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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un ángel llamado tranvía

Contra Colau, o la dura batalla de los grupos municipales encerrados en el ataque a la alcaldesa

Mercè Ibarz
El tranvía de Barcelona, en la plaza de les Glòries.
El tranvía de Barcelona, en la plaza de les Glòries.JOAN SÁNCHEZ

Podría ser La ilusión viaja en tranvía y está resultando El ángel exterminador. En esta última, Buñuel reúne a un grupo de burgueses a cenar. Aunque nada lo impide, no pueden salir de la casa. La casa está abierta, pero ellos creen que están encerrados. Acabarán de mala manera, en estado salvaje. Tras unos días terribles, casi caníbales, salen a la calle, enfrentados. No hay respuestas. Ninguna explicación, simplemente se han sucedido escenas sin lógica. ¿Es que quizás solo querían enfrentarse porque no son capaces de nada más? Visto en perspectiva del presente, sus escenas y diálogos van como un guante al momento político. El bucle de no querer encontrar una salida. Ni para el gobierno catalán, ni para el estado español. Ni siquiera para el tranvía de Barcelona.

Lo que no hay manera de desbloquear en el asunto político catalano-español se concentra también en el Cap i Casal. Cambiemos los indepes del procés por los comunes del consistorio. Como si fueran los comensales del film de Buñuel, los grupos políticos se han encerrado en el tranvía. Este viernes lo votarán en el pleno. De lo que decidan dependerá la Barcelona inmediata, la de las próximas elecciones. ¿Podrá gobernar de nuevo Ada Colau? ¿Tendrá tiempo de lograr cambios importantes en la ciudad? En el film de Buñuel los reunidos son burgueses acomodados de rasgos feudales. En la versión municipal el grupo no parece a primera vista tan caníbal, pero tampoco aquellos lo parecían al principio. Aunque no todos son burgueses acomodados, el matiz clasista está presente, decidido a expulsar a la alcaldesa Colau del ayuntamiento. Y el matiz identitario que separa a las izquierdas catalanas. Todos contra Colau.

El ángel está hecho un lío y el mal rollo impera. Los concejales cuperos y los republicanos aducen que la gestión del proyecto no está clara. Es un punto no menor, por supuesto. Pero la cuestión primera es otra. Es descongestionar la ciudad y hacerla más vivible y sana. Es lo que importa. Republicanos y cuperos no se harían de rogar tanto si los comunes hubiesen avalado más el proceso independentista. Pero, como en el film de Buñuel, no importan las razones, sino que el ángel exterminador está por todas partes. No importa que el procés se haya dado con un canto en los dientes y haya llegado a un punto de confusión que es, en sí mismo, ahora, muy de ángel exterminador, mucho más que el tranvía. Parecería el momento de sumar esfuerzos y tejer alianzas con una alcaldesa pragmática como Colau. Pues no, no hay manera. El guión de Buñuel se impone. La puerta está abierta pero se empeñan en no salir.

No hay lógica, no se formulan las preguntas con claridad, las respuestas no cuadran. Los republicanos alegan ahora que con el tranvía se perderán un montón de viajeros diarios. ¿Por qué lo incluyeron entonces en su programa? Los cuperos dicen que los comunes solo alegan buenas intenciones y nada más. Los socialistas, que en principio van a votar a favor del tranvía, solo apoyan un trozo, nada de unir el Trambaix con el Trambesòs. La plataforma Unim els tramvies, que reúne entidades vecinales y sociales, intenta lograr el acuerdo.

No se trata tanto de estar con o contra Colau sino de ver lo esencial, lo que con discreción elegante sugería en este mismo diario el lunes Pere Macias, director de Estrategia del tranvía del Ayuntamiento y antiguo concejal convergente, a saber: los enemigos del tranvía son los grupos de presión del automóvil. Puede decirse incluso más claro, el Real Automòbil Club es quien lleva desde hace años la batuta contra el tranvía. Detrás del RAC están grupos de poder casi feudal, los patricios barceloneses que no digieren que por primera vez no mande uno de ellos en el consistorio, que mande una mujer como Colau.

Barcelona es una de las ciudades con más densidad de coches de Europa. La recorren 6.000 vehículos por kilómetro cuadrado, el doble que en Madrid (3.000) y el triple que en Londres (2.000). Poca broma, es un asunto grave que afecta a la vida cotidiana y a la salud. El cáncer de pulmón se debe al humo de los coches tanto o más que al del tabaco. Además, también es calidad de vida y salud poder desplazarse con mayor rapidez.

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“Observen lo satisfecho que sigue vivo el viejo espíritu de la improvisación”, dice uno de los personajes de El ángel exterminador. También ahora. Cuando parecía que casi todos los grupos municipales estaban por el tranvía, el ángel del enfrentamiento se ha ido imponiendo, improvisando y repitiéndose más que el ajo. ¿Lo logrará?

Mercè Ibarz, escritora y profesora de la UPF

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