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La Guardia Civil interviene 69 armas detonadoras que se vendieron por Internet

El instituto armado da por desmantelada la trama de ámbito nacional en la que están implicadas 21 personas

Armas incautadas en la operación.
Armas incautadas en la operación.

La Guardia Civil ha desarticulado una trama dedicada al tráfico de armas en la que están implicadas 21 personas, 18 de ellas detenidas en una operación desarrollada este miércoles en varias provincias españolas, cuyo epicentro está en Galicia, a los que se le imputan delitos de tráfico y tenencia de armas, integración en organización criminal, depósito de explosivos, tráfico de Drogas y blanqueo de capitales.

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En la operación fueron intervenidas un total de 69 armas que supuestamente vendió por Internet la considerada principal cabecilla de la trama: María del Carmen Otero Martínez, de 40 años, una conocida activista gallega de grupos antisistema, según confirmaron fuentes de la dirección general de la Guardia Civil. Otero ya había sido condenada por el lanzamiento de varios artefactos incendiarios contra el Club Financiero de Vigo, y el pasado año fue detenida por vender, a través de Internet, armas detonadoras que ella misma transformaba para que pudieran efectuar fuego real, así como la munición con proyectil.

El arsenal incautado en la llamada Operación Benjamín se compone de 26 armas en proceso de transformación, 48 pistolas detonadoras ya transformadas para efectuar fuego real, de las cuales más de la mitad eran de descargas eléctricas y un silenciador. En cuanto a la munición, al grupo se le incautaron 2.100 cartuchos de diferentes calibres, ocho artefactos explosivos de fabricación casera, 139.950 euros en metálico, además de 1,5 kilogramos de cocaína y siete de hachís, una ballesta, dos arcos y 30 flechas, entre otros efectos.

La intervención policial se inició en 2016 a raíz de la Operación Bosphorus, coordinada por Europol y desarrollada en varios países, donde la Guardia Civil detuvo a 46 personas e intervino 247 armas de fuego y más de 23.000 cartuchos metálicos de diferentes calibres. Además se desarticularon cuatro talleres clandestinos para la transformación de armas y fabricación ilegal de munición, así como dos puntos de venta de armas ilegales a través de Internet.

Según la investigación, la supuesta activista Otero Martínez, se valía de diferentes personas a las que utilizaba como testaferros para la realización de los envíos de las armas y la recepción de los pagos. Se encontraba en libertad provisional tras ser detenida en enero de 2017, cuando se le intervinieron ocho pistolas que tenía listas para su venta y 200 cartuchos metálicos de diferentes calibres y abundante documentación que permitió identificar a numerosos clientes de la trama ahora desarticulada, algunos de ellos con numerosos antecedentes policiales por lo que se sospecha que habían adquirido las armas con fines ilícitos.

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El juez de Vigo, Juan Carlos Carballal, ordenó este miércoles la detención de 16 de estos compradores y 25 registros en domicilios de los detenidos en los que se intervinieron las armas de fuego. En uno de los registros en la provincia de Bizkaia se desarticuló un importante punto de venta de cocaína y hachís, además de instrumentos para el envasado al vacío de los estupefacientes, basculas de precisión y otros útiles para su corte y distribución; a cuyo responsable igualmente se le intervino una pistola que había adquirido a la trama desarticulada.

En otro de los registros practicados en la Línea de la Concepción (Cádiz) se detuvo a otro de estos compradores de armas ilegales, que resultó ser una persona relacionada con el narcotráfico en el Campo de Gibraltar, y en cuyo domicilio se le intervinieron más de 120.000 euros en metálico en metálico, así como varias armas de fuego prohibidas, como defensas eléctricas o, puños americanos.

A uno de los siete detenidos en Galicia y vecino de Ourense se le intervinieron 8 artefactos explosivos caseros, un coctel molotov (artefacto incendiario) y sustancias precursoras para la fabricación de explosivos, cuyo destino está siendo investigado.

Las armas detonadoras transformadas para efectuar fuego real, y por tanto disparar munición con proyectil, tienen la misma letalidad y características que un arma de fuego original, por lo que están consideradas armas prohibidas, al ser el resultado de la modificación de sus características esenciales de fabricación, y su tenencia y comercio está tipificado como delito.

Con esta operación de los servicios de información de la Guardia Civil, “se ha impedido que el elevado número de armas incautadas pudieran ser empleadas para la comisión de delitos, con las consecuencias imprevisibles y graves para la seguridad ciudadana; máxime cuando de la trama desarticulada formaban parte individuos peligrosos”, inciden los investigadores en un comunicado difundido este viernes..

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