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La juez mantiene en prisión al Rey del Cachopo y lo manda a Soto del Real

César Román se niega a declarar pero dice en los pasillos del juzgado: "Soy inocente. No he matado a nadie"

En vídeo, César Román, el Rey del Cachopo, guarda silencio ante la jueza.Foto: atlas | Vídeo: Atlas

La titular del Juzgado de Instrucción número 32 de Madrid, Rosa María Freire, ha decidido este martes mantener en prisión provisional comunicada y sin fianza al empresario César Román, el Rey del Cachopo, quien se ha negado a declarar ante ella pero ha dicho en los pasillos del juzgado: "Soy inocente. No he matado a nadie". La juez investiga al Rey del cachopo por el homicidio doloso o el asesinato de su novia, la hondureña Heidi Paz Bulnes, cuyo cadáver fue hallado el pasado 13 de agosto, han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Según la misma fuente, la magistrada mantiene, "por el momento", la competencia de la investigación, ya que era el órgano judicial de guardia cuando se encontró el cadáver. Al tratarse de un posible crimen machista, es previsible que la magistrada lo envíe en un juzgado especializado.

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La imputación de homicidio doloso o asesinato será concretada técnicamente según se vayan practicando las diligencias de investigación en el marco de la instrucción judicial. Tras negarse a declarar ante la juez y una vez acordada la medida de prisión, Román ha sido conducido al madrileño recinto penitenciario de Soto del Real.

La magistrada ha acordado también el levantamiento del secreto de las actuaciones, que estaba en vigor en aplicación de la orden de busca y captura internacional, figura que hizo posible su detención el pasado viernes, día 16, en Zaragoza. El Rey del Cachopo ya estaba en prisión preventiva por orden de la juez de Instrucción número 8 de Zaragoza. 

El empresario, desaparecido en julio tras llevar a la quiebra cinco sidrerías en Madrid cuyo plato estrella era el cachopo asturiano, fue detenido cuando se ocultaba bajo la identidad de Rafael Luján. Se había rapado el pelo, había perdido unos 10 kilos y se había dejado crecer la barba. Trabajaba como cocinero en el bar Gerardo, en el centro de Zaragoza.

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Las tres evidencias más importantes recabadas hasta ahora por la policía contra él tienen que ver con la nave del barrio de Usera (Madrid) donde fue encontrado en agosto pasado parte del cadáver de la mujer. Se trata de las llaves que permitían el acceso al local, una llamada telefónica que realizó esos días y el testimonio del taxista que llevó a Román a este lugar con una pesada maleta.

Ahora, la investigación se dirige a reforzar estas pruebas y añadir otras nuevas. En el registro del piso de Zaragoza que compartía el Rey del Cachopo con dos hombres de origen dominicano fueron intervenidos cuatro móviles y tres tarjetas telefónicas de prepago que pertenecían al detenido. Las primeras pesquisas sobre ellos han revelado un intenso tráfico de llamadas durante los meses que permaneció huido. La policía intenta saber con quién contactó y si alguien pudo prestarle ayuda para eludir la justicia.

La policía también está intentado aclarar qué hizo Román con el dinero que acumuló justo antes de huir sin pagar a socios, empleados y proveedores de sus cinco restaurantes. Los investigadores han comprobado que sacó de sus cuentas cerca de 100.000 euros y que intentó vender la mercancía que acumulaba en sus locales a otros establecimientos de hostelería. En los registros de una de sus sidrerías, la policía halló decenas de kilos de carne podrida.

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