Los terroristas de Ripoll fabricaron los explosivos de forma autodidacta
Los jóvenes se basaron en páginas web y publicaciones antiguas para crear una fábrica de explosivos
La célula terrorista responsable de los atentados del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils creó una fábrica de explosivos en Alcanar (Tarragona) de manera autodidacta. Los Mossos encontraron en su interior 100 kilos de peróxido de acetona, también conocido como TATP. Durante no más de dos meses, según fuentes policiales, el grupo de 12 personas se dedicó a comprar los precursores necesarios para fabricar explosivos. Todo basándose en páginas web y publicaciones antiguas, una especie de manuales, para llevar a cabo la masacre.
La fábrica de explosivos que montaron en una casa de Alcanar, en Tarragona, es algo inédito, aseguran fuentes del caso, que no se ha visto en ningún otro atentado en Europa. “Las últimas indicaciones que se habían dado desde el Estado Islámico eran sobre todo ataques de lobos solitarios, personas que atentasen solas”, explican fuentes policiales. Pero el grupo de chavales, emparentados entre ellos, y reunidos en torno a la figura del imán Abdelbaki es Satty, escogieron su propia fórmula.
Durante varias semanas se desplazaron a diversas tiendas de Cataluña y Valencia donde compraron agua oxigenada, acetona y demás productos para elaborar el explosivo. Luego en el interior dispusieron cartones, ventiladores, secadores... “Todo lo que habían leído que necesitaban”, explican esas mismas fuentes, que aseguran que ninguno de ellos tenía conocimientos de química. Aunque algunos sí tenían formación de torneros, y eso les ayudó a elaborar las granadas con mecha que encontraron, y al menos uno de los chalecos, que se recuperó casi completo, con tubos metálicos rellenos de material explosivo.
La policía sospecha que cuando estalló la casa de Alcanar, la noche del 16 de agosto de 2017, los jóvenes estaban manipulando ya los explosivos, probablemente para colocarlo en alguna de las furgonetas que habían alquilado. El atentado era inminente, aunque los agentes no saben aún qué día ni cuál podía ser la elección definitiva del grupo. “Como no sabían nada de explosivos ni cómo manipularlo, acabó estallando”, indican fuentes de la investigación. La casa se hundió hacia adentro y allí murió el considerado líder espiritual del grupo, el imán Es Satty, junto a uno de los jóvenes. Un tercero resultó herido.
A pesar de la muerte del imán, los jóvenes decidieron seguir adelante sin él, improvisando los atentados de La Rambla de Barcelona y Cambrils (Tarragona). Los investigadores sospechan que la radicalización del grupo de Ripoll (Girona) se inició antes de la llegada de Es Satty. “Probablemente comenzaron los hermanos mayores”, asegura, que a su vez radicalizaron a los más pequeños (hay tres grupos de familias en la célula). Y ya con ese caldo de cultivo, los entran en contacto con el imán, que ha llegado a Ripoll después de haber pasado un tiempo en la cárcel por tráfico de drogas y de haber intentado ejercer en Bélgica sin conseguirlo.
Durante un año, los investigadores no han logrado encontrar ningún nexo internacional de la célula terrorista catalana. Dos días antes del atentado, que improvisaron cuando estalló la casa de Alcanar, varios de ellos visitaron la Torre Eiffel en Francia. Ese viaje, aseguran fuentes de la investigación, les hizo pensar que había alguien más implicado. “Pero no hemos encontrado ninguna prueba directa de eso”, insisten esas mismas fuentes.
Se han analizado y cruzado centenares de datos de los teléfonos, los ordenadores y de todo el material que se encontró en los registros, sin que hayan encontrado datos de una persona que haga de enlace con el Estado Islámico. La policía francesa detuvo a dos personas, pero fuentes policiales aseguran que su relación con uno de los jóvenes de Ripoll se limita al tráfico de drogas.
La masacre, insisten los investigadores, hubiese sido algo nunca visto. Incluso intentaron alquilar un camión, pero no pudieron porque no tenían el carné de conducir adecuado. “Eso explica el desconocimiento con el que planeaban el ataque”, insisten esas fuentes. En la casa de Alcanar había además 100 bombonas de butano. Probablemente las querían colocar alrededor de los explosivos para amplificar los daños.
El juzgado de instrucción central 4 de la Audiencia Nacional ha levantado el secreto de una parte de la investigación, la menos delicada, ahora que se cumple un año. El contenido de los teléfonos y el resto de indagaciones que afectan a cómo se ideó el ataque sigue secreta. Está previsto que el próximo día 6 se tome declaración a dos testigos protegidos.
En busca del mejor sitio para atentar
En los teléfonos y ordenadores intervenidos a la célula de Ripoll, formada por una docena de personas, se han encontrado centenares de búsquedas. Desde cómo hacer el mayor daño posible en un atentado a buscar los sitios más propicios para hacerlo. Uno de los supervivientes de la explosión de Alcanar (Tarragona) declaró que uno de los lugares elegidos era la Sagrada Familia. Los investigadores descubrieron que también se interesaron por el Camp Nou o por discotecas de moda de Barcelona y otras localidades costeras. La policía no sabe, sin embargo, si realmente se llegó a planear con detenimiento el ataque a alguno de estos lugares. “Miraron todo lo que a cualquiera se le ocurriría para atentar”, aseguran fuentes policiales. Finalmente, tras la explosión en Alcanar que frustró sus planes, los supervivientes de la célula improvisaron el atropello en La Rambla, con una furgoneta que ya tenían alquilada, y luego el ataque en Cambrils. Asesinaron a 16 personas.
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