El misterio de las 1.843 bombonas
Detenidos dos sospechosos tras descubrirse el robo continuado en un almacén de butano de Vicálvaro
La policía ha resuelto uno de los delitos que más alarma social ha causado en los últimos meses en la región. Lo que en un principio apuntaba al robo de 1.843 bombonas de butano y propano en Vicálvaro con fines terroristas se convirtió en una sustracción continuada por parte de delincuentes habituales que solo querían conseguir dinero fácil y sin muchas complicaciones.
La historia de este robo comienza el 8 de diciembre cuando acude el dueño de una nave de Repsol situada en la calle de Boyer número 2 y denuncia la sustracción de las bombonas y de un camión de su propiedad. Los ladrones habían aprovechado, según sus datos, que la empresa se queda sin vigilancia entre las 17.30 y las 22.00 para hacerse con ese botín tan voluminoso.
A partir de ahí surgieron las alarmas por si detrás de ese robo estaba algún grupo yihadista. Se llegó a decir incluso que los ladrones habían efectuado hasta cuatro viajes en los tres camiones de la empresa para llevarse las 52 jaulas en las que estaban las bombonas. La investigación recayó en la Brigada Provincial de Información, cuyo principal objetivo era neutralizar a la posible célula terrorista. Jamás se había dado un robo de tantas bombonas un mismo día, con el volumen de espacio necesario para almacenarlas.
La realidad era bastante distinta. Detrás del robo estaba uno de los empleados de la propia empresa, de 44 años y nacionalidad uruguaya. Tenía como compinche a un delincuente habitual, un español de 43 años vecino de Mejorada del Campo. El primero, supuestamente, se dedicaba a vender las botellas en el propio establecimiento y a quedarse con el dinero. Por eso, según se acercaba el final de año y llegaba el momento de hacer balance temía que se descubriera el robo. “Al salir en pequeñas cantidades y saber cómo funcionaba la empresa era imposible que se detectara ese robo que repetía desde hacía tiempo”, explican fuentes de la investigación.
Lo que sí fue sustraído aquella tarde del 8 de diciembre fue el camión Nissan Cabstar. Este vehículo, que era bastante nuevo, fue trasladado a una parcela de Mejorada del Campo. Según fuentes policiales, al ver el revuelo que se había montado con el falso robo de las bombonas, los ladrones decidieron despiezarlo para sacar un lucrativo beneficio y borrar las huellas de su delito. El motor lo vendían por unos 2.500 euros. También estaba disponible la caja de cambios, las ruedas...
Los agentes de Información reconocen que la investigación ha sido “muy complicada”, ya que el objetivo que estaban buscando era muy distinto del real. Para ello contaron con la colaboración de la magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Madrid, que permitió varios trámites que agilizaron las pesquisas, y de la propia Repsol.
Tras muchos seguimientos, los agentes detuvieron la mañana del martes al empleado de la distribuidora en su propio puesto de trabajo y a su compinche en la parcela de Mejorada del Campo. Este cuenta con diversos antecedentes por hechos similares, según fuentes policiales. Los agentes recuperaron en esta parcela las partes del camión sustraído, además de otros efectos robados, como restos de turismos. Ahora está siendo analizado todo ese material por si fueran autores de más delitos.
Los arrestados están acusados de un delito contra el patrimonio (robo) y de otro de simulación de delito, según fuentes policiales.
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