Vientos de cambio en la Banda Municipal
El director José Rafael Pascual-Vilaplana inspira nuevos aires
“Si Barcelona es una ciudad wagneriana, lo es por la Banda Municipal que interpretó al compositor en las calles mucho antes que llegara al Liceo”. Con esa idea el director del Auditori, Joaquim Garrigosa, explicaba que la importancia de la formación musical es muy superior a la que se le da. Lleva 12 años integrada en el Auditori y ha sido una etapa crucial para su consolidación como orquesta sinfónica de viento. En las últimas dos ediciones, sus conciertos en las salas del Auditori han tenido 20.000 espectadores y cuenta con 1.000 abonados. La formación musical, fiel al espíritu fundacional de acercar la música a la población, actúa en los 12 distritos de Barcelona y tiene un ciclo especial de conciertos en lugares emblemáticos en verano. A lo largo de suS 132 años de historia ha pasado momentos críticos que le llevaron casi al borde de su desaparición –el último a finales de los noventa cuando el Ayuntamiento se planteó su viabilidad- y épocas doradas, como la histórica con Joan Lamote de Grignon- en la primera década del siglo pasado -y la más reciente con Salvador Brotons, artífice, entre otras cosas, de la internacionalización de la formación.
Ahora, inicia una nueva etapa con José Rafael Pascual-Vilaplana (Muro de Alcoy, Alicante, 1971) que asume la dirección. “No es una desconocida porque la he dirigido en siete ocasiones, pero es un reto tomar el relevo a Brotons”, explicaba en la presentación de la temporada. Con una amplísima experiencia en la dirección de bandas en España y Europa, la última de ellas la de Bilbao, Pascual-Vilaplana apuntaba que uno de sus objetivos pasa por hacer compatible el repertorio tradicional con la creación contemporánea y la introducción de sonidos del mundo. “No tengo nada en contra de los pasodobles y las zarzuelas, no las desterraremos del repertorio, pero no pueden ser sus únicas señas de identidad si queremos tener sentido culturalmente en el siglo XXI”, aclaraba para añadir que en la temporada próxima el 50% del repertorio será original- se interpretará por primera vez- y la mitad corresponderá a compositores vivos, entre ellos José Miguel Fayos y Joan Albert Amargós. “Hay todo un viento por descubrir”, definía. No todo será música actual ya que parte del programa incluirá a compositores como Mendelssohn, Rossini o Prokófiev que escribieron obras para bandas y no son muy conocidas: “la ópera de Mozart no hubiera llegado a ser famosa sin las bandas que las interpretaban”.
Siguiendo con la idea de conectar con más público, la formación de viento interpretará la banda sonora compuesta por Antonio Alcalde para La casa de préstamos (The Pawnshop), el cortometraje de Charles Chaplin de 1916 que se proyectará en la sala 1 del Auditori, la música que compuso Bernard Herrmann para la película Ciudadano Kane y la famosa El libro de la Selva de Walt Disney.
Otra novedad es la introducción de sonoridades que pueden resultar exóticas como la música japonesa, de la mano de Douglas Bostock que fue director de la Tokyo Kosei Wind Orchestra, los ritmos de América latina de Piazzola o Victoriano Valencia y la música rusa, europea y norteamericana de los siglos XIX y el pasado con Björn Bus, director invitado. La Banda dedicará dos programas a episodios históricos complejos que han inspirado a muchos compositores, como es el caso de Karel Husa con la invasión nazi de Varsovia y la Primavera de Praga, y otros hechos más recientes como los atentados de Bélgica de 2016 que inspiraron un réquiem a Bert Appermont. La Banda tendrá esta temporada 19 conciertos, 12 de ellos en la sala principal del Auditori y otros seis en la sala 2. Además, bajo la batuta de la sudirectora, Beatriz Fernández, tocará en los 12 distritos de la ciudad y en espacios singulares, entre ellos la plaza del Rei y el recinto modernista de Sant Pau.
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