Sant Antoni tendrá una ‘supermanzana’ en marzo
Las obras para restringir el tráfico empiezan el 6 de noviembre
Más que una supermanzana de tráfico pacificado y espacio ganado para los vecinos, como la de Poblenou, la de Sant Antoni, en el Eixample, será una super-supermanzana. Comprenderá más de 40 manzanas de la trama que diseñó Ildefons Cerdà. La diferencia con la del Poblenou es que el tráfico no se cortará totalmente. Solo parcialmente y por niveles: habrá vías básicas para los coches; vecinales, para los peatones, y locales, para uso mixto. Además, se crearán ejes cívicos: la ya existente avenida de Mistral y las calles de Borrell y de Tamarit.
El Ayuntamiento lo tiene todo a punto, también el consenso vecinal, aseguran, para comenzar las obras la próxima semana. La idea es que su puesta en marcha coincida con la del mercado, en marzo o abril del año que viene. Y que esté desarrollada al máximo en primavera de 2019, antes de las elecciones.
El ámbito de actuación de la supermanzana de Sant Antoni es ambicioso: arranca por el lado Llobregat en la plaza de Espanya, baja Paral·lel, sube la Ronda Sant Pau, la Ronda de Sant Antoni y por el lado montaña se cierra por la Gran Via. “Es la transformación más radical que ha habido desde la creación del Eixample”, mantiene el director de Modelo Urbano del Ayuntamiento de Barcelona, Ton Salvadó, que asegura que en Sant Antoni falta “espacio ciudadano: hay muchos problemas en las zonas que teóricamente son para peatones, con motos en las aceras, terrazas... y escasea el verde”.
El barrio tiene uno de los índices más bajo de zonas verdes por habitante: 0,87 metros cuadrados. Salvadó defendió el proyecto de las supermanzanas como básico para la salud de una ciudad donde hay altos niveles de contaminación, faltan espacios verdes, la accidentalidad es elevada por el exceso de tráfico y hay demasiadas emisiones. “La supermanzana</CF> cambia las reglas de uso”, sintetiza.
Además de la cruz que dibujarán las calles de Tamarit y de Borrell, las otras vías de uso vecinal serán la avenida Mistral, Rocafort, Parlament y Casanova. Por estas calles no se podrá circular para cruzar el barrio, sino solo para aparcar los vecinos. Además, con unas intervenciones urbanísticas, con mobiliario, vegetación y señalización en el pavimento, que obligarán a los coches a circular en zig-zag. Para que no tengan ganas de entrar si no es porque viven allí, vaya. “La funcionalidad de vivir en el barrio se mantiene intacta y se eliminan los coches que utilizan las calles para pasar”, resume Salvadó.
La intervención municipal en el ámbito de la supermanzana afectará desde la distribución de los usos hasta el mobiliario o la circulación, aceras y pavimentos. Y se hará con tres niveles de actuaciones: solo en la movilidad; mejorando la habitabilidad de las calles con elementos de quita y pon; o de manera estructural, reurbanizando con piedra.
Las obras comenzarán el 6 de noviembre en la plaza que se creará en la confluencia entre Borrell y Tamarit, junto a la cruz del mercado de Sant Antoni. También este mes ya podrán entrar en el mercado los tenderos para iniciar las obras de sus puestos, explica el gerente de Comercio y Mercados, Màxim López. En abril de 2018 deberían estar listas todas las obras, dentro y fuera. La concejal del Eixample, Montse Ballarín, aplaude “la llegada de un nuevo espacio para la convivencia y el comercio”.
Un proyecto de largo recorrido
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, asegura que las supermanzanas es "un proyecto de largo recorrido que no acaba en este mandato". "Arrancamos con una primera propuesta de cinco proyectos". Nadie da por hecho que a finales de mandato estén implementadas. Como tampoco que acaben los cambios en la del Poblenou, que se implantó a toda prisa y sin suficiente consenso y supuso una crisis para el gobierno de la alcaldesa Ada Colau, que tuvo que rectificar y permitir la entrada de vehículos. Mientras esto pasaba la prensa internacional aplaudía lo que llaman superblocks. Sanz defiende "seguir trabajando en complicidad con otros territorios" y asegura que tras Sant Antoni les tocará al casco antiguo de Horta, Sants-Hostafrancs y Les Corts.
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