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Un policía fingió ser promotor musical para abusar de menores

El agente ofrecía a las chicas salir en videoclips a cambio de tener relaciones sexuales

Jesús García Bueno
Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP).
Dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP).PACO PUENTES

Ángel T. G., de 34 años, se presentaba ante las adolescentes como un promotor musical de éxito. Contactaba con ellas a través de redes sociales como Instagram, y en seguida les ofrecía la posibilidad de aparecer en los videoclips de sus grupos favoritos a cambio de mantener relaciones sexuales. Logró convencer a una de ellas, de 15 años, “por su inmadurez emocional”, subraya la fiscal del caso, que pide 24 años de cárcel por varios delitos para un hombre cuya carrera nada tiene que ver con la música: es agente del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y en los próximos días afronta el juicio por abusos.

Los episodios que ha podido rescatar la fiscalía para su investigación ocurrieron en el verano de 2016, entre junio y agosto. El agente de Policía -que está suspendido temporalmente de empleo y sueldo desde noviembre de ese año- entró en contacto con menores que seguían las cuentas de determinados grupos de música. Fingía ser el promotor musical de esas bandas, una “treta”, en palabras de la fiscalía, con la que consiguió “llamar la atención” de las menores. Iniciaba entonces su estrategia de acoso, primero a través de Instagram y después por WhatsApp y con llamadas telefónicas. Poco a poco, se ganaba la “confianza” e incluso la “admiración” de las menores, que lo veían como un hombre con recursos que podría mostrarles el fascinante mundo de la música.

En el escrito de acusación constan decenas de conversaciones en las que Ángel T. G. emplea toda clase de artimañas para mantener un contacto personal con las menores. Su primera víctima fue una adolescente de L’Hospitalet de Llobregat, a la que propuso “fumar porros” y “beber Jägermeister”, un potente licor de hierbas. Las alusiones al físico de la chica y las propuestas de índole sexual son la tónica general de los mensajes y llamadas que intercambió con ella al mediodía del 29 de junio de 2016. “Tienes cara de niña buena, pero a la vez así de diablilla. Y me he dicho, ¿por qué no si yo elijo a la gente que sale en los vídeos, la traigo con nosotros y que salga en el vídeo?”, en alusión a su falso trabajo de promotor. “Para tratar de impresionarla, le dijo que acababa de ganar 50.000 euros”, subraya la fiscal. Le prometió, además, que se la llevaría fuera el fin de semana, que le compraría ropa y que le presentaría a los miembros del grupo.

El agente de Policía intentó forzar la cita ese mismo día. Le propuso acudir a su casa pese a que era consciente —ella se lo había dicho, e incluso había aludido a que su aspecto era el de “una niña”— de que tenía 15 años. El acusado, que se sentará en el banquillo el 12 de septiembre, tenía muy presente que podía sufrir un problema legal. Y por eso le advirtió a la chica de que no debía contárselo a nadie. “Imagínate si me dices que sí y mañana me vienes con problemas”.

La adolescente, finalmente, accedió a recibirlo en su casa a cambio de sus vagas promesas. “Creyó que con ello lograría formar parte del videoclip”, incide la fiscal. Ese día, él le practicó sexo oral, pero no tuvieron relaciones completas porque ella se negó. También le ofreció marihuana. En el registro de su casa, los agentes hallaron varias cantidades de esa sustancia y de cocaína. Días más tarde, Ángel intentó volver a quedar con ella con idénticas promesas. “He estado estos días grabando cositas con esta gente... y vídeos y cositas guays y me acordé de ti a ver si quieres salir en algún vídeo con nosotros en plan regalo de cumpleaños”. Ella, esta vez, no quiso.

La menor sí accedió, en cambio, a presentarle a otras “amigas guapas” que igualmente querían conocer cantantes famosos. Fue así como Ángel logró hablar con otras tres menores. A la primera, de 15 años, le invitó a un concierto, le ofreció “un iPhone seis de esos que tengo tirado en casa potente” y quiso saber si era una “tía cañera”. La menor le había enviado fotografías en bañador a través de Instagram. No pudo quedar aquel día, dijo, porque estaba “castigada” sin salir.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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