El dueño de una tetería de Leganés muere acuchillado en una reyerta
La víctima se ha desangrado tras sufrir una herida en el pecho
Mouad A., un marroquí de 33 años y dueño del bar de copas y tetería El Escondite del municipio madrileño de Leganés, murió en la madrugada de ayer tras ser acuchillado en el tórax dentro de su local. Las primeras investigaciones apuntan a que un grupo de clientes que se negó a marcharse en la hora del cierre fueron los que le apuñalaron mortalmente. Después se marcharon, sin que hasta el momento haya detenidos. La Policía Nacional ya tiene identificados a los supuestos autores, por lo que no se descartan arrestos en los próximos días e incluso horas.
Era poco antes de las tres de la madrugada cuando en el número 10 de la plaza de las Floras, cerca de la plaza de toros La Cubierta de Leganés, se empezaron a escuchar gritos, carreras y golpes con maderas y objetos contundentes. De repente, salieron de El Escondite un grupo de entre 10 y 15 personas a la carrera. En medio del silencio de la noche se oyeron gritos muy esclarecedores: “Le han pinchado. Le han pinchado”.
Mouad A. salió en ese momento malherido y sangrando abundantemente. Cayó desvanecido a la altura del número 3 de la cercana calle del Pensamiento. Supuestamente quería coger su vehículo y trasladarse al hospital, según fuentes policiales. Había recibido la herida por arma blanca en el costado izquierdo. “Al herido se le oía perfectamente cómo se quejaba. Lanzaba gritos de dolor”, describía una vecina de la zona.
A las 2.55, el teléfono de emergencias 112 recibió una llamada en la que los comunicantes alertaban de que una persona había recibido una cuchillada en el pecho. “Al poco se lo han traído hacia dentro de la plaza. Se oía a los policías pedir una manta para taparlo porque sangraba mucho”, recordaba una residente de la plaza.
Policías nacionales del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar hasta la llegada de una UVI móvil del Summa. Los sanitarios continuaron durante media hora hasta que al final certificaron la muerte. “De repente se ha hecho el silencio y lo han tapado con una manta. Por la emisora se ha oído que pedían a los policías que buscaran en las papeleras y en las alcantarillas desde aquí hasta La Cubierta para ver si recuperaban el arma blanca”, recordaba Alberto, otro residente. Los agentes estuvieron buscando con linternas en medio de la madrugada.
La policía cree que unos clientes le acuchillaron cuando el dueño de El Escondite les dijo que tenían que marcharse porque eran cerca de las tres de la madrugada y tenía que cerrar el local. Se inició entonces una discusión y la posterior agresión a Mouad A. De hecho, los agentes de Policía Científica hallaron restos de sangre en el interior del establecimiento. También había un reguero en la calle y manchas en medio de la plaza.
Mouad carecía de antecedentes policiales. Había abierto el bar de copas hacía unos cuatro meses. Su cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense, donde ayer por la mañana se le practicó la autopsia y no había acudido ningún familiar a reclamarlo, según fuentes judiciales.
Una zona que se ha degradado
Los vecinos de la plaza donde se produjo el homicidio aseguran que el ambiente se ha degradado en los últimos años, sobre todo por la apertura de los bares de copas de la plaza de toros La Cubierta. “Cuando cierran allí, se vienen aquí a hacer botellón o se meten en algunos locales que funcionan como afterhours”, afirman los residentes. Los clientes los abandonan a las doce del mediodía, cuando la gente va a tomar el aperitivo.
El local que ahora se llama El Escondite ha tenido varios dueños en los últimos años. Siempre ha sido “un local conflictivo”, según varios residentes. “No conocíamos al dueño porque este llevaba muy poco tiempo abierto”, reconocen los afectados.
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