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A juicio los dos acusados de dejar impedido a golpes a un cura de Vigo

Le pidieron la confesión para entrar en la iglesia y robar 700 euros, el reloj y las gafas del párroco de Santa Rita

En la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, comenzará este martes el juicio contra P.Y.S.P. y A.L.B.R., dos ciudadanos de nacionalidad brasileña acusados de agredir brutalmente al párroco de la iglesia de Santa Rita, José Antonio Rodríguez Suárez, hasta dejarlo completamente impedido por las secuelas de los golpes recibidos.

Los acusados se enfrentan a sendas condenas de 15 años de cárcel que solicita el Ministerio Fiscal por los delitos de robo con violencia e intimidación, y lesiones agravadas. También el fiscal les reclama más de 400.000 euros de indemnización para la víctima, así como otros 9.500 euros anuales para los gastos de rehabilitación que esta precisa por las secuelas que padece.

Según describe el escrito de acusación del fiscal, el 8 de octubre de 2016 ambos acusados, que permanecen desde entonces en prisión provisional por estos hechos, con el único propósito de perpetrar el robo, entraron en la iglesia y con el pretexto de solicitar confesión al párroco, accedieron a su despacho. Nada más entrar en la estancia, uno de ellos le agarró mientras el otro cogía la llave para abrir la caja de caudales en la que había unos 700 euros en efectivo y diversas joyas. También se apoderaron del reloj y las gafas de la víctima antes de abandonarlo gravemente herido.

El párroco, de 82 años, intentó defenderse pero fue tirado al suelo donde recibió múltiples patadas y golpes en la cabeza. Como resultado, el sacerdote sufrió diversas erosiones superficiales por las que recibió asistencia facultativa en un centro hospitalario, y al día siguiente le sobrevino una grave complicación cerebral por lo que ingresó en urgencias y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Además, en los días siguientes, sufrió complicaciones y precisó una traqueotomía y una sonda de alimentación al empeorar su estado después de resultar infectado por una bacteria hospitalaria.

Las graves secuelas que sufre actualmente le mantienen postergado en una silla de ruedas y afectan a más del 95 por ciento de su movilidad, hasta el punto de que no podrá asistir al juicio, aunque este se celebrará igualmente ya que la víctima prestó declaración ante la policía y reconoció a sus agresores.

Según consta en uno de los últimos partes médicos, su estado es muy débil. La cánula de la traqueotomía fue retirada a finales del mes de marzo de 2017, pero la víctima no ha recuperado la capacidad de fonación anterior, y no tolera la alimentación sólida.

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Advierten también los facultativos que las lesiones requieren de un tratamiento rehabilitador y de fisioterapia duradera pero este no ha podido ser concretado al no encontrarse el enfermo capacitado para afrontarlo. Tampoco se ha podido determinar el daño neurológico producido definitivamente debido a la lenta recuperación del enfermo.

Las investigaciones policiales permitieron la detención de los dos presuntos agresores apenas un mes después de que asaltaran la iglesia y agrediesen a su párroco. Tras prestar declaración en un juzgado de Vigo se decretó su ingreso en prisión donde permanecen desde el 3 de noviembre de 2016.

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