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Una hemorragia causó la muerte del atracador de Torres de la Alameda

Su entorno defiende que falleció desangrado por la herida de bala y no por cortes que se hizo él mismo, como asegura la Guardia Civil

Imagen del dispositivo desplegado este sábado en Torres de la Alameda.
Imagen del dispositivo desplegado este sábado en Torres de la Alameda.

Una importante pérdida de sangre ocasionada por varias heridas. Esa fue la causa por la que falleció Jesús V. el domingo, tras un enfrentamiento con la policía en Torres de la Alameda. Así lo certifica el informe preliminar de la autopsia, según fuentes de la investigación. Sin embargo, el acta de defunción, al que ha tenido acceso EL PAÍS, cita que su muerte se produjo a consecuencia de un “disparo de arma: shock hipovolémico (hemorragia) más infarto agudo de miocardio”. Su entorno defiende que Chechu, como era conocido, murió desangrado por la herida de bala de la policía y promete luchar “para que se sepa la verdad”.

Una portavoz de la Guardia Civil detalla que el tiro se produjo en una zona no vital del cuerpo. El joven fue detenido tras el disparo, en torno a las 13.30, pero entonces sufrió una parada cardiorrespiratoria, revertida por el personal sanitario del Summa. Luego se le trasladó al hospital de Torrejón de Ardoz, donde murió a las 15.00 según el acta de defunción elaborado por el Juzgado de Instrucción número dos de dicha localidad. Fuentes de la investigación sostienen que la autopsia preliminar es clara: Chechu falleció desangrado por las múltiples heridas que se produjo él mismo.

Jesús V.
Jesús V.

“Jesús murió por la herida de fuego. El resto [las autoinflingidas] eran muy superficiales como para desangrarse”, sostiene Israel Lojo, amigo del fallecido desde la infancia. La criminóloga Nuria Baras explica que es “muy difícil” determinar la causa. Para eso, indica, debería acceder al informe forense. Y explica: “Los cortes que se produjo, aún superficiales, pudieron ocasionar la muerte si tocó algún órgano vital, aunque fuese una vez. También pudo hacerlo el disparo. El shock hipovolémico se produce cuando el corazón no bombea suficiente sangre, aunque no se haya disparado a un órgano vital”. Las dudas las aclarará la autopsia definitiva, para lo que habrá que esperar casi dos meses, según una portavoz de la Guardia Civil.

“Todo son conjeturas”

El fallecido irrumpió el domingo a mediodía en un establecimiento de Torres de la Alameda, un municipio al este de Madrid de apenas de 8.000 habitantes. Una vez en la tienda, saltó el mostrador y tomó como rehén a una trabajadora de origen chino, a la que amenazó con un machete para que subiera a un coche. Llegaron juntos hasta la gasolinera situada en el polígono industrial de la localidad, donde la mujer logró escapar gracias a la ayuda de terceras personas.

“No sabemos por qué terminó aquí. Todo son conjeturas”, explica Carlos Sáez, alcalde de Torres. Chechu vivía con su padre en Nueva Alcalá, un barrio de Alcalá de Henares, a 11 kilómetros del lugar donde sucedieron los hechos. El joven trabajaba en un restaurante chino de la ciudad complutense, donde no aparecía desde el jueves. Iba a cumplir 30 años el próximo 13 de septiembre y sus amigos descartan que tuviera problemas, mucho menos económicos, ya que trabajaba y era “autosuficiente”.

Algunos testigos presenciales afirman que el domingo Chechu parecía “fuera de sí”, como si hubiese ingerido estupefacientes, algo que no se sabrá hasta que aparezca el informe toxicológico. Sus conocidos sostienen que el joven no consumía sustancias adictivas con asiduidad y que no saben qué le pudo ocurrir para hacer lo que hizo. También descartan que fuese un ladrón. De hecho, no se llevó nada de los dos comercios en los que estuvo antes de emprender la huida que terminó costándole la vida. “Las causas no están claras. No vamos a descansar hasta que se sepa todo lo que sucedió”, insiste un amigo.

El relato oficial es que Chechu trató de robar con violencia en un establecimiento regentado por ciudadanos chinos y en una gasolinera a las afueras de Torres de la Alameda. Al ser advertido por la policía, emprendió la fuga. Unos minutos más tarde, y tras una persecución policial por las calles del municipio, detuvo su vehículo y se atrincheró en un parque cercano al cementerio. “Salió a gritos en busca de la policía, con el cuchillo en la mano, autolesionándose y diciendo que lo mataran”, explica el alcalde de Torres. Y continúa: “Los agentes comenzaron a hacer disparos disuasorios. El joven trató de alcanzar a un agente y este le disparó en una pierna”. Su cuerpo ha sido incinerado este martes en el crematorio de Collado Villalba después de que el juez haya autorizado su enterramiento.

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