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La emancipación de los jóvenes sigue sin remontar el impacto de la crisis

Más preparados que la generación de hace una década, son pocos los jóvenes que logran irse de casa antes de los 30

Marc Rovira
Estudiantes en la biblioteca del edificio historico de la UB.
Estudiantes en la biblioteca del edificio historico de la UB. Albert Garcia

Los jóvenes catalanes están hoy mejor preparados y pueden presumir de un currículum más brillante que los de hace una década. Pero deben conformarse con lucir esos títulos en casa de sus padres. Más educación y mayores competencias digitales no sirven a la generación actual para elevar los registros de emancipación juvenil, que siguen estancados por debajo de los de 2009 y no remontan, por tanto, el fuerte impacto de la crisis económica.

Las malas perspectivas las certifica el Indice Sintético de Desarrollo Juvenil Comparado (ISDJC-2018), que analiza varios indicadores sociales y económicos de 46 territorios europeos: 28 países de la Unión Europea y 17 comunidades autónomas españolas. Cataluña encabeza las cifras de emancipación juvenil de toda España, pero está por debajo de la media comunitaria.

La conclusión es que emanciparse antes de cumplir los 30 años es un logro. Además, los jóvenes catalanes tienen más difícil irse de casa hoy que en 2009, a diferencia de lo que sucede en Navarra, Cantabria, Extremadura, Galicia y Asturias. Son algunas de las conclusiones del ISDJC-2018, un estudio elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (Fad). El informe ha radiografiado el grado de desarrollo de la juventud europea con datos de empleo, educación, emancipación, calidad de vida y salud y uso de las TIC.

Los pobres niveles de emancipación juvenil en Cataluña están directamente relacionados con los estragos de la crisis económica. Las últimas oleadas destacan una lenta recuperación del empleo, superior a los valores del conjunto de España, pero lejana a los niveles de 2009. Además, se incrementa la tasa de temporalidad y los trabajadores por cuenta propia, con lo que no se ahuyenta el fantasma de la precariedad laboral.

Ninguna comunidad autónoma escapa de los pobres registros en empleo y emancipación, dato que sitúa a España en los últimos puestos de la clasificación de desarrollo juvenil comparado, solo por delante de Grecia, Bulgaria, Italia y Rumanía. En Europa, el 30% de los jóvenes se emancipa entre los 20 y los 24 años, mientras que en España solo lo hace el 8%.

Las conclusiones del ISDJC son ligeramente más pesimistas que los últimos datos del barómetro europeo Eurostat, que indica que los jóvenes españoles se emancipan a los 29 años, de promedio. Los suecos, afirma Eurostat, son los más precoces en abandonar el nido: 21 años. Les siguen a poca distancia daneses y luxemburgueses. Los dos estudios coinciden, sin embargo, en que España, y todas sus comunidades autónomas, superan la edad media europea de emancipación juvenil, que se sitúa en los 26 años.

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En Cataluña, en la última década la tasa de emancipación de los jóvenes de entre 16 y 29 años ha pasado del 32,6% de 2007 al 23,8% de 2017, según la Agencia Catalana de la Juventud. En España, según los últimos datos del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, referidos al primer semestre de 2017, la tasa de los jóvenes emancipados menores de 29 años no llega al 20%.

Anna Maria Massó es actriz y reside en Barcelona. Superada la treintena lamenta que, en lo que se refiere a vivienda, su situación sigue tan inestable como cuando terminó sus estudios, hace una década. “Ni siendo pluriempleada me alcanza para vivir sola”, lamenta. Al margen de los papeles que le puedan llegar para actuar, da clases de interpretación, trabaja como animadora en fiestas y es socia del Bizarre Escape Room, una sala de aventuras en el barrio del Poble Sec. La hiperactividad laboral no le reporta solvencia como para independizarse. “No me queda otra que compartir piso”.

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