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La reforma del nudo Eisenhower acabará con 455 árboles

Los vecinos de Alameda de Osuna rechazan la solución para aliviar la A2

Vista aérea de la zona del nudo de Eisenhower delimitado en parte por la M-40 y la N-II, en Madrid.
Vista aérea de la zona del nudo de Eisenhower delimitado en parte por la M-40 y la N-II, en Madrid. PAISAJES DE ESPAÑA

Vecinos del barrio de Alameda de Osuna plantarán cara hoy al Ministerio de Fomento. No están dispuestos a pagar el peaje que supone desprenderse de los 455 árboles que se van a talar por la reforma del nudo Eisenhower, llamado así porque su inauguración coincidió con la visita a España en 1959 del expresidente estadounidense, y que aprobó en enero el equipo que dirige el ministro José Luis Ábalos. Esta reforma pretende descongestionar el corredor de la A2, porque soporta “una alta intensidad de tráfico que provoca frecuentes retenciones”, según el ministerio. Un problema en el que coinciden los vecinos, quienes, sin embargo, reniegan de la fórmula engendrada por los técnicos para solucionarlo.

Este plan para transformar el nudo Eisenhower supone la construcción de una glorieta y el ensanche de la avenida de la Hispanidad, paralela a la A2, para derivar el transporte público que circula por la autovía en sentido Madrid y que desemboca en la glorieta de Canillejas. Además, el plan de Fomento incluye la construcción de un paso subterráneo bajo la futura glorieta. El problema es que una vez comiencen las obras, cuya fecha aún no se ha determinado, desaparecerá, según el manifiesto que firman seis asociaciones vecinales, “la barrera natural que protege a los vecinos de la calle de Pinos de Osuna de la contaminación y el ruido”.

El ministerio, que ha presupuestado el proyecto en 23,65 millones de euros, reconoce el impacto sobre los árboles, un total de 843. Asume la pérdida de esos 455 ejemplares —el resto, 388, serán transplantados —, pero asegura que cumple la ley. La norma obliga a anteponer el transplante a la tala y que esta solo se produzca si los árboles “presentan un estado muy deficiente, pertenecen a especies invasoras o bien presentan un diámetro menor a 20 centímetros”. Un estado que niegan los vecinos: “Los árboles se encuentran perfectamente, y muchos de los que están sentenciados tienen más diámetro”, comenta Julián Moreno, presidente de los Foros Locales de Barajas, distrito al que pertenece este barrio de 26.000 habitantes y uno de los impulsores de la revuelta vecinal.

Moreno arguye que, además de la pérdida ambiental para el barrio, el proyecto no cumple con la idea de favorecer el uso del transporte público, ya que este ensanche “también lo podrá usar el transporte privado, lo que supondrá, según ha cuantificado el propio ministerio, 5.300 coches más que accederán a Madrid y que colapsarán la glorieta de Canillejas, una de las más congestionadas en la actualidad”. El ministerio asegura que “se está analizando la posibilidad de desplazar la glorieta proyectada a otro punto para minimizar las afecciones medioambientales”.

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