“En marzo traeremos a Madrid a un imam homosexual”
El marroquí Samir Bargachi creó Kif Kif para atender a inmigrantes LGTBi
Las personas procedentes de países de tradición musulmana suelen tener grandes problemas para asumir su homosexualidad y comunicárselo a su entorno. “Yo me di cuenta a los 14 años, cuando ya residía en España, y lo viví en silencio, con mucho sufrimiento, porque entre los marroquíes es un tabú”, explica Samir Bargachi, que nació hace 31 años en Nador (Marruecos), llegó a Barcelona en 2000 y se mudó a Madrid en 2008. Su inconformismo, oculto tras su voz dulce, lo llevó a crear la asociación Kif Kif (de igual a igual, en árabe) para ayudar a migrantes del colectivo LGTB [Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales].
¿De dónde nace Kif kif?
El impulso se debió a las detenciones de Tetuán de 2004, cuando el Gobierno marroquí detuvo a 43 personas acusadas de homosexualidad. El debate sobre la homosexualidad se puso sobre la mesa, fue un momento fundacional del activismo LGTB marroquí. A partir de ahí fundé la asociación Kif kif. Tuve que crearla en España porque en Marruecos la homosexualidad es delito.
¿Qué trabajo hacéis?
Nos centramos en la protección internacional de las personas LGTB y la atención a los migrantes y refugiados de este colectivo. El asilo ya está contemplado para personas que son perseguidas por su identidad de género u orientación sexual. Hasta que llegó Kif kif, no había en Madrid ninguna entidad que trabajase estos temas. En los centros de acogida se aloja a personas transexuales con familias sirias y la convivencia no es fácil. Nosotros tenemos recursos habitacionales, vivienda y mantenimiento básico para casos de emergencia social. Y luego tenemos asistencia social, apoyo psicológico, cursos de idiomas… Y damos formación a profesionales de la Administración y ONG.
¿Cuáles son los casos más duros que os llegan a Madrid?
Menores no acompañados del norte de África, y gente de Siria y Venezuela. En el caso de las personas transexuales de Marruecos, hay unos testimonios de violencia, de acoso, de violaciones… Mucha gente nos escribe desde allí antes de intentar venir a España. También nos escriben desde los centros de internamientos de extranjeros de Ceuta y Melilla, donde las condiciones son difíciles para todos, pero para las personas LGTB se convierte en un infierno, porque sufren malos tratos.
¿A qué tipo de situaciones se enfrentan estos refugiados?
Situaciones muy duras. Algunos han tenido que dormir en la calle porque no había sitio en los albergues. Además, los chicos jóvenes que llegan de Marruecos y Venezuela se ven obligados muchas veces a dedicarse al trabajo sexual porque no ven otra salida. Otros acaban en las drogas.
¿Cómo ha evolucionado Madrid respecto a la homofobia?
Hemos logrado muchísimas cosas, pero tengo miedo de que se puedan echar atrás los avances por el discurso explícito de la extrema derecha contra el colectivo LGTBi. Atacan todo lo que defendemos en Kif Kif: migraciones, refugio y colectivo LGTB.
¿Hay más homofobia en el mundo árabe?
La comunidad árabe tiene un grado de homofobia más alto que el conjunto de la sociedad. Nosotros trabajamos desde el positivismo, aportando al debate desde la reflexión. Creo que quienes debemos liderar los debates somos los propios árabes y marroquíes.
¿Cómo lucháis para romper los estereotipos?
El año pasado hicimos un iftar gay [la comida con la que se rompe el ayuno en Ramadán] y vinieron como 50 personas al Casino de la Reina, en Lavapiés. Sirve para conectar dos mundos, el religioso y el gay. Había personas trans vestidas al modo marroquí. La gente empezó a conversar y se contaron su vida. Lo vamos a volver a hacer este año. También estuvimos en las Noches de Ramadán con un punto de información arcoíris para informar sobre el colectivo LGTB. La respuesta que recibimos es muy positiva.
¿Y otras iniciativas más transgresoras?
En marzo vamos a traer a Madrid a un imam gay. Se llama Hernán Zamzam y es de Barcelona. Hay personas que tienen un problema de convivencia entre las dos realidades, ser musulmán y ser gay. Por eso apostamos por traer un referente positivo de que se pueden mezclar los dos mundos. En Reino Unido, Francia y Alemania hay comunidades musulmanas LGTB muy bien organizadas, y figuras relevantes, pero ese paso todavía falta por dar en España. En Holanda hay un centro académico musulmán LGTB.
Tres centros en la región
La asociación Kif Kif, que Bargachi creó para atender al colectivo migrante LGTBi, tiene tres sedes, una en la Puerta del Sol y otras dos en Alcalá de Henares y Getafe, donde emplean 14 trabajadores. Cada año asisten a unas 800 personas de forma presencial, y contestan a unos mil correos de Marruecos.
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