“Me contagio del subidón de la gente”
Muerta Sánchez, una inquieta 'dj' barcelonesa, prepara nuevos proyectos con su 'alter ego'
El subidón. Ese momento en el que casi al unísono y de forma espontánea el público levanta las manos, salta o vocea a rabiar una canción hasta quedarse sin voz. En el que todo el mundo quiere subirse al podio. En el que uno decide perder su turno en la barra para volver con los sus colegas a la pista a darlo todo. Y en el que Muerta Sánchez incluso puede lanzarse en plancha desde el escenario. “Es que debemos transmitir”, dice tajante esta dj barcelonesa. Y vaya si lo hace. Antes de pinchar en Travessera de Sant Antoni, en las fiestas de Gràcia, repasa la pantalla de su portátil. Se pone una visera y arranca. Freed from desire. Mira a su alrededor y sonríe: la fiesta ya está encarrilada.
Muerta Sánchez es el nombre que usa Marta Sanmartín cuando está detrás de la mesa de mezclas. El show está en su ADN. “Siempre me ha gustado la noche. En casa ya había afición por la música. Estudié en el Liceo, hice cabaret y en las fiestas que hacíamos con amigos siempre acababa detrás de la barra pinchando”, cuenta. Trabajó en la productora de Operación Triunfo y ahora en el departamento de comunicación y márketing de un gimnasio.
Su faceta de dj empezó hace unos seis años, en un camping de Malgrat de Mar en el que trabajaba de animadora. Hasta que un día le propusieron algo nuevo: pinchar en una fiesta de ambiente y canalla. “Los chicos de La Ká me dijeron que tenía que buscarme un nombre. Y yo les dije que no podía, que estaba muerta. Y entonces sugirieron ese nombre, Muerta Sánchez”, ríe.
"De mayor quiero ser pequeña"
¿Dónde irías de vacaciones? A Croacia.
¿Qué quieres ser de mayor? Yo de mayor quiero ser pequeña.
¿A qué huele el verano? Para mí a una mezcla de mar y coco.
¿Eres más de tinto de verano de gin-tonic? ¡Tinto de verano!
A la media hora, su público de Gràcia está ya entregado. Está en todo. A la pantalla del portátil, pero también a la reacción de la gente. Cuando todos se vienen arriba, ella también. Tras varios temazos, decide recuperar Saturday night. Y no lo duda ni un instante: da media vuelta y sube a bailar al escenario. “El reto de un dj es mantener la pista arriba”, advierte. Tras unos años tras la mesa de mezclas, ya tiene tablas. Y seguidores. La fiesta de La Ká pasó de un bar a una discoteca. Y ella, de tomarse sus noches de dj como hobby a afrontarlo como una profesión. “Es lo que me gusta”, reconoce. Es residente de La Ká, pero está en todos los saraos que puede. En bares, en fiestas mayores o en fiestones, como Churros con Chocolate o Somoslas (Apolo) o Las Cinco (Razzmatazz).
En una sesión de Muerta Sánchez puede pasar de todo. Desde que suba a la barra hasta que se tire al público. Y no, no es un personaje. “No finjo, sino que saco mi parte más extrovertida”, sostiene. La intensidad de su sesión en Gràcia va creciendo. Tiene claro que algunos temazos no pueden faltar. “Ni Queen, ni Dirty dancing ni Raffaella Carrá suelen fallar”, sonríe. Pero Muerta mezcla indie dance, electrohits, música disco, temas de lo más ochentero o noventero hasta techno.
Marta —o Muerta— es inquieta, curiosa, innovadora. Y no quiere detenerse aquí. Acude a todos los festivales que alcanza, se está formando en creación de eventos y ya ha lanzado un nuevo proyecto que ha supuesto el nacimiento del alter ego de Muerta Sánchez. “Quería salir de la fiesta de discoteca y de domingo para hacer algo nuevo. Hay gente que empieza muy buena a la que hay promocionar. Y planeamos fiestas entre semana en otros ambientes, muy cuidados, más especiales, con un diseño muy trabajado, siempre con buen rollo...”.
Se encerró un fin de semana con su pareja, cuenta, para acabar de perfilar la idea. Y, resuelta, decidió no esperar más. En julio lanzó la primera Cactus Clap en un ático de los Jardinets de Gràcia. Y allí estrenó su antagonista: Santa Marta. “Otros djs también tienen su alter ego. Seguiré siendo Muerta Sánchez e iré a todas las fiestas, pero a partir de ahora también seré Santa Marta”. La antagonista de Muerta Sánchez se estrenó pinchando electrónica y deep techno. Y ya tiene su primer bolo, el próximo domingo en el Eufònic Festival.
En Gràcia, al cabo de una hora ya se han visto congas, espontáneos en el escenario y algún que otro turista subido a las barandillas. A ella también se la ve eufórica. “Me acabo contagiando por el subidón de la gente”. Una sensación que, dice, no siente cuando está abajo, de público. Es el turno de Europe. Otro temazo: The final countdown. La plaza se viene abajo. Ella, arriba. El subidón.
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