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Recuperadas otras cinco obras del legado Muñoz Ramonet

Las hijas del industrial entregan tablas góticas y un retrato del XIX

José Ángel Montañés
Cuatro técnicos llevando la obra que representa a San Francisco de Asís.
Cuatro técnicos llevando la obra que representa a San Francisco de Asís.Pep Herrero (FJMR)

La masovera que la familia de Julio Muñoz Ramonet tiene en la finca de Ca L’Isard (Los Cedros) de Sant Andreu de Llavaneres, se está acostumbrado a transportar obras de arte. Ayer, 12 días después de su primer viaje cargada con parte de las pinturas que el juez ha obligado a las hijas del industrial a entregar a Barcelona, volvió a viajar en su furgoneta hasta la calle Muntaner para entregar otros cinco cuadros más. Lo hizo al límite del plazo que había marcado la justicia: las 14 horas del 31 de julio. Todo, para evitar la multa coercitiva de 2.000 euros semanales que el juez estaba dispuesto a aplicar si no entregaban las piezas.

Como pasó el día 20 de julio las obras llegaron envueltas en papel plástico de cocina y sin ninguna medida de protección. Ni las que prevé la conservación preventiva ante cualquier traslado, ni la más mínima tomada con sentido común: “Las obras estaban mucho peor que las anteriores. No había roturas como ocurría con uno de los retratos anteriores, pero sí mucha suciedad, polvo y marcos llenos de carcoma”, explicaron desde la Fundación Julio Muñoz Ramonet donde no esconden su alegría por acabar con uno de los últimos capítulos de este culebrón que es la recuperación de la herencia que el industrial Julio Muñoz Ramonet dejó a los barceloneses en 1991 y que colea tras dos décadas de litigio entre sus hijas y el Ayuntamiento.

Los cuadros entregados son cinco de los seis que estaban previstos y que quedaron traspapelados en un error del secretario judicial a la hora de transcribir la relación. Se trata de Retrato de mujer de medio cuerpo, pintado por Ignacio Picazo en 1871 y cuatro tablas góticas: San Francisco de Asís, una obra firmada con signatura ilegible, según la nota que ha hecho pública el Ayuntamiento, de la segunda mitad del siglo XV. Jesús entre los doctores y Presentación de la Virgen al templo, dos obras que pertenecen a un retablo dedicado a la Virgen, del XVI. La última es una predela de un retablo de santos (San Pedro, San Juan y San Andrés por los atributos) de la Escuela Aragonesa, se asegura en la nota municipal; una pieza que pertenece al mismo retablo que la sexta pieza que no ha vuelto: otra predela que parece gemela a la anterior, algo que la familia ha alegado para no entregarla: “pensábamos que era la misma pieza y había un error”, aseguran que han dicho las hermanas.

Con el envío de este martes son ya 17 piezas las entregadas que han estado los últimos años en la finca familiar de Llavaneres y que constan en el inventario de 1971, el que ha hecho valer el juez para que se ejecute la sentencia que da la razón al Ayuntamiento en este largo litigio. Ahora faltan solo cinco: la predela que no se entrega ahora y cuatro piezas sobre las cuales la familia alega que no se corresponden con las que aparecen en los inventarios.

Las pinturas, tras ser recibidas por una empresa especializada (pagada por la Fundación Julio Muñoz Ramonet) que les ha hecho un primer reconocimiento acabarán otra vez embaladas y trasladadas al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) donde quedarán depositadas.

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Tal y como se anunció el día 20, el abogado de la fundación Eudald Vendrell presentó el lunes siguiente un escrito ante el juez pidiendo que se cumpliera con la entrega de todas las obras y si no se iría con la policía a buscarlas; una medida que ha tenido ahora su efecto y que permite a los miembros de la Fundación irse de vacaciones de verano con un buen sabor de boca. No se ha recuperado todo el legado (más de 350 obras) pero ya son 19 las pinturas que están a buen recaudo (en 2017 volvió una de El Greco y otra de Goya). “La fundación seguirá trabajando para conseguir la obra que las hijas no han entregado, así como que el conjunto del legado acabe en manos de su legítimo propietario”, dicen desde el Ayuntamiento.

¿Un Berruguete?

"El San Francisco de Asís es una obra muy interesante", se limitan a decir desde la Fundación Muñoz Ramonet. Pero no entran a valorar nada sobre su autoría —más allá de que la firma es ilegible—pese a que esta enorme obra de más de dos metros de largo, que en los inventarios utilizados para recuperar la colección, aparece como de Pedro Berruguete, uno de los grandes pintores castellanos de transición del Gótico al Renacimiento.

En estos listados imprescindibles también se apunta que esta obra se compró a un tal Mufo, el mismo que le vendió a Muñoz Ramonet en los años cincuenta un "tapiz gótico enmarcado", la obra Aparición del Niño Jesús a San Antonio, de Mariano Salvador Maella, el anónimo Bodegón con flores y frutas y un "mueble bargueño con taquillón".

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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