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“En Madrid he aprendido a ser más libre”

El músico Maximiliano Calvo actúa este jueves en el Café Berlín con todas las entradas vendidas

Maximiliano Calvo, en Vinícola Mentridana del barrio de Lavapiés.
Maximiliano Calvo, en Vinícola Mentridana del barrio de Lavapiés.KIKE PARA (EL PAÍS)

Se está acostumbrando a agotar las entradas cada vez que tiene un concierto. Maximiliano Calvo (Rosario, Argentina, 1989) vuelve hoy al Café Berlín con todo vendido. Llegó hace dos años a Madrid después de haber compartido cartel con The Killers, Muse o Phoenix en festivales en su Argentina natal. En su primera actuación madrileña cantó con Jorge Drexler Al otro lado del río, la canción que le dio el Oscar. Entre concierto y concierto, rara es la noche que no sale.

¿Se encierra para escribir?

Nada. Soy incapaz de escribir en casa. Me gusta escribir en los bares. Me nutro de eso. Quienes se toman copas solos en los bares tienen mucho más que contar, tienen más errores y vivencias que quienes aparentemente se mantienen en línea recta, ocultando los caminos paralelos. Esas vidas siempre tienen partes muy oscuras.

¿Qué encontró en Madrid?

Madrid anida a los artistas, por eso me quedé. No hay muchas ciudades que tengan esa energía. En Buenos Aires tristemente se ha perdido mucho. En Madrid hay lugares increíbles, sorpresas constantes. Me atrapó la mezcla que se genera en la noche madrileña.

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Obvio. Los fines de semana sale toda la gente que tiene una rutina, por lo que la noche es más de pura farra que de encuentro. Los artistas, los malandras con los que me gusta juntarme, compartimos el lujo de no tener que esperar a que acabe la semana. Hay sitios clandestinos, lugares donde uno solo puede llegar al conocer a alguien, pero también ocurren cosas asombrosas en la calle. La otra noche me quedé embobado escuchando cantar a senegaleses en Lavapiés.

En su primer concierto en Madrid cantó con Jorge Drexler.

Sí. Fue algo improvisado, estaba entre el público y prácticamente le obligué a subir al escenario. Después cerramos el garito y nos quedamos tocando. Me animó a quedarme a vivir en Madrid. No tenía claro qué hacer y decidí quedarme. Mi vida cambió por completo. Me dijo que me iban a pasar ciertas cosas que me han ido pasando.

¿Ha descubierto últimamente a alguien que se haya convertido en referente?

Sí. Hace unos días estaba ensayando con Maui, cantaora que me acompañará esta noche, y me dijo que le recordaba a su tío, Bambino. Desde entonces me siento muy identificado. Bambino generaba inclusión de los excluidos, de los outsiders. Lo que me atrae de él y del flamenco es la libertad. En Madrid he aprendido a ser más libre.

¿Su disco tendrá algo de flamenco?

Me he enamorado del flamenco y de la mística que tiene. He encontrado una forma de pasarlo por mí, mediante el tango. El tango nació también desde un sitio marginal. Se canta para sacar los males.

¿No se le echarán encima los puristas?

Siempre me acuerdo de un sitio de Buenos Aires que tenía un cartel que decía “Lo clásico siempre será vanguardia”. Con eso no digo que no haya que romper sino que no hay que perder de vista el origen. Creo que la gracia está en mezclar lo sanguíneo con las máquinas. Eso hace que todo se renueve.

¿Prefiere conciertos solo o con banda?

Ahora solo quiero con banda. He hecho más de 60 conciertos por toda España solo con mi guitarra. Los próximos quiero hacerlos todos con otros músicos. Ya he tenido suficientes aventuras solitarias.

¿Añora tener un grupo?

No. A los 17 me fui a Buenos Aires y grabé mi primer disco con Intrépidos Navegantes, mi primer grupo. Mis primeros pasos en la música fueron con la banda. Aprendí muchísimo. Lo único que espero es poder seguir haciendo música y que cada vez sea más honda, más real, con mejores historias.

¿Cómo será el concierto de esta noche?

Transformaremos el Berlín. Vamos a convertirlo en un club de los años 50. Carlos Fajardo, iluminador de Jorge Drexler, hará la puesta en escena. Será un concierto muy teatral. Me pongo en la piel de un contador de historias. Cuento una historia de elegancia, carisma y malicia.

¿Cuánto hay suyo en el personaje?

Todo. También la malicia. Todos tenemos una maldad necesaria que hace que podamos vivir en este mundo cruel.

De tocar en grupo a hacerlo en solitario

Nació en Rosario y se mudó a Buenos Aires con Intrépidos Navegantes, cuyo debut fue elogiado en las ediciones argentinas de Rolling Stone y Los Inrockuptibles. No hubo festival que no los reclamase. En solitario ha teloneado a Devendra Banhart. Su primer álbum, Quema, fue producido por Tweety González.

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