Los taxistas se quedan a las puertas
Los manifestantes no doblegan al Gobierno regional ni reciben el respaldo del Ayuntamiento, pero mantienen el paro y la concentración en Ifema
En un momento de calma durante la protesta frente a Ifema, el taxista Marcelino Álvarez, de 63 años, relataba ayer a sus compañeros lo que le había sucedido por la mañana al salir del vagón del metro. Les contó que al abrirse las puertas del vagón le salió del alma gritar “Viva el taxi”. Según él, los pasajeros se le quedaron mirando con cara de shock y nadie respondió. “Únicamente otro taxista que me vio me dio una palmada en la espalda y me dijo ‘muy bien”. Los taxistas de Madrid se sienten más solos que nunca. Desmoralizados por el fracaso de sus protestas en la inauguración de la feria del turismo (Fitur), el futuro del paro indefinido que iniciaron el lunes parecía incierto.
El presidente regional, Ángel Garrido, no cedió ante la presión de miles de taxistas dispuestos a empañar la imagen de la mayor feria comercial de Madrid. Tampoco el Ayuntamiento de Madrid les ofreció un respaldo evidente, más allá de unas frases conciliadoras de la concejal Inés Sabanés. En Madrid, ninguna institución se ha mojado siquiera a la hora de determinar un tiempo (sean minutos o un periodo más largo) para la precontratación de un servicio VTC, una de las demandas de los taxistas.
Los taxistas fiaron toda su estrategia en tratar de boicotear Fitur. Los cortes en los accesos a Ifema causaron que algunos participantes llegaran con retrasos de más de una hora. Pero la agenda del acto transcurrió conforme a lo previsto gracias al refuerzo del metro que usaron miles de los asistentes. Los que optaron por el vehículo privado tardaron hasta una hora y media en llegar a los recintos feriales al estar colapsado el acceso sur desde la M-40. Esos parones los aprovechó un manifestante para pinchar cinco ruedas de tres vehículos similares a los VTC. Ifema, con un millón de metros cuadrados de superficie, era un fortín demasiado grande para los taxistas, un colectivo que suma más de 20.000 profesionales. La Unidad de Intervención Policial (la UIP, los antidisturbios) montó un doble cordón de seguridad para impedirles el acceso a los pabellones.
Taxistas y policías jugaron al ratón y al gato durante toda la jornada. Congregados en las calles de la zona sur del recinto, los taxistas se sentían “sitiados” por la policía. Esta los rodeó por los cuatro costados para evitar que cortaran la M-40 y la M-11. Alrededor de las once y media de la mañana, los congregados bajaron a la entrada 7 de la M-40 y cortaron momentáneamente la autovía. Los antidisturbios intentaron disolverlos y recibieron un lanzamiento de objetos. Un atacante fue detenido. Hora y media más tarde, un reducido grupo de taxistas intentó colarse en el metro, pero varios policías nacionales lo impidieron.
Los taxistas continuaron sus protestas y rodearon la valla exterior de Ifema. Rompieron una tela metálica y más de un centenar de taxistas lograron entrar, a la altura del pabellón 12. La policía desplazó varias furgonetas de los antidisturbios, que lograron sacar los manifestantes del interior. Durante la mañana se registraron 11 heridos, cinco de ellos de ellos policías. Tres agentes y un manifestante fueron trasladados a centros hospitalarios.
Los Reyes sortearon a los taxistas y entraron al recinto a las 10.30 por una puerta lateral para hacer un recorrido de hora y media por los stands donde decenas de miles de directivos y trabajadores del sector turístico exhibían sus ofertas y hacían negocios. Entre las autoridades que recibieron a los Reyes se encontraba el propio Garrido, que le dijo a los periodistas que no iba a ceder ante la principal demanda los taxistas que es la exigencia por ley de un tiempo de antelación para contratar el servicio de un Vehículo de Transporte Concertado (VTC), los de las empresas Uber y Cabify. “Nuestro borrador está hecho, abierto a matices, a otras incorporaciones salvo un asunto, la precontratación”, dijo el presidente sobre el contenido de una propuesta de ley para regular el VTC que han estado negociando Comunidad y taxistas desde el lunes.
Algunos afectados por la protesta expresaban su malestar con los taxistas. “Hemos tenido que andar tres kilómetros con maletas entre coches por la autovía”, decía el dueño de un hotel en Salamanca, José Manuel Aguilar. “Todas estas situaciones de violencia absurda hacen que mucha gente no se atreva a venir”, añadió. “Que protesten sin jorobar al de abajo. Somos también curritos”, decía una trabajadora de Iberia, Lucía Elich.
Los taxistas celebraron una asamblea a las seis de la tarde en la que decidieron mantener el paro de manera indefinida. Luego, sacaron sus vehículos y circularon a baja velocidad en la rotonda de acceso a la M-40, lo que provocó de nuevo importantes atascos.
Caracol y Elite Taxi, multadas por colapsar la Castellana
La Delegación del Gobierno en Madrid ha multado a la Plataforma Caracol y Elite Taxi por estacionar centenares de vehículos en el paseo de la Castellana a finales del pasado julio y durante los primeros días de agosto. Este departamento gubernativo, que no ha informado sobre la cuantía de las multas, afirma que ambos colectivos incumplieron la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana 4/2015, conocida como Ley Mordaza, al impedir la circulación por el centro de la capital.
Los taxistas se apostaron durante siete días en los carriles del paseo de la Castellana. Ocuparon ocho de los diez carriles. Solo dejaron uno en cada sentido para el paso de vehículos de emergencia. La Policía Municipal cortó las calles adyacentes y desvió toda la circulación por las vías aledañas.
Fuentes de Plataforma Caracol explicaron ayer que no habían recibido todavía ninguna notificación de sanción.
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