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Mercados sin tanto caché

El éxito del renovado Sant Antoni contrasta con la agónica supervivencia de otros espacios como el de Torrent Gornal, en L’Hospitalet

Alfonso L. Congostrina
Mercado del Torrent Gornal, donde la mayoría de paradas están cerradas.
Mercado del Torrent Gornal, donde la mayoría de paradas están cerradas.ALBERT GARCIA

El Mercado de Sant Antoni ha necesitado casi nueve años para resucitar sus instalaciones. El pasado miércoles, 60.000 clientes paseaban ansiosos por los pasillos de la renovada infraestructura. Los vecinos serpenteaban impresionados. Los comerciantes aspiraban a que la reapertura se dejase notar en sus cajas registradoras. Pero la situación de los mercados no es igual en todos los barrios. Fuera de la turística Boqueria o de los icónicos mercados de Sant Antoni y Santa Caterina hay instalaciones de mayor y menor tamaño. Las hay que tienen éxito entre sus vecinos y otros que desesperan a sus comerciantes.

Casi a la misma hora que Sant Antoni abría sus puertas, a cinco kilómetros, el mercado de Torrent Gornal, en el barrio de la Florida en l’Hospitalet de Llobregat, abría la persiana. El que hace unas décadas era uno de los mercados insignes del área metropolitana se dejaba llevar por el aburrimiento. “Estos, hace dos años que se fueron de la parada y nunca más se ha instalado nadie”, señala una carnicera. A diferencia de los pasillos rebosantes de Sant Antoni, solo media docena de ancianas pasean entre las paradas bajo la supervisión de dependientas, que ya no gritan a los cuatro vientos las virtudes de sus productos. “El Ayuntamiento nos ha olvidado, no invierten en el mercado, no organizan eventos para que venga gente…”, critica Paqui, una vendedora de legumbres.

En la parte exterior de la instalación sobrevive, como en Sant Antoni, un mercado de ropa. Si la instalación de alimentos frescos es desértica, la de textil es pura desidia. Persianas bajadas y aburrimiento máximo entre alguna parada de toallas del Barça y batas de las de estar por casa. Pedro y su esposa regentan una de las paradas rodeados de persianas cerradas. “Los domingos sigue viniendo gente, pero entre semana esto es así siempre. A este barrio le sacudió fuerte la crisis y la gente sigue haciendo lo imposible para llegar a fin de mes. Cada vez tenemos menos clientes”, lamenta. Entre los paradistas se encuentra Vilma Lagos, una modista de origen peruano cuya especialidad es diseñar los vestidos típicos de la fiesta de los 15 años. Un evento, típico de Latinoamérica, donde las niñas festejan en sociedad y con las mejores galas que están a las puertas de llegar a la edad adulta. “En este barrio vive mucho inmigrante que celebra los 15, para las vecinas españolas también diseño corsés”, informa. “Entre semana no pasa nadie por aquí, a veces pienso en marcharme”, lamenta.

El consistorio dice que la mayoría de los 38 locales goza de buena salud

El de Torrent Gornal contrasta con otros mercados de l’Hospitalet. El mercado de la Florida se reabrió tras unas obras hace unos años. Es todo nuevo y dentro, como en el caso de Sant Antoni, hay un supermercado. Mientras en el mercado de Torrent Gornal siguen las dependientas mirándose unas a otras, en la Florida un grupo de enfermeras ha colocado en un pasillo unas sillas y se disponen a impartir una charla sobre los beneficios de dejar de fumar. Las oyentes son un grupo de ancianas. Ninguna fuma pero las especialistas de la salud les toman la presión allí mismo.

Algunas calles del barrio de la Florida se asemejan al barrio barcelonés de Ciutat Meridiana. Mientras en Sant Antoni siguen entrando y saliendo clientes maravillados, en Ciutat Meridiana hace unas semanas que el Ayuntamiento de Colau cerró uno de los dos mercados del barrio: el de Nuestra Señora de Núria. El cadáver de la instalación permanece vacío en lo alto de la serpenteante calle Rasos de Peguera. “Cuando lo cerraron, reventamos el candado y lo okupamos para protestar por la pérdida del mercado. Nadie nos hizo caso. No vino ni la urbana”, lamenta un joven que prefiere preservar su identidad tras haber roto la cerradura.

Paradas vacías

“Nos han olvidado, no invierten ni organizan eventos”, critica una paradista

Tras el cierre, los vecinos han sido condenados a comprar en el mercado de Ciutat Meridiana, en la otra punta del barrio. Este mercado tampoco está para grandes alegrías. Pocas paradas, algunas vacías y algún vendedor que ha reciclado las vitrinas de una antigua carnicería para mostrar llaveros, peluches y pulseras.

Solo en la ciudad de Barcelona hay 38 mercados alimentarios. Por el camino no solo ha caído el Núria, sino que también cerraron el de Sagrera, el Carme, Vallvidrera y el Port. Tampoco han sido todo malas noticias: en los últimos años se han abierto dos mercados, el de la Marina y el Fort Pienc, en el interior de los cuales también hay supermercados. Sergi Clemente tiene un bar y una panadería en este último: “Gracias al Mercadona tenemos muchas simbiosis. Además, a diferencias de otros mercados, tenemos una clientela muy joven”.

También goza de buena salud el único mercado del barrio de Les Corts. Josep Maria, de Carnicerías Banach, destaca que pese a que la instalación no ha sido reformada, “el mercado es un polo de atracción”. “Tenemos clientela que viene de encima de la Diagonal, Sarrià, Tres Torres...”

El concejal de Mercados del Ayuntamiento de Barcelona, Agustí Colom, defiende que la mayoría de ellos goza de buena salud. “En los últimos cinco años, la capacidad de atracción de los mercados municipales ha crecido, pasando de un 17,7% de cuota de mercado de productos alimentarios en 2012 al 21% en 2017”.

Pescado, carne y verduras

El mercado más grande de Barcelona es la Boqueria —con más de 200 paradas— y los más pequeños de la capital catalana, con menos de 20 paradas, son los de Fort Pienc, Ciutat Meridiana, Poblenou y Guinardó. No existe ningún tipo de lista de espera de paradistas. Cuando una parada está disponible se saca a concurso.

En los mercados remodelados existe un 100% de ocupación de paradas, mientras que en el resto sí que hay paradas vacías. También hay una diferencia en los horarios. A los mercados reformados se les obliga a abrir todas las tardes de martes a sábado, mientras que los no remodelados no tienen la obligación de abrir por las tardes.

Según los datos de los que dispone el Ayuntamiento, el producto estrella de los mercados es el pescado. Los técnicos aseguran que esto se debe a que cada vez hay menos pescaderías en la ciudad. Después del pescado, los productos más vendidos son los cárnicos, la charcutería y las frutas y verduras. Por detrás están alimentos como el bacalao, los huevos, las legumbres y una amplia gama de productos precocinados.

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