El Govern refuerza el transporte público después de tres días de huelga de taxistas
Los conductores de VTC abandonan su protesta en la avenida Diagonal
La Gran Via de Barcelona ha despertado este domingo cortada durante el tercer día de huelga de los taxistas y de bloqueo de una de las principales arterias de la ciudad, en protesta contra el decreto que propone la Generalitat para regular las licencias VTC (utilizadas por Uber y Cabify). Los taxistas, que extienden su protesta a otros municipios catalanes como Sabadell, Mataró, Lleida o Tarragona, habían rechazado la noche anterior, aunque con dificultades para alcanzar consenso, la última oferta del Govern, con el que se reunirán el próximo martes. La lluvia ha puesto a prueba la resistencia del gremio y la de los corredores de la carrera Moritz Sant Antoni, cuyo recorrido ha coincidido con la protesta. Mientras, en la avenida Diagonal, los conductores de VTC, concentrados desde el sábado por la tarde en protesta por el mismo decreto, han retirado sus coches a primera hora de la mañana, y se reúnen este lunes con el Govern
El Govern reforzará a partir de hoy el transporte público después de tres jornadas de protesta de los taxistas en contra del decreto que propone la Generalitat. Así lo ha explicado el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, en una entrevista en RAC 1, en la que se ha mostrado decepcionado por el rechazo del gremio a su última oferta. La asociación Élite Taxi ha emplazado a la administración a negociar: “La tensión irá en aumento con acciones que escapan a nuestro control”.
El conflicto entre taxistas y empresas que operan con licencias VTC se enquista mientras las administraciones no consiguen dar con la fórmula de una regulación. Los taxistas, después de rechazar el sábado la última oferta del Govern, se reunirán con el consejero el próximo martes, y ya avisan que sus acciones se pueden recrudecer. Los conductores de VTC, que a primera hora han desconvocado su protesta en la Avenida Diagonal, se verán el lunes por la mañana con Calvet.
En medio está la movilidad de Barcelona. Ante el bloqueo de la Gran Via entre las calles de Entença y Girona, Calvet ha anunciado que reforzará el transporte público, tanto de metro como de autobuses. Una de las líneas más afectadas, la del Aerobús que conecta con el Aeropuerto de Barcelona-El Prat, ha cambiado de hecho su recorrido, que finaliza ahora en la plaza de Espanya y no en la de Catalunya.
La tercera jornada de huelga ha coincidido con una competición en el barrio de Sant Antoni, para la que los taxistas han despejado algunos carriles de la Gran Via, y con un día lluvioso y frío que desmotivó a algunos taxistas. Esther Cordero de 52 años, taxista desde hace 31, llevaba más de seis horas en su coche a media mañana. “He llegado a las 4.00 para que otros compañeros se pudieran ir”, ha comentado.
Según fuentes de las asociaciones de taxistas, la afluencia ha sido menor que los otros dos días de protesta, aunque los coches siguieran aparcados en la calzada. La jornada ha sido más tranquila que las dos precedentes, en las que grupos de taxistas agredieron a conductores de VTC y periodistas. Los siete detenidos del viernes han sido puestos en libertad.
La desafección por la lluvia se ha sumado al descontento de parte de los taxistas, que ven cómo su imagen se deteriora ante la ciudadanía mientras el Govern ofrece un decreto que pone cierto freno a Uber y Cabify.
El decreto que propone el Govern, que se aprobaría en las próximas semanas y que se desarrollaría en una ley integral en el plazo de un año y medio, incluye algunas medidas que cuentan con el visto bueno de los taxistas. Entre ellas, la prohibición de la geolocalización (el usuario no podrá elegir en un mapa el coche VTC que esté más cerca, para evitar “el mismo efecto que tiene la captación con la mano alzada”, exclusiva de los taxis) y la obligación de que los coches tengan que volver a la base o dejar de circular después de cada servicio y hasta que tengan una nueva reserva.
La última medida es la que obliga a precontratar los servicios de los VTC con, como mínimo, 15 minutos de antelación. Este plazo es, según los taxistas, “una tomadura de pelo”: reclaman que sea de entre 12 y 24 horas, aunque podrían aceptar menos. La última oferta del Govern, rechazada por el gremio, fue habilitar a los entes municipales y al Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que preside la alcaldesa Ada Colau, para que sean los que amplíen ese plazo con un reglamento propio. Esta ampliación podría variar según criterios ambientales, territoriales y de duración del trayecto. Es decir, en el municipio que tenga más contaminación o más población, o en el trayecto que sea más largo, deberán precontratarse con más antelación.
Calvet ha lamentado la “postura intransigente” de los taxistas, que rechazaron su oferta el sábado por la noche, y ha anunciado que su departamento continúa con el desarrollo del decreto. Calvet ha insistido en que su propuesta pretende que la combinación entre el decreto ley y la regulación de los ayuntamientos y el AMB “sea lo más competitiva posible para los taxis y más eficiente para el ciudadano”. En este sentido, ha lanzado reproches a Colau, a la que pide “que deje de esconderse detrás de la Generalitat, que se moje" y diga cuánto tiempo ampliaría el tiempo de precontractación del VTC. Aunque anima a la AMB a ampliar el tiempo de precontratación, el pasado viernes dijo que más de 15 minutos pondría en peligro “la robustez jurídica” del decreto que prepara.
"Nos ha tocado vivir la peor época del taxi"
Entre aplausos a los corredores de la competición Moritz-Sant Antoni, y parapetado en la puerta del maletero de su taxi, Óscar Oliver de 46 años y una década en el oficio critica la postura del Govern: "Se nos está dando la espalda para favorecer el capital especulativo que viene a quedarse con todo. Son multinacionales que tienen muchísimos recursos y acaban privatizando servicios públicos, y al final lo terminará pagando el ciudadano".
Siguiendo unos metros por la Gran Via, Daniel Núñez de 44 años grababa con el móvil la fila multicolor de los atletas. Según cuenta, a él le ha tocado vivir "la peor época del taxi", puesto que entró en el sector del taxi hace tres años. "La culpa fue del Gobierno central, que empezó a abrir la puerta. Después todo han sido promesas y más promesas de los distintos gobiernos que acaban en un callejón sin salida", apunta Núñez.
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