Marihuana en botes de pintura

La Policía Nacional ha desarticulado a un grupo formado por 12 personas de nacionalidad china dedicado al cultivo, recolección y distribución de marihuana. La banda enviaba el estupefaciente oculto en botes de pintura para evitar que fuera detectado en la aduana. Los agentes de la Jefatura Superior de Policía de Madrid han desmantelado una plantación de 10.128 plantas y los cogollos que estos generaban. En total, han decomisado 370 kilos de marihuana y 500 botes, de los que 100 ya están preparados para su envío inmediato.

Las investigaciones comenzaron el pasado noviembre cuando agentes de la Policía Nacional detuvieron a un grupo de ciudadanos asiáticos que tenía la intención de mandar 12 kilos de cogollos en el interior de bolsos.

El hecho de que se enviara el estupefaciente a distintos puntos de Londres hizo sospechar a los agentes que se encontraban ante la actuación de una importante organización criminal dedicada al narcotráfico.

Desde ese momento, los investigadores vincularon a los detenidos con determinadas naves industriales ubicadas en la Comunidad de Madrid y que reunían características en común. Todos los inmuebles eran de una gran superficie, contaban con amplios sótanos y carecían de ventanales para que desde el exterior no se pudiera apreciar la actividad que se llevaba a cabo en su interior. Una vez alquiladas las naves, los miembros de la organización las acondicionaban para el cultivo de marihuana. Para ello, instalaban elementos de ventilación con filtros especiales que permitían extraer el aire del interior y así ocultar el fuerte olor que desprende la marihuana.

Todos los elementos necesarios para la producción eran conectados a la red eléctrica mediante acometidas ilegales, llegando a defraudar cientos de miles de euros. Algunas de las naves consumían en un día más que todo un municipio.

Los policías realizaron registros en cinco naves industriales en las localidades madrileñas de Alcorcón, Leganés y El Molar, así como en cuatro domicilios de Madrid y uno en la localidad burgalesa de Saldaña de Burgos. Además de la sustancia estupefaciente intervenida, se intervinieron más de 22.000 euros en efectivo, 17 teléfonos móviles, cinco vehículos, cuatro pasaportes falsificados y dos armas de fuego.

Una vez recolectada la marihuana, era enviada a una nave central ubicada en Alcorcón que operaba como un auténtico centro logístico. La pintura que era vaciada de los recipientes para esconder la droga era arrojadaal alcantarillado, por lo que se les podría imputar un presunto delito contra elmedio ambiente ya que podrían haber vertido unos 2.000 litros de pintura.