Cumpleaños en Alcalá de Henares

Se cumplieron ayer 19 años de la declaración de Alcalá de Henares como ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, basándose en criterios como haber sido la primera ciudad diseñada especialmente como sede de una Universidad, ser el lugar donde antes que en ningún otro se materializó el concepto de Ciudad de Dios y su contribución al desarrollo intelectual universal a través de los avances lingüísticos del español gracias a su hijo predilecto, Miguel de Cervantes.

La ciudad se convertía así en la única de la Comunidad de Madrid en ostentar esa categoría, que comparte en España con otras tan mundialmente conocidas como Toledo o Santiago de Compostela.

Ser Patrimonio de la Humanidad abre grandes oportunidades para una ciudad, que en Alcalá estamos aprovechando a fondo. Por ejemplo, en atraer al turismo cultural, ser sede de congresos y encuentros nacionales e internacionales o tener más facilidades para conseguir colaboraciones que permitan conservar y restaurar edificios y lugares singulares.

Alcalá de Henares no está dejando pasar esas oportunidades. La celebración del IV centenario del autor del Quijote el año pasado o del V centenario de Cisneros este son muestras de cómo una ciudad entera asume su legado histórico para mejorar su presente a través de su proyección internacional y el auge del turismo con el objetivo de acelerar el crecimiento económico y crear empleo.

Y digo ciudad entera porque una de las grandes tareas cuando se es Patrimonio de la Humanidad es concienciar a la ciudadanía de la importancia de serlo para hacerla protagonista de todo lo que se promueve en torno o en conexión con ese título. De forma que cada vecina y vecino se sienta partícipe de la apuesta institucional del Ayuntamiento y de manera que todo el municipio —el centro histórico, pero también los distritos— eleve su nivel económico y cultural a través de programas integrales.

Cuando el Rey de España entregue en abril de 2018 el Premio Cervantes a Sergio Ramírez en el impresionante paraninfo de la Universidad de Alcalá, estaremos en pleno desarrollo del XX aniversario de la declaración de la ciudad complutense como Patrimonio de la Humanidad.

Seguiremos aprovechando las oportunidades citadas. Pero también asumiendo en nombre de la humanidad la responsabilidad que se nos ha encomendado por la Unesco: cuidar de un patrimonio que nos define como mujeres y hombres de cualquier lugar del planeta. Porque la grandeza de Alcalá de Henares reside en haber recibido esa herencia, pero sobre todo en saber mantenerla y hacerla útil a las generaciones presentes y futuras.