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A juicio una pareja por consumir droga ante su hija menor que nació con síndrome de abstinencia

El fiscal pide ocho años de cárcel para los acusados que indujeron al consumo a otro hijo adolescente que precisó tratamiento de desintoxicación

Una pareja de Ribeira afronta una condena de ocho años de cárcel por tráfico de drogas y consumir habitualmente droga delante de su hija hasta que les retiraron la custodia cuando la menor cumplió cinco años.El fiscal relata en su escrito de acusación que la mujer ingirió cocaína y heroína durante el embarazo de su hija y que esta nació con síndrome de abstinencia del que se recuperó tras previas y numerosas consultas médicas.

En el juicio que se celebrará este miércoles en la Audiencia de A Coruña, el Ministerio Público expondrá además ante el tribunal que los dos acusados le facilitaron cocaína y heroína al hijo menor que tenía la mujer de otra relación anterior.

Según los hechos probados en la investigación judicial, la acusada consumió cocaína y heroína delante de su hijo, hasta que este dejó de convivir con ella a los dos años de edad. Cuando el niño cumplió los 15, señala el fiscal, ambos acusados, de forma habitual, “le facilitaron al adolescente sustancias estupefacientes a sabiendas de que eran para el consumo del menor y siendo conscientes del daño que le estaban causando a su salud”.

También la fiscalía incide en su relato que la pareja, en varias ocasiones, y siendo el niño menor, fueron con él a adquirir tanto cocaína como heroína. Además, subraya que el chico, con ayuda de su abuelo, se sometió a un tratamiento de rehabilitación que seis años después de iniciarlo no había logrado superar su adicción.

Pese al tratamiento por síndrome de abstinencia al neonato que recibió la hija al nacer, afirma el fiscal que sus padres, “de forma constante y cotidiana, desde que la niña contaba tres años y conscientes del daño que le provocaban, consumían cannabis, cocaína y heroína en su presencia”, hasta que, en el presente procedimiento penal se les retiró cautelarmente su guarda y custodia para entregársela a una tía.

“La menor estuvo respirando de forma constante dichas sustancias durante las noches e incluso por el día al estar con su madre”, denuncia el fiscal. “A consecuencia de esto, la menor, en el año 2011, contando con cinco años de edad, debido al contacto directo con la madre y a través de la aspiración de la droga por las mucosas o inhalación, se le encontraron trazas de cocaína y cannabis en el cabello, al estar expuesta de forma constante durante periodos muy prolongados a una situación medioambiental de consumo de estupefacientes”, añade la acusación.

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Expone la fiscalía que los efectos del consumo de cannabis en el cerebro infantil suponen una mayor incidencia de depresión infantil la cual se manifiesta con disartria y aumento del fracaso escolar. “Los efectos del consumo de cocaína son generalmente un deterioro de la coordinación motora, euforia, ansiedad, agitación y locuacidad, deterioro del juicio, retraimiento social y trastornos psicológicos, además del peligro de volverse adicto en etapas posteriores de la vida en comparación con los que no han probado las drogas”.

Aunque la niña, con seis años de edad todavía no mostró evidencias de alteraciones físicas y psíquicas, el fiscal advierte que “no puede descartarse la posibilidad de que aparezcan con el tiempo esos resultados”, por lo que solicita privar a los padres de ejercer la patria potestad hasta que la menor adquiera la mayoría de edad y pueda decidir.

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