Hacer la compra en el bar
Un nuevo local en Malasaña combina la venta de productos ‘gourmet’ con una barra para degustar vinos y vermús
Una tienda en la que los productos que están a la venta se pueden tomar en la barra del local, y viceversa, un bar en el que te puedes llevar a casa cualquier plato de la carta. Así es La Colmada (Espíritu Santo, 19; lacolmada.com). Carlos Dorrego, Lucía Fernández y Alejandro Abades son amigos y llevaban tiempo buscando un lugar como el que acaban de abrir en Malasaña. “Nos gustaba mucho la idea de combinar bar y tienda en un mismo espacio. No hemos descubierto la pólvora, esto ha existido toda la vida, pero casi se ha perdido y nos parece un formato ideal”, explica Abades.
De los tres socios, es él quien más relación tiene con el sector de la alimentación, ya que lleva varios años al frente de las tiendas de La Vieja Castilla. Aquí, lo ideal es curiosear y elegir qué tomar entre los muchos productos de sus estanterías —la mayoría, difíciles de encontrar en otros locales—, pero también han pensado en esos clientes que prefieren que les pongan las cosas fáciles y, por eso, han creado una carta a modo de guía. En ella encontramos, por un lado, conservas de mar y de tierra, y por otro, raciones, tablas de embutidos y quesos —si no le convencen las de la carta, puede acercarse a la charcutería para crear una a su gusto– y Las Colmadas, unas tostas de pan de centeno sobre las que se sirven los productos que el cliente elija.
Además de marcas consolidadas, cuentan también con algunas más jóvenes, y el origen gallego de dos de sus tres socios se nota en la selección de conservas marinas: las latas de La Pureza, las ostras de O Submarino o los mejillones de Corbeta son algunas de las delicatessen que se pueden degustar aquí, además de espárragos de Navarra, anchoas de Santoña, escabechados manchegos, legumbres castellanas, ibéricos de Guijuelo… Casi todo producto nacional, con algunas excepciones, sobre todo en los quesos. Para los amantes del aperitivo, disponen de una buena variedad de productos de la casa Espinaler y, en el apartado de los vinos, han seleccionado algunas etiquetas poco habituales, como el Traslagares 100% Verdejo y el Madremía, o un vino cosechero propio, el Garabaco.
En La Colmada nada está elegido al azar, ni siquiera los colores del local: azul para la zona de barra, en la que se encuentran las conservas marinas y los vinos, y verde para la zona de charcutería y las conservas de tierra. “Trabajamos con el estudio Ultramarina, que decidió hacer este juego entre el mar y la tierra”. Un juego que contrasta a la perfección con el suelo de baldosa hidráulica y el mármol de la barra y las mesas.
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