Fredi Leis, el seductor con ángel
La nueva gran esperanza de los cantautores se gradúa en Madrid al tiempo que debuta en el cine por la puerta grande
Cumplió Fredi Leis los emblemáticos 30 años el pasado día 12 y el destino ha querido agasajarle con dos llenazos consecutivos en la Galileo Galilei, seguramente el mejor de los regalos que pudiera imaginar. Los frutos, por lo visto anoche, comienzan a caer del árbol de este cantautor compostelano de nuevo cuño, uno de esos muchachos sensibles que abre su corazón sobre el escenario y no enarbola más bandera que la de la sinceridad. El público que ayer le sonreía y casi reprimía el parpadeo era joven, de cualificada mayoría femenina y vocación manifiestamente entusiasta. Procede el aviso: cuando se encuentren con Fredi en citas más multitudinarias, no se lleven una sorpresa.
Leis canta y escribe, y defiende lo compuesto con una voz cálida, timbrada, de amplio espectro. Pero ahí acaban las semejanzas con el viejo arquetipo. Nuestro nuevo ídolo no es trovador de guitarra en ristre ni de puño en alto, y la libertad en las manos le permite ser más teatral, expresivo, diligente en el arte del aspaviento. Canciones como 'Vaya lío' resultan luminosas como una versión atlántica de Jack Johnson, mientras que 'Me quemas' testimonia un 'guasap' a la desesperada y 'La de los labios rojos' es la declaración de amor de alguien a quien le han relegado en la carrera de la conquista.
Fredi no va de chico irresistible, pero su capacidad de seducción salta a la vista. En las palmas recurrentes, en las miradas expectantes, en que una sala completa se conozca las letras de un músico con un solo EP en la calle y un debut discográfico que aún habrá de esperar a principios de 2018. Añadamos que las baladas son emotivas, de esas en las que la confesión aflora en cada recodo. Y que nuestro protagonista es un rapaz bien plantado, agradecido para los objetivos, familiarizado con la fotogenia, de flequillo grácil. Y pasa lo que ya pueden sospechar: que encajan todas las piezas.
Conste que Leis no es ningún pipiolo recién salido de su solitaria habitación. El gallego lleva ya algunos años sentándose al piano por los bares, pateándose el circuito de cantautores, propiciando el boca a boca y esa traslación al lenguaje contemporáneo que ahora se llama viralidad. Fue en el Libertad 8 donde le descubrió hace un par de años la mánager Rosa Lagarrigue, a la que contemplan décadas de fino olfato para las nuevas estrellas. "Aquella noche descubrí que tenía no solo talento, sino ángel", rememoraba anoche, ilusionada. Y, apropiadamente, con una copa de vino albariño entre las manos.
No ha sido la única en echarle el ojo. Carmen Carcelén, representante de actores como Dani Rovira, Jesús Castro o Jesús Carroza, le descubrió por YouTube y le consiguió un 'casting' para la nueva película de Dani de la Torre. ¿Resultado? Fredi ha rodado ya junto a Luis Tosar y Michelle Jenner un largometraje para el próximo año en el que le veremos como apuesto agente policial en los años veinte. Está visto: el ángel seductor, o el seductor con ángel, sigue bendecido por la estela de su particular camino de Santiago.
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