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Los jardines más pequeños de la ciudad

Vecinos y colectivos del distrito Centro construyen y plantan alcorques con flores en los árboles de Malasaña

Los vecinos plantan en los alcorques de los árboles en la calle La Palma.
Los vecinos plantan en los alcorques de los árboles en la calle La Palma.santi burgos (EL PAÍS)

Mañana de domingo de invierno en Madrid; hace frío, pero brilla el sol. La calle de La Palma se despereza a la altura de Toma Café, un bar que huele a tarta y bizcochos recién hechos. Mientras, la acera de enfrente empieza a llenarse de plantas. Una voluntaria acaba de entrar a pedir un recogedor: “Nos hace falta limpiar bien la tierra de los árboles, está llena de colillas y orín, muy corrosivo para las plantas”, explica Andrea Estrella, del colectivo Germinando, ganador del concurso para liderar el proyecto municipal que dotará al barrio de pequeñas plantaciones valladas alrededor de los árboles.

Junto a ella, compañeros de la red de huertos plantan y delimitan jardines con trozos de bancos viejos de parques de la ciudad. Almudena Orden, de la asociación Bancal, se afana en sacar de una furgoneta trozos de madera pesada y oscura y macetas. Hay fresas, hiedra y margaritas, todas ellas plantas cedidas por el vivero Estufas del Retiro. “Esto va de reciclar madera y de aprovechar recursos y de involucrar a todo el mundo de Madrid, de educar”, explica su compañera Estrella. Esta semana han estado pintando con el colegio Pi i Margall los alcorques de piedra del enclave, aunque muchos están ya llenos de colillas y botellas. “Me duele especialmente en los alcorques de los niños. La reflexión que tenemos que hacer es que no queremos hacerles esto ni darles mal ejemplo”, apunta Orden.

“En Malasaña nos faltan zonas verdes y no hay espacio”. Una frase parecida a esta dio origen a Tu barrio se planta, una las propuestas ganadoras de los presupuestos participativos del distrito Centro. Recibió 668 votos y 10.000 euros para hacerse realidad. Se pretende que el asfalto del barrio luciera más verde, más fértil, y que el cuidado de los alcorques parta de los vecinos, los empodere y una. Para eso se ha contado con expertos de la red de huertos urbanos. Desde el jueves se planta en las calles de Pozas, Marqués de Santa Ana, Daoiz y Velarde, San Andrés, San Ildefonso, Pez, Carlos Cambronero y La Palma. “Se ha trabajado con los niños. Con los vecinos y comerciantes se han hecho paseos y localizado los mejores árboles”, apunta Andrea Estrella.

La furgoneta que se descarga durante todo el día es la de Mariano Martín, del colectivo Carpinteros sin Fronteras. “Somos un grupo de carpinteros que en los años de la crisis decidimos compartir nuestra experiencia para construir una ciudad más bonita, enseñar a la gente a empoderarse a través de la carpintería. Estamos construyendo el jardín más pequeño del mundo”. Martín se encarga de la estructura que protege las plantas del vandalismo. “En Lavapiés se las han cargado, ya solo sobreviven las de la calle de Argumosa, gracias a que la gente de los comercios está muy comprometida”, explica.

El proyecto quiere convertirse en una red que se contagie al resto de la ciudad. Es un i+d artesano que no deja de pensar nuevas fórmulas. “Nos inspiran ciudades como Berlín y París, donde también faltan zonas verdes y donde llevan años haciendo estos pequeños jardines”, cuentan los responsables. Desde esta semana, lo que un día fueron bancos del parque volverán a posarse sobre tierra fértil.

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