Imputados los dos urbanos en prisión por el asesinato de un compañero por otra muerte de hace cuatro años
Rosa Peral y Albert López están citados a declarar el viernes por el caso de un hombre al que perseguían y que cayó por un terraplén en Montjuïc
Los dos guardias urbanos encarcelados desde mayo de forma preventiva acusados de matar a un compañero, Rosa Peral y Albert López, deberán declarar por otra muerte. El juzgado de instrucción 31 de Barcelona les ha citado el próximo viernes por el caso de un hombre de 50 años que murió al caer por un terraplén el 9 de agosto 2014, en la montaña barcelonesa de Montjuïc. Peral y López participaban como agentes de la Guardia Urbana de Barcelona en su persecución, enmarcada en un operativo contra la venta ambulante. La investigación se reabrió en septiembre, tras la personación como acusación particular de la familia del muerto.
En 2014, la muerte se archivó de forma rápida, tras una breve investigación de Mossos que dio por buena la versión de los guardias urbanos. Aseguraron que el hombre huyó, tras acuchillar en la pierna a Peral. Y que cuando le tenían rodeado, al verse sin escapatoria, saltó de espaldas y de forma voluntaria por un terraplén con un desnivel de más de 20 metros. El hombre murió fruto de la caída. Cuando llegó otra patrulla de agentes al lugar, la víctima tenía las esposas puestas. Los guardias urbanos alegaron que al llegar al suelo, se levantó y enfrentó de nuevo con una navaja, por lo que le redujeron, le esposaron y luego perdió el conocimiento.
Con el asesinato de Pedro Rodríguez, también guardia urbano y pareja de Rosa Peral, la extraña muerte salió a relucir de nuevo. La propia Rosa Peral acusó ante la juez a Albert López de matar al hombre de la montaña de Montjuïc. También se lo dijo en la cárcel a una presa. Los Mossos sospechan que el secreto entre los dos agentes de lo que realmente sucedió en Montjuïc puede ser el móvil del asesinato de Pedro Rodríguez. Barajan la hipótesis de que el hombre amenazó con desvelarlo al saber que Rosa Peral mantenía de nuevo relación con Albert López, que había sido su amante en el pasado.
Además del asesinato de Pedro Rodríguez y el caso de Montjuïc, Rosa Peral implicó a López en un tercer crimen de un vagabundo, del que no dio ningún dato preciso a la juez. Solo dijo que López le contó que lo quemó a él y a sus perros, en una nave industrial. Rosa Peral también está siendo investigada por planear, presuntamente, desde prisión que un sicario matase al padre de sus dos hijas, un mosso d'esquadra.
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