La sequía enfrenta a regantes y municipios turísticos en Tarragona
Ayuntamientos rurales y ecologistas denuncian que el agua es desviada para usos industriales y de ocio, en vez de respetar fines agrícolas o para el consumo humano
La tenaz sequía azuza conflictos enquistados. En Tarragona, la disputa por el agua del río Siurana ha reanimado las hostilidades entre los municipios rurales del interior y otros, cercanos al litoral, que se alimentan del turismo. El Priorat denuncia que se está haciendo un “uso fraudulento” de la concesión sobre el río y la plataforma Siurana Viu asegura que el pantano de Siurana está agotado porque el agua es desviada para usos industriales y de ocio, en vez de respetar fines agrícolas o para el consumo humano.
El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha abierto una investigación para aclarar la actuación de las administraciones públicas en relación a los problemas de abastecimiento de agua de varios municipios del Priorat. La diligencia recoge las quejas del consejo comarcal en lo referente a la falta de agua que afecta a municipios como Poboleda, Torroja del Priorat, Porrera, Gratallops, Falset, Bellmunt del Priorat y la Vilella Alta. La comarca tiene un arraigado sector agrícola y es un referente mundial en la producción de vino de alta calidad pero, supuestamente, la falta de agua cercena su desarrollo. El río Siurana es una arteria hídrica para la zona pero el agua se trasvasa al embalse de Riudecanyes, que abastece los municipios de la franja costera.
La Agencia Catalana del Agua (ACA) detalla que el pantano de Siurana, en Cornudella de Montsant, está al 12% de su capacidad. Es el que presenta los niveles de reservas más bajos de toda Cataluña. Aguas abajo, y a tiro de piedra de Reus, Cambrils, la Pineda, Salou y Miami Platja, el embalse de Riudecanyes está al 19%. Los ayuntamientos del Priorat, plataformas vecinales y entidades ecologistas como el Gepec reclaman detener el tráfico de agua por los problemas que provoca. Torroja ha restringido su consumo y el Ayuntamiento de Falset, la capital de la comarca, perforó de urgencia dos nuevos pozos para alimentar la red de abasto y alejar, así, la amenaza de restricciones. “Como Ayuntamiento, seguimos explorando todas las soluciones”, declaró el alcalde, Jaume Domènech, antes de añadir que el Consistorio se suma “a la reivindicación para recuperar el agua del río Siurana para el uso de la comarca del Priorat”. Uno de los argumentos que sostienen quienes quieren retener el agua cerca de los viñedos del Priorat y Montsant apunta a que el pantano de Siurana está bajo mínimos porque el agua es desviada para usos industriales y de ocio —excluídos de la concesión inicial—, en vez de usarse con fines agrícolas o para el consumo de la población.
La comunidad de regantes de Riudecanyes niega que se haya incurrido en un transvase excesivo y alega que el agua que sorben del pantano de Siurana abastece una zona urbana de 4.000 hectáreas. Desmienten que el agua se use para regar equipamientos turísticos y recuerdan que fueron los propios regantes de Riudecanyes, junto con ayuntamientos como el de Reus, quienes promovieron el embalse Siurana. Los regantes de Riudecanyes, que han denunciado a los Mossos d'Esquadra episodios de sabotaje, niegan que estén explotando el de Siurana y alegan que si el río baja seco es porque es susceptible a la escasez.
Denuncias en el Delta
El control del agua ha generado una fuerte tensión en el Delta de l’Ebre. Manolo Masià lleva 40 años presidiendo la comunidad de regantes y ha renovado su mandato tras unas elecciones controvertidas. La candidatura alternativa ha aireado amaños y el uso de votos delegados de difuntos. A su vez, el hijo de Masià ha denunciado injurias y calumnias del candidato aspirante, Dani Forcadell. Se da la circunstancia que Forcadell es concejal por ERC en Amposta y que Masià hijo es el presidente del PDeCAT en el mismo municipio.
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