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Las víctimas de explotación sexual se duplican en 2017

La entidad Adoratrices ha atendido a 212 mujeres, 23 de ellas menores

Macrorredada relacionada con la prostitución en 2009 en el Raval de Barcelona.
Macrorredada relacionada con la prostitución en 2009 en el Raval de Barcelona.GIANLUCA BATTISTA

En 2017 se detectaron en Cataluña 80 nuevos casos de víctimas de trata de seres humanos (TSH), el doble que las 44 mujeres registradas en 2016. Son datos de la ONG Adoratrices, que en un informe hecho público ayer, asegura que en 2017 atendió a 212 personas, 23 de ellas menores. El 79% de estas mujeres fueron explotadas sexualmente.

Rosa Cendón, coordinadora del Área de Incidencia de Sicar cat, responsable del informe, explica que en un 56% de los casos, los captadores son personas de su entorno: familiares o incluso la propia pareja. En muchos casos los proxenetas (hombres y mujeres) no utilizan la violencia física. “Saben que los mecanismos psicológicos son más difíciles de valorar en un proceso judicial”, señala esta trabajadora social.

Los traficantes engañan a sus víctimas sobre la promesa de un trabajo o unas condiciones laborales que luego no se cumplen. Los especialistas detectan una “evolución” en el control que ejercen sobre sus víctimas. “Con un móvil, una llamada y teniendo muy claro como hacer daño a una persona la puedes tener coaccionada”, explica Cendón desde Sicar, un programa que, desde 2002, ofrece atención integral a mujeres, niños y niñas víctimas de la trata.

Indemnizaciones

Esta entidad religiosa denuncia la dificultad que tienen las víctimas para cobrar las indemnizaciones que contempla la ley. Cendón asegura que no se hacen investigaciones “suficientemente amplias” sobre el patrimonio de los tratantes que serviría, dice, para recompensar a las explotadas. En algún caso, afirma, la víctima está cobrando 25 euros mensuales de una indemnización total de 100.000 euros.

Cendón también pide más protección a estas mujeres por parte de la administración. Señala que la Ley de Extranjería solo garantiza a estas mujeres el permiso de residencia y trabajo. Pide que, en estos casos, se aplique la Ley del derecho a asilo para que las víctimas tengan acceso a prestaciones económicas, formación, acompañamiento en la inserción laboral, etc.

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Desde hace dos años, Adoratrices desarrolla un programa para acoger a “unidades familiares”. Se trata de mujeres víctimas que acuden a la asociación con hijos a su cargo, que la ley considera, también, como víctimas. La entidad consiguió el año pasado alojamiento para 34 personas (28 mujeres y 6 hijos).

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