José Mateo
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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