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Madrid... ¿o ‘madrides’?

Varias iniciativas invitan a recorrer la ciudad mirándola desde un punto de vista crítico, poético o gamberro

Sergio C. Fanjul
Miembros del colectivo Homo Velamine en uno de sus paseos, el pasado diciembre.
Miembros del colectivo Homo Velamine en uno de sus paseos, el pasado diciembre. garbeo

Es común que el habitante de la gran ciudad restrinja sus movimientos a un pequeño fragmento de territorio. Por ejemplo, los habitantes del centro no suelen desplazarse a la periferia (no tanto al contrario). Los que viven en un barrio no suelen visitar el de al lado o el diametralmente opuesto. No solo eso: solemos recorrer la ciudad sin fijarnos demasiado en circunstancias históricas, sociales, políticas, económicas, urbanísticas o poéticas. Por eso, varias iniciativas invitan a pasear por la urbe de manera más consciente, yendo más allá, extrayendo nuevos significados.

Esto del paseo atento ya estaba en Baudelaire, en Walter Benjamin, en los surrealistas o los situacionistas franceses, con sus derivas psicogeográficas. “Estas dos últimas corrientes, en cuya tradición me inscribo, son las que ven la ciudad como un espacio de juego, de interacción, de búsqueda de lo maravilloso”, dice Emilio Santiago Muiño, miembro del Grupo Surrealista de Madrid y autor del reciente libro Sentir Madrid como si existiera un todo (La Torre Magnética). En él introduce la “geografía poética” que consiste en pasear atento a lo asombroso que se esconde dentro de lo común y dejar registro por escrito, como hace en el libro con sus recorridos por el centro de Madrid, Carabanchel, Prosperidad o Atocha.

Otra inspiración para estos recorridos es la urbanista y activista estadounidense Jane Jacobs, que en su libro Vida y muerte de las grandes ciudades (Capitán Swing) abogó por un urbanismo denso, cercano a los ciudadanos, donde se mezclen los usos para generar una ciudad viva y segura. El primer fin de semana de marzo, efeméride de su muerte, se celebran por todo el mundo los llamados Jane’s Walks (sobre todo en Toronto y en Nueva York), que tienen su versión madrileña en El Paseo de Jane.

Varias iniciativas exploran lo asombroso que se esconde dentro de lo común

“El libro de Jacobs dice que no contiene ilustraciones porque la ilustración consiste en salir a la calle a mirar y pensar sobre lo que se está viendo”, dice Susana Jiménez, que en 2010 puso en marcha los paseos en Madrid. Eso es lo que hacen, salir a pensar sobre el entorno de manera compartida. A día de hoy se celebran paseos en varios barrios de la ciudad, organizados por vecinos o asociaciones; el libro El paseo de Jane (Modernito Books) recoge las experiencias hasta 2016 por zonas como la Cañada Real, Vallecas, Tetuán, Chamberí o Carabanchel, donde, por cierto, el colectivo Carabancheleando también celebra sus itinerarios y ha publicado el Diccionario de periferias (Traficantes de Sueños).

Otro colectivo, La Liminal, se interesa por el paisaje urbano, la identidad y la memoria de los barrios. “Nos interesa investigar con el cuerpo, caminando, y generar debate, explorar la historia de Madrid, la oficial y, sobre todo, las historias que se van borrando”, explican Yolanda Riquelme y Beatriz Martins. Entre sus acciones se cuentan una ruta sobre Arturo Barea en Lavapiés y otra sobre las cigarreras de la Tabacalera, en el mismo barrio. Su nueva línea de exploración urbana consiste en derivas por diferentes zonas de la capital el tercer sábado de cada mes, desde el próximo 21 de abril. Entre sus objetivos están “poner en evidencia algo que no resulta obvio: que el espacio no es neutro: siempre hay un mensaje, siempre hay una ideología detrás”.

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El caso del colectivo ultrarracionalista Homo Velamine combina humor, crítica social y guerrilla de la comunicación, y cada martes convoca sus “garbeos ultrarracionales”. Al atardecer viaja a una parada de metro periférica y hace un minucioso barrido de la zona hasta acabar en algún bar de carácter tradicional, donde confraterniza con los vecinos,

“Creemos que la línea circular de Metro separa el Madrid turístico del Madrid del pueblo”, dice Anónimo García, uno de los promotores, “pues dentro de ella está todo lo representativo de la ciudad y fuera de ella están los barrios donde las personas hacen su vida cotidiana”. El objetivo fundamental de los ultrarracionalistas es estudiar al pueblo: “En nuestros paseos no solo descubrimos cómo son la arquitectura, los parques y monumentos de cada barrio, sino también el alma del pueblo que allí vive, ama, gobierna”, explica García. Por el momento han recorrido 17 estaciones de la línea 1.

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Sobre la firma

Sergio C. Fanjul
Sergio C. Fanjul (Oviedo, 1980) es licenciado en Astrofísica y Máster en Periodismo. Tiene varios libros publicados y premios como el Paco Rabal de Periodismo Cultural o el Pablo García Baena de Poesía. Es profesor de escritura, guionista de TV, radiofonista en Poesía o Barbarie y performer poético. Desde 2009 firma columnas y artículos en El País.

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