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El ‘Montgolfier’ recorre los cielos de Aranjuez

La réplica del primer aerostato que sobrevoló España vuelve a inflarse para participar en una competición

Julio Núñez
El 'Montgolfier' durante el vuelo del pasado miércoles a primera hora de la mañana.
El 'Montgolfier' durante el vuelo del pasado miércoles a primera hora de la mañana.Kike Para

Una réplica del globo Montgolfier —primer aerostato que sobrevoló París en 1783 y España durante 1784— volvió ayer a surcar el cielo de Madrid con motivo de la inauguración de la competición aerostática Villa de Aranjuez El Deleite 2017, que se celebrará los días 13, 14 y 15 de octubre. Cuando el sol comenzó a iluminar los tejados del palacio de Aranjuez, cinco globos, entre ellos el Montgolfier, despegaron de la plaza de las Parejas para promocionar dicha competición bajo el patrocinio del Ayuntamiento de Aranjuez, un centro comercial y una empresa de gas.

El Consistorio declaró que la ciudad es parte de la historia del globo y que es un orgullo recuperar los festivales aerostato, que cada vez se van asentando más. "Vuelve a volar libre el globo de Aranjuez", añadió.La réplica que se elevó ayer fue guardada en un almacén unos años después de su fabricación en la primera década del siglo, y allí había permanecido desde entonces. En la competición participarán el próximo octubre alrededor de 20 equipos de dos personas cada uno, según informó la empresa organizadora, The Balloon Company. Es la tercera vez consecutiva que se celebra en la villa y es la primera que competirá un equipo femenino.

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"El único hándicap que tenemos en este negocio son los madrugones", comentaron los organizadores del evento antes del despegue de los globos. El sol es un elemento distorsionador de la atmósfera, la calienta de manera irregular y genera vientos térmicos. "Por eso volamos temprano. Durante la noche, al no recibir el calor del sol, la temperatura es más estable y es más fácil volar", explica Jacobo Lasaosa, piloto de globos. Comenzó a aficionarse al mundo aerostato cuando era un niño y ahora se gana la vida con ellos.

Una vez que los globos fueron inflados con gas propano, una media de ocho pasajeros subieron a las barquillas de mimbre con cámaras fotográficas preparadas. Por el walkie-talkie sonó una voz que decía: "Hay que intentar ganar todos los grados posibles a la izquierda. ¿Me recibes, Jacobo? No os disperséis".

Según Jacobo Lasaosa, cuando uno vuela en globo conoce el punto de salida pero nunca el de llegada, ya que la toma de tierra siempre depende de la velocidad y de la dirección del viento. En ocasiones, según explicó, es un problema si el descenso se debe hacer sobre una finca privada por las condiciones meteorológicas. "El del globo es un vuelo romántico, sin proyecto. Sabes de dónde sales pero nunca dónde vas a aterrizar. Eso tiene un componente de aventura que a veces se entiende y otras no", explicó. No obstante, aseguró que su equipo "siempre logra solventar todos los escenarios que se le plantean".

El piloto Jacobo Lasaosa desmonta la envoltura del globo tras el aterrizaje.
El piloto Jacobo Lasaosa desmonta la envoltura del globo tras el aterrizaje.Kike Para

Después de 20 minutos sobrevolando los tejados de Aranjuez, Lasaosa informó por su walkie-talkie de que se disponía a aterrizar. Tras elegir un sitio adecuado, entre el polígono industrial Gonzalo Chacón y la autovía de Andalucía, tiró de las cuerdas para abrir el hueco superior de la envoltura (conocido como paracaídas) y el globo comenzó a descender lentamente. Los quemadores no despedían fuego y el mimbre de la barquilla rozó el suelo hasta pararse. El certamen consiste en superar determinadas pruebas "de precisión", en las que los pilotos tienen que hacer uso de sus habilidades para conseguir el mayor número de puntos y subir al podio. No obstante, Lasaosa señaló tras el aterrizaje de ayer que las competiciones de globos no tienen un espíritu competitivo como en otros deportes y que lo importante es "disfrutar todos juntos de un buen día".

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