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Sánchez Mato competirá con Carmena por la alcaldía de Madrid

El concejal de IU gana las primarias de la candidatura Madrid en pie municipalista

Gloria Rodríguez-Pina
Sánchez Mato, segundo por la derecha, en el pleno de Madrid.
Sánchez Mato, segundo por la derecha, en el pleno de Madrid.JULIÁN ROJAS

Carlos Sánchez Mato (Madrid, 49 años), de Izquierda Unida (IU), se ha convertido en el cabeza de lista de Madrid en pie municipalista, una candidatura que competirá con Más Madrid, de Manuela Carmena, desde la izquierda. El concejal tiene ese papel bien ensayado. En este mandato, desde que fue cesado en diciembre de 2017 como delegado de Economía y Hacienda, ha liderado la oposición interna al gobierno municipal del que forma parte como concejal de Vicálvaro y Latina. En las primarias de la coalición han participado 3.776 personas y Mato, ha quedado primero, seguido de Rommy Arce (Anticapitalistas) y Pablo Carmona (Ganemos y ahora, Bancada municipalista), pero la organización no ha desvelado todavía los resultados detallados.

Sánchez Mato está siendo investigado (antigua imputación) por presunta malversación y prevaricación por un juzgado de Madrid por el llamado caso Open de Tenis. En mayo de 2017, saltó a la luz que este edil junto con Celia Mayer habían pagado supuestamente con dinero público (unos 50.000 euros de la sociedad Madrid Destino) informes privados para investigar y denunciar* el convenio del Open de Tenis, firmado por el alcalde Alberto Ruiz Gallardón. El PP se querelló contra ambos.

Hijo de un policía nacional y una ama de casa que llegaron a Madrid desde el interior de Salamanca, Mato fue el segundo de cuatro hermanos y se crió en el barrio de Aluche. Padre de dos hijas de 18 y 22 años, a las que considera sus maestras en feminismo, el candidato es cristiano de base, trotskista y “admirador enorme de Marx”, y si tuviera que elegir un libro de cabecera se quedaría con Jesús, aproximación histórica, de José Antonio Pagola. El concejal, que ha militado en IU desde siempre pero no saltó a la escena política hasta las elecciones de 2015, aparece en las hemerotecas porque en 2002 se enfrentó a su parroquia, donde era coordinador de catequistas, y al arzobispado de Madrid, por un caso de abuso sexual a un menor. El colectivo que fundó, Iglesia sin abusos, llegó a tener conocimiento de más de 70 casos similares. A su madre en el barrio la señalaban y le decían que su hijo era un “comunista que está endemoniado”.

Antes de meterse en política Mato, que es economista, había trabajado siempre en la empresa privada. En 2011 entra en ATTAC (Asociación para una Tasación a las Transacciones Financieras y Acción Ciudadana) Madrid, procedente de una plataforma por la banca pública. Allí termina siendo coordinador. Su sucesor, Ángel del Castillo, le recuerda como “un hombre pausado, tranquilo, dialogante, profundo, un gran lector e intelectual”. Cuca Hernández, presidenta de la organización en España, le describe como “una persona de las más trabajadoras y más decentes” que conoce. “Siempre decíamos que, quizás porque era cristiano de base, tiene una paciencia de santo, y difícilmente vas a escucharle una frase de descalificación de alguien”, dice.

Mato ha llegado a la candidatura al Ayuntamiento después de que se rumorease que iría a las listas de las europeas y, tras un amago de presentarse a las primarias para el Congreso que frenó la dirección federal del partido. “Ha quedado fuera de todo y tiene la necesidad de continuar en política, de estar en el candelero”, dice una fuente que le conoce bien de su vida política.

Fuentes de Ahora Madrid, donde Mato se ha convertido en una nota discordante desde que fue destituido por su enfrentamiento con el exministro Cristóbal Montoro, recuerdan que puso al Ayuntamiento en riesgo de ser disuelto. “Sobreactuó y se pasó de frenada”, reconoce también alguien de la organización. “Vive la política desde la épica, con zonas blancas y negras y sin espacios de cesión o para incluir a los que no piensan como él”, dice otra fuente. Mato critica sin embargo que en aquel episodio, “hubo quien pensó que había que ceder al posibilismo personificado en Montoro y en las políticas de la derecha”. Desde su punto de vista, “hay una orfandad clara de la izquierda transformadora” y Madrid en pie espera ser “un instrumento útil que no se arruga ante las presiones de los poderosos”.

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