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Dance usted, que estamos en Madrid

No importa edad, condición, expectativas o preferencias políticas. Si quiere bailar, acabará encontrando dónde

HORAS DE RITMO EN LAS DISCOTECAS. Los locales por antonomasia para bailar hasta altas horas de la madrugada son las discotecas. Sus diversas salas y sesiones ofrecen todo tipo de posibilidades para los incondicionales de los ritmos, sea cual sea su edad o gusto.
HORAS DE RITMO EN LAS DISCOTECAS. Los locales por antonomasia para bailar hasta altas horas de la madrugada son las discotecas. Sus diversas salas y sesiones ofrecen todo tipo de posibilidades para los incondicionales de los ritmos, sea cual sea su edad o gusto.REPORTAJE GRÁFICO DE DAVID EXPÓSITO

En Madrid se baila mucho. Por doquier y a diario. Y bailar no solo tonifica los músculos y favorece la psicomotricidad, sino que acerca a las personas, hombres o mujeres, en todas las direcciones que contempla la combinatoria. El balanceo de caderas contribuye de una manera tan decisiva a las relaciones humanas que podríamos formular una consulta por Twitter a @RAEinforma parafraseando otra que ha hecho fortuna esta semana: “Necesito que me resuelvan una duda, señores académicos. ¿Ligar se escribe con be o con uve?”.

Si el filólogo tuitero de guardia sigue igual de rumbero que en fechas recientes, quizá nos responda que las dos formas son válidas: la be de baile siempre ha ido pareja, nunca mejor dicho, a la uve de la voluptuosidad. Y Madrid permite el acercamiento entre todas las edades, condiciones y preferencias. Acho Estol y Dolores Solá, integrantes del maravilloso dúo de tango evolucionado La Chicana, siempre cuentan que supieron el uno del otro, frisando ya la treintena, en una milonga tanguera junto a la plaza de Santa Ana. Lo gracioso del caso es que ambos habían vivido en Buenos Aires apenas a un par de cuadras de distancia, pero jamás coincidieron. El tango, esa “expresión vertical de un deseo horizontal”, que diría Discépolo: lo que ha unido Gardel, que no lo separe el hombre.

UNA CLIENTELA MUY FIEL. Las discotecas, como La Rosa (Carabanchel), que abre de lunes a domingo y desde la tarde hasta la madrugada, gozan de una clientela fiel. Personas que acuden en pareja, en grupo e incluso solas se reparten por las distintas sesiones de las salas, que adaptan sus temáticas a la demanda de estos públicos.
UNA CLIENTELA MUY FIEL. Las discotecas, como La Rosa (Carabanchel), que abre de lunes a domingo y desde la tarde hasta la madrugada, gozan de una clientela fiel. Personas que acuden en pareja, en grupo e incluso solas se reparten por las distintas sesiones de las salas, que adaptan sus temáticas a la demanda de estos públicos.DAVID EXPÓSITO

Bailar ayuda a relacionarse, eso está claro. Muchos somos hijos indirectos, quizá, de alguna noche tonta en el salón o la verbena. Mejor no preguntemos a papá y mamá todos los detalles, no vaya a ser. La chiquillería pipiola se arremolina desde muy tierna edad en torno a templos como Independance o las sesiones sin alcohol de las grandes salas (Kapital, Barceló, Joy Eslava, Capricho…). Otra cosa es que, antes de franquear la entrada, los chavalillos se las ingenien para sortear las restricciones al consumo de bebidas espirituosas.

EL REGUETÓN TRIUNFA. La música más popular entre los jóvenes, como el reguetón y el trap, suenan sistemáticamente en discotecas y locales nocturnos. Sus bailes son una mezcla de pasión, explosividad y contacto físico.
EL REGUETÓN TRIUNFA. La música más popular entre los jóvenes, como el reguetón y el trap, suenan sistemáticamente en discotecas y locales nocturnos. Sus bailes son una mezcla de pasión, explosividad y contacto físico.DAVID EXPÓSITO

Afianzadas estas experiencias iniciáticas, los meneítos rítmicos ya nos pueden acompañar por el resto de nuestros días. Pregúntele a cualquier trabajador social de confianza por el fervor que despiertan las aproximaciones corpóreas en nuestros centros municipales de mayores. Ahí hay temita. O dígale a algún taxista de confianza que su abuelo quiere “echarse un baile”, ya verá cómo en un pispás nos lo plantifica en el Gayarre (El Viso) o el Golden Gran Vía. El buen hombre no tardará en verificar aquello que cantaba el divino Leonard Cohen: no hay cura para el amor. A ninguna edad, porque ya advertía el recio refranero, y activen el control parental antes de seguir leyendo, que el hombre “pierde antes el diente que la simiente”.

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LA AFICIÓN EN LOS CENTROS DE MAYORES. Los centros de mayores de la región ofrecen numerosas actividades, entre ellas la de baile. En la imagen, el centro del barrio del Lucero, que organiza los viernes un baile de cinco a ocho de la tarde, con entrada gratuita.
LA AFICIÓN EN LOS CENTROS DE MAYORES. Los centros de mayores de la región ofrecen numerosas actividades, entre ellas la de baile. En la imagen, el centro del barrio del Lucero, que organiza los viernes un baile de cinco a ocho de la tarde, con entrada gratuita.DAVID EXPÓSITO

En Madrid se pueden practicar el perreo y el pachangueo casi en cualquier código postal. También el trap o el reguetón, más aún en las discos de filiación latina. Si en su mapa genético no hay huella del mar Caribe o latitudes vecinas, ni sueñe con emularlos: allí son seres superiores. En Cali (Colombia), capital planetaria de la salsa, los bailarines tenían costumbre de reproducir los elepés a 45 revoluciones en lugar de a 33, por no aburrirse. Así les pasa luego, que bailan a cámara rápida. Y no sea lo bastante iluso como para confiar en que es solo cuestión de práctica.

Sin aspiraciones tan elevadas, las clases de bailes de salón hacen furor ahora mismo entre los madrileños inmersos en la crisis de los treinta. Allí aprenden swing, mambo, merengue, charlestón, tango y, sobre todo, eso que ahora se denomina “socializarse” y en tiempos, sin tanto engolamiento, lo llamábamos “conocer gente”. Ah, estas academias tampoco están exentas de peligros, al margen de algún eventual esguince. Es peor percatarse de que la pareja es un muermo, con independencia de su pericia dancística. Y nada más característico que una ruptura amorosa para comprender que a partir de los 30 la vida ya es una continua sucesión de traspiés.

ABIERTOS A LAS NUEVAS TENDENCIAS. Las personas mayores no se mantienen exclusivamente en los bailes tradicionales, sino que se adaptan a cualquier género, incluso las últimas tendencias. Lo esencial es salir, compartir y bailar.
ABIERTOS A LAS NUEVAS TENDENCIAS. Las personas mayores no se mantienen exclusivamente en los bailes tradicionales, sino que se adaptan a cualquier género, incluso las últimas tendencias. Lo esencial es salir, compartir y bailar.DAVID EXPÓSITO

Así que relájese y baile, buena gente. “Primero olvide el miedo / y luego mueva un dedo muy despacio”, nos instruía Santiago Auserón en los ya lejanos años de Dance usted. Eso sí, sepa usted dónde danza en función de cuáles sean sus expectativas (o, en castellano moderno, su target). Si quiere imaginarse a Pablo Casado en sus años del colegio mayor, cuando escribía artículos ingeniosísimos sobre “lobas y zorras”, el lugar que está buscando se llama Mitty, antes Cats.

En caso de que le atraiga una alianza con la nueva España de Colón, asome por Serrano 41 su cuerpito ídem o juegue fuerte la baza de Gabana, clásico infalible entre los patriotas fetén. “Jugábamos al pádel, la veía sudar / Hacíamos el amor en los años de Aznar”, nos ilustraba el siempre mordaz Javier de Torres en una canción que llevaba el título de esta sala. Y si es de esos hombres con predilección por el género masculino, nada como La Boite. Pero apure, no sea que acaben llegando esos que prefieren trasladar los gais “a las afueras”.

APRENDIENDO A LOS CUARENTA. Las clases de baile son una posibilidad cada vez más escogida por las personas de mediana edad. Solo es necesario tener voluntad. Para muchos es un lugar distinto para socializarse y revitalizar sus vidas o las de sus parejas.
APRENDIENDO A LOS CUARENTA. Las clases de baile son una posibilidad cada vez más escogida por las personas de mediana edad. Solo es necesario tener voluntad. Para muchos es un lugar distinto para socializarse y revitalizar sus vidas o las de sus parejas.DAVID EXPÓSITO

Ah, una última cosa. Si le proponen la mastodóntica Fabrik, en Humanes de Madrid, está usted en su derecho de invocar el libre albedrío y decir que sí. Pero que le conste algo: aquí no nos hacemos responsables. Felices bes y uves, artista.

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