Un pueblo con Museo del Prado
Entre comidas caseras y paseos por el barrio de las Letras, al dramaturgo argentino le gusta imaginarse el despacho de Manuela Carmena por su simbolismo
1. Taberna Badila. Es el restaurante donde más veces he comido desde que vivo en Madrid. Tiene el mejor menú del mediodía de la ciudad. Su dueño, Miguel, es un señor encantador. Un día vimos allí a Deborah Warner, que entonces dirigía en el Teatro Real Billy Budd, y dejamos pagado su menú sin que ella se enterara. Cuando volví, nos había dejado una nota preciosa en la que hablaba de la generosidad de este país. La guardo con mucho cariño. (San Pedro Mártir, 6).
2. Acupuntor/ Medicina china. Descubrí los beneficios de la acupuntura con Juan Rico por una contractura que tuve. Hay algo del mundo de la medicina china sobre la reorganización de las energías que me funciona. Voy allí como iba al psicoanalista en Argentina. (Paseo de las Delicias, 38).
3. Calle Martín de los Heros. Es mi calle preferida para ir al cine en versión original. Cuando llegué a Madrid me llevé una sorpresa al ver que aquí la mayoría de los cines exhibían las películas dobladas. Es verdad que echo de menos los cines más grandes y por eso para ver las películas españolas busco otras salas con pantallas enormes. (Martín de los Heros).
4. Teatro Pavón Kamikaze. Es un espacio que Madrid necesitaba. Su línea de programación me interesa mucho, además de los talleres que se imparten. Tiene como un halo romántico porque allí se vive todo con una entrega absoluta al trabajo y a la creación. Creen mucho en lo que hacen. (Embajadores, 9).
5. La Abadía. Es un teatro al que venía mucho como espectador. Muchas veces pensé que me encantaría dirigir acá. Se dio y la verdad es que se trabaja muy bien. (Fernández de los Ríos, 42).
6. Despacho de Manuela Carmena. No lo conozco y no tengo tampoco interés en conocerlo, pero valoro ese espacio porque está ocupado por una señora que a mí me parece que es sensata y sensible. Mi cotidianidad en Madrid ha cambiado a raíz de las políticas llevadas a cabo por la alcaldesa, aunque le criticaría muchas cosas, sobre todo en el área de la cultura. (Plaza de la Cibeles).
7. Syngman Cucala. Es la tienda de ropa donde antes del estreno de cada montaje me compro algo. El primer día de ensayo de La piedra oscura me compré un abrigo allí y desde entonces voy siempre. Me gusta porque es ropa informal y muy cómoda, pero con un punto elegantón. (Conde de Xiquena, 8).
8. Librería Yorick. Es una librería especializada en teatro. Es como una especie de sueño, aunque voy menos de lo que quisiera. Antes, en la adolescencia, leía mucho teatro escrito, pero ahora no. Prefiero el ensayo, la teoría, los testimonios o las biografías en torno al teatro, y en Yorick lo encuentras todo. (Valencia, 21).
9. Martina Cocina. Aquí tienen una cosa muy importante para mi vida, que son los mejores alfajores de maíz del mundo. Tienen el punto de sabor a limón que tienen que tener y el color exacto. Martina es argentina e ir allí es como comer en la casa de una amiga argentina. (Plaza de Cascorro, 11).
10. Barrio de las Letras. Me mudé hace poco y ahora es mi barrio. Caminar por esas calles es un sueño. Entrar en el jardín de la casa de Lope de Vega y estar ahí, donde estuvo alguna vez ese señor, es un sueño. Está cerca el Caixa Forum y hay bares estupendos. Es un barrio con mucha actividad, pero sin la locura del centro. Parece que no vives en una capital. Es vivir como en un pueblo pero que tiene el museo del Prado.
De vuelta con reestrenos
Pablo Messiez (Buenos Aires, 1974) llegó a Madrid en 2008 y aquí sigue. Esta semana reestrena en la capital dos de sus grandes éxitos teatrales: He nacido para verte sonreír, en el Teatro de la Abadía, y Todo el tiempo del mundo, en el Pavón Kamikaze.
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