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Desconvocada la huelga de Irubus en la Sierra Oeste tras tres meses de conflicto

Los trabajadores ratificaron este viernes en una asamblea los acuerdos alcanzados con la empresa

Concentración de trabajadores de Inalsa el pasado mes de octubre.
Concentración de trabajadores de Inalsa el pasado mes de octubre.
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Los conductores de Irubus han desconvocado definitivamente la huelga de autobuses que han padecido los vecinos de la Sierra Oeste durante tres meses. Lo han hecho este viernes noche en una asamblea en la que han ratificado, por unanimidad, los acuerdos alcanzados con la empresa. Para lograr la fumata blanca fue necesaria la mediación del Instituto Laboral de Madrid en una reunión celebrada el jueves. Vicente del Pozo, miembro de UGT y presidente del comité de empresa de Irubus, se ha mostrado “muy satisfecho” con el pacto porque “se ajusta a las reivindicaciones que planteábamos”. La compañía ha descartado hacer valoraciones.

La asamblea se celebró este viernes a las 22.30 en las instalaciones que tiene Irubus en la calle de Buenavista de San Lorenzo de El Escorial. Duró dos horas y acudieron 85 trabajadores, que votaron masivamente por poner punto final a la huelga y aceptar las condiciones pactadas entre la compañía y el comité de empresa. “Es un buen acuerdo. Solicitábamos una hora para realizar las labores previas de conducción y nos han dado 50 minutos; este mes se creará una comisión para valorar la duración real de los trayectos de la línea; la empresa pagará un plus por turno partido, 50 euros más día libre por festivo nacional trabajado y volveremos a cobrar dietas de 11,80 euros”, ha explicado Del Pozo. En su opinión, se acaba un conflicto que “ha durado demasiado” y que “no era agradable para la empresa, para los trabajadores ni para los viajeros, que han sido los más perjudicados”.

Irubus tiene una plantilla de 130 trabajadores. La huelga de los autobuses que unen la capital con 26 municipios de la Sierra Oeste, en la que viven 200.000 personas, comenzó el 8 de octubre. En un principio afectó a los más de 15.000 usuarios que toman este transporte en forma de paros parciales, ya que las reivindicaciones solo se realizaban los lunes y los martes de cada semana. Como el conflicto se enquistó, se inició una huelga indefinida a principios de diciembre. La empresa acusó a los empleados de estar detrás de los sabotajes a sus vehículos y expedientó al presidente del comité de empresa y a otros 18 trabajadores. La huelga dio paso a la cancelación completa del servicio el 19 de diciembre. “La dirección retiró los expedientes un día después y decidimos aplazar la huelga del 20 de diciembre al 8 enero. El servicio ha operado con normalidad desde entonces. Además, abrimos una nueva vía de negociación que ha llegado a buen puerto”, ha subrayado Del Pozo.

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