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Primera operación conjunta de Mossos, Guardia Civil y Policía Nacional después de la tensión del 1 de octubre

Nueve detenidos y una docena de registros en Tarragona y Reus en la 'Operación Invictos' contra una trama de blanqueo del narcotráfico

Policías nacionales, en una imagen de archivo.
Policías nacionales, en una imagen de archivo.Quique García (EFE)

Los tres cuerpos policiales que trabajan en Cataluña -Guardia Civil, Mossos d'Esquadra, Policía Nacional- han vuelto a trabajar juntos por primera vez desde los roces y enfrentamientos que protagonizaron durante la jornada del referéndum ilegal del pasado 1 de octubre. Ha sido en el marco de la bautizada como Operación Invictos, en la que -junto con Vigilancia Aduanera- ha desmantelado en Reus y otros municipios de Tarragona una trama dedicada al blanqueo de capitales procedentes del  tráfico de drogas. El operativo ha sido dirigido por el titular del Juzgado de Instrucción 3 de Reus y se ha saldado hasta ahora con la detención de nueve personas y una docena de registros.

Más allá de la relevancia de la trama desmantelada -que fuentes policiales tildan de "menor"-, el operativo conjunto en el actual contexto es una señal de normalidad, después de la tensión de las últimas semanas por el proceso independentista y los reproches cruzados entre cuerpos policiales. Entonces, la colaboración en las áreas de investigación e información, donde Guardia Civil, Mossos y Policía Nacional suelen trabajar de forma conjunta, se vieron seriamente afectadas. En información, los desencuentros ya empezaron con el atentado terrorista de Barcelona del 17 de agosto debido a las acusaciones cruzadas de deslealtad. 

En investigación, las operaciones conjuntas judicializadas sobre crimen organizado estaban congeladas, a la espera de que alguien tomase la iniciativa. “La comunicación es únicamente la imprescindible. A la espera de acontecimientos”, señalaba a EL PAÍS hace algunas semanas un alto mando policial. En las gestiones diarias, también se produjo un retroceso y en las peticiones que entonces se hacían con una simple llamada unos y otros empezaron a exigirse que fueran por escrito. También en los dispositivos de seguridad entorno a los edificios estatales -donde Mossos y Policía Nacional compartían responsabilidad- se palpaba una frialdad entre los agentes que no existía hasta ahora.

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