Barcelona homenajea a los trabajadores de la Rambla

Barcelona homenajeó ayer a los trabajadores de los comercios de la Rambla por el coraje y la ayuda que prestaron a las personas que quedaron confinadas, el 17 de agosto, durante el atentado perpetrado en el paseo más icónico de la capital catalana. Segundos después de que Younes Abouyaaqoub arrollara, con una furgoneta, a decenas de personas —dejando 14 muertos y más de 130 heridos— los trabajadores de la Rambla ayudaron a las decenas de turistas en busca de cobijo. Ayer, esos ciudadanos anónimos recibieron su homenaje.

El Ayuntamiento de Barcelona organizó el acto sobre el mosaico de Joan Miró, justo en el lugar donde se detuvo la furgoneta del atacante. Esa ubicación se convirtió en el altar más grande donde la ciudadanía colocó flores, velas y objetos en tributo de los fallecidos.

La alcaldesa, Ada Colau, quiso ayer dedicar un recuerdo especial para Silvina Pereyra la tendera de La Boqueria que falleció en el atentado. “Como alcaldesa os quiero dar las gracias. No solo por lo que hicisteis aquel día, habéis hecho que Barcelona se sienta segura de sí misma. Barcelona es más fuerte que nunca gracias a vosotros”.

Entre las autoridades que acudieron al acto se encontraba la concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, o el líder del PDeCAT, Xavier Trias. Pese a la presencia de cargos electos, el protagonismo del acto lo tuvieron varios de los comerciantes que expusieron los trágicos momentos que vivieron aquella tarde del 17 de agosto.

Entre los que tomaron la palabra estaba Marc, que trabaja en una tienda de jamones y que relató cómo en su día llegó a odiar el bullicio de la Rambla y como el silencio posterior al atentado le angustió para siempre. Un joven de origen Sirio denunció que los terroristas solo quisieron “crear odio y pánico sin importarles quién fueran las víctimas”.