Colau limitará a 2.500 las bicis privadas compartidas
El Ayuntamiento de Barcelona obligará a las empresas de alquiler a proporcionar los datos que genere el uso de sus vehículos


La regulación de los vehículos compartidos que prepara el gobierno de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, prevé un tope de 2.500 bicis y de 3.500 motos (ahora hay 1.500 bicis y 2.325 motos). El Bicing, tiene 6.000. Además, obligará a las empresas de alquiler a proporcionar a la administración los datos que genere el uso de sus vehículos, a retirar vehículos de la calle si se estropean y a que las bicis se aparquen en las barras metálicas (las “u” invertidas). Todas, bicis y motos, tendrán que estar geolocalizadas.
A seis meses de las elecciones, la regulación se aprobará en dos fases: una parte necesitará apoyo político y la otra será un decreto de alcaldía. Por un lado, se tendrá que aprobar una tasa por ocupación de la vía pública de 71 euros al año por bici o moto. Esta votación quedó ayer aplazada al pleno de finales de este mes. Y por otro lado, Colau aprobará un Decreto de alcaldía sin tener que negociar con los grupos. Esta norma fijará las condiciones para las empresas que quieran operar en la ciudad.
“El bicisharing y el motosharing funcionan desde hace tiempo y, como cualquier otro sector que hace negocio y tiene impacto en el espacio público, tiene que hacerse corresponsable”, defendió ayer la teniente de alcalde de Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz.
Elección por sorteo
Además de las condiciones de la regulación, la ordenanza también prevé que para fomentar la competencia operen un mínimo de seis empresas: tres de bici compartida y tres de moto. Ahora hay cuatro de motos y dos de bicis. Su elección se realizará por subasta o por sorteo. Y las que operan actualmente (Donkey, Scoot o E-Cooltra) no tienen garantizado hacerlo en el futuro.
La regulación, que también contempla un regimen sancionador, deja fuera por ahora el coche compartido, porque la idea del Ayuntamiento es que acaben aparcando en plazas de aparcamiento subterráneo. Y tampoco prevé la entrada de patinetes de alquiler, porque la ordenanza de circulación obliga a las empresas a facilitar guía y casco a los clientes.
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