Garrido defiende su candidatura para 2019 con ataques a las políticas de Pedro Sánchez

Sentado en la tribuna de invitados de la Asamblea de Madrid, el nuevo secretario general del PP, Teodoro García Egea, escucha un discurso que bien podría pronunciar Pablo Casado en el Congreso. Garrido aparece con un lazo con los colores de España prendido de la solapa. Ataca a Sánchez. Y entona un discurso lleno de referencias nacionales para reivindicar su figura. Cada crítica y cada gesto del presidente autonómico lleva el mismo mensaje implícito hasta la dirección del PP: aquí estoy y aquí quiero seguir en 2019. Cada promesa busca lanzar el mismo eslogan: hay programa electoral y proyecto para los próximos cuatro años. Y cada una de las medidas anunciadas por el líder regional —que apenas lleva 100 días en el cargo— se emite con el mismo significante: después de la dimitida Cristina Cifuentes, turno para Garrido.

“El Gobierno tiene en su mano ser parte del progreso de Madrid o convertirse en un obstáculo”, arranca el presidente de la Comunidad, que luego anuncia que impulsará una propuesta no de ley para garantizar que la región mantenga su política de impuestos bajos tras las elecciones. “Y esta situación nos preocupa”, reconoce. “No solo porque el Gobierno de Sánchez sea débil, sino porque para mantenerse en el poder a toda costa está haciendo débil al Estado”, sigue. “Débil ante el independentismo, débil ante el control del gasto, y débil ante los enemigos de la Constitución, de la convivencia y de la unidad de España”, añade. Y subraya: “Denunciamos que el Senado vaya a ser excluido del procedimiento para aprobar aspectos decisivos de la política presupuestaria. Una maniobra sin duda propia de otros regímenes políticos, letales para la libertad y la prosperidad”.

Sánchez. Cataluña. La Constitución. Felipe VI. La jornada queda marcada a fuego por la política nacional. Los anuncios de Garrido se escuchan entreverados de reivindicaciones frente al Ejecutivo central —principalmente, en infraestructuras y financiación—. Ante eso, tímidos aplausos de la bancada popular; protestas individuales de algunos diputados de Podemos —“¡No haga aspavientos, señoría! ¡Ustedes gestionan mal!”, lanza Garrido—; y un silencio sepulcral instalado en los escaños del PSOE.

 "El PP habla de defensa de la Constitución, pero todavía no es consciente de que Pedro Sánchez llega al Gobierno mediante un mecanismo constitucional [la moción de censura] y que está gobernando para todos los españoles", ha opinado tras el pleno José Manuel Franco, el secretario general del PSOE en Madrid. "Un presidente autonómico puede hablar, por supuesto, de los problemas del Estado español, pero era el debate del estado de la región de Madrid, y poco ha hablado de los problemas que tiene la Comunidad".

"He estado extasiada escuchando a Garrido hablar de una Comunidad de Madrid que no existe, parecía que describía el país de las maravillas", ha contrapuesto la portavoz de Podemos, Lorena Ruiz-Huerta. "Nos ha contado cien proyectos para la región. Si Sabina no hubiera compuesto su canción 'Más de cien mentiras' aquí tendría un magnífico material".

"Han demostrado que no tienen ideas, que su proyecto está agotado", ha dicho el líder de Ciudadanos, Ignacio Aguado.

Los partidos de la oposición ven en el discurso de Garrido —al que replicarán el viernes — una puerta abierta para observar desde fuera la lucha interna del PP. La formación conservadora ha encargado una encuesta para decidir los nombres que encabezarán tanto su lista regional como la capitalina. Y el debate del estado de la región sirve para mostrar las dudas de su dirección nacional: entre todos los colaboradores de Casado que visitan la Asamblea, ninguno defiende que Garrido sea el próximo candidato del partido.

Hasta Vallecas, sede de la Cámara regional, se desplazan el secretario general de la formación, Teodoro García Egea; la vicesecretaria Andrea Levy; o el presidente del Senado y líder interino del PP regional, Pío García-Escudero.

Todos ven cómo Garrido retoma en la tribuna su enfrentamiento con Sánchez, que empieza el día anterior, cuando el presidente del Gobierno anuncia la personación del Estado en la causa que investiga la venta de viviendas públicas a fondos de inversión. El líder regional reclama que la Constitución se cumpla en todo el país. Exige que se renueve el sistema de financiación autonómica. Y pide la unidad de todas las fuerzas parlamentarias: “Solicito expresamente su apoyo para defender la postura de mi Gobierno frente a la política arbitraria, incoherente y errática del Gobierno central”.

España. Cataluña. Enemigos de la Constitución. Independentistas. Formaciones radicales. Contra las paredes de la Asamblea retumban las palabras de Garrido. Nada es casual. Frente a la posibilidad de no ser candidato, el aspirante defiende sus opciones enarbolando las banderas más tradicionales del PP.