Ahora, Madrid

En política hay errores de principiantes y errores de principios, actitudes equivocadas y aptitudes que son una equivocación. También hay cosas buenas, muy buenas, no lo duden. Parte de la labor de oposición consiste en construir alternativas desde los vacíos dejados, a veces creados, por todo gobierno. Lamento ser la aguafiestas que grite “¡el emperador está desnudo!”, pero que algo no funciona es ya un secreto a voces entre los sectores culturales de Madrid. Hablo en serio. Ahora Madrid no sabe tender puentes para dialogar con las restantes fuerzas políticas y con los sectores profesionales de la cultura. Y no saben hacerlo porque padecen el narcisismo típico de quienes confunden oportunidad con destino. Me pregunto por qué una formación que defiende teóricamente la colaboración y la participación, en la práctica se cierra herméticamente al diálogo y no utiliza mecanismos colaborativos para ejercer las políticas culturales.

Represento a unas siglas defensoras del dialogo y la colaboración. Puedo garantizar que siempre que se me ha convocado a una reunión he asistido. No ha habido una sola ocasión en la que me haya negado a recorrer la distancia que cubre el puente entre un conglomerado ideológico sin mayoría suficiente para gobernar y un partido que le dio la oportunidad de materializar las expectativas creadas entre los votantes de izquierda.

En el PSOE sí tenemos un plan articulado para la cultura de Madrid. Cada una de las propuestas que hemos llevado a pleno durante esta legislatura nos avala. Creemos en la gestión pública que impulsa, protege y garantiza el acceso a la cultura; defendemos los concursos públicos (por eso no aceptamos burdas fintas); y apostamos por un Consejo de la Cultura que evite a cualquier gobierno tutelar y entregar la cultura a los suyos.

El PSOE tiene una hoja de ruta abierta, trasversal y participativa. No improvisamos. Practicamos la coherencia de hacer lo que decimos. Ya no valen gestos ni decoración. No nos achicamos ante ese tono regañón (que en la alcaldesa es llevadero pero que en otras bocas resulta ridículo), no vamos a dejar de criticar lo que consideramos que está mal ideado y peor gestionado

Es la hora de trabajar para hoy y para mañana, es la hora de desterrar viejos vicios de amiguismo. Es tiempo de desechar el monólogo y de abrir el diálogo, de impulsar un modelo transparente y global en colaboración con el tejido cultural. Es la oportunidad de que ahora, Madrid, respire la cultura que siempre ha merecido. Los socialistas estamos en esta tarea y a ella invitamos a sumarse a cuantos deseen que Cultura y Madrid sean una pareja mayúscula e indisoluble.

Mar Espinar es concejal y portavoz de Cultura en el Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Madrid.