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Barcelona gana 120 viviendas construyendo en terrados

Un total de 33 edificios de la ciudad que no tenían agotada la edificabilidad han crecido en altura con lo que se conoce como remontas

Clara Blanchar
Uno de los módulos prefabricados.
Uno de los módulos prefabricados.Joan Sánchez

En los últimos tres años, el Ayuntamiento de Barcelona ha otorgado licencias para construir hasta 120 pisos aumentando la edificabilidad de 33 edificios ya terminados. Es lo que se conoce como remontas, o jurídicamente derecho de vuelo, construir sobre edificios existentes. Para poder obtener estas licencias es necesario que el edificio tenga un remanente de edificabilidad: esto es, que de acuerdo al planeamiento de la zona, pueda crecer en superficie edificada construyendo más plantas.

El otro requisito indispensable es que el promotor de la remonta instale ascensor, si la finca no tiene; y que la escalera de acceso a las nuevas plantas tenga un ancho mínimo de 80 centímetros. También se exige poner al día los espacios comunes en materia de seguridad contra incendios y adaptar los patios de luces a la normativa vigente.

Las licencias otorgadas para remontas se reparten por varios barrios. La mayoría corresponden a fincas del Eixample. Y es así porque cuando se construyó de acuerdo al Pla Cerdà no había presión para edificar: cuantos más pisos se levantaban, más caro era, y además no había ascensores. De ahí que sea donde más edificabilidad hay por agotar. Con todo, también se hacen remontas en Ciutat Vella o en edificios de los barrios de Sants, Horta, Poblenou, Les Corts, Guinardó o Porta (Nou Barris). En 2015 urbanismo otorgó licencias para remontas a 18 edificios que sumaron 68 pisos; en 2016, a 13 inmuebles que suman 42 viviendas y en lo que va de año han dado licencias a dos edificios para hacer diez pisos. En cada caso, la cifra de viviendas construidas varía: hay remontas de una sola vivienda y otras de hasta 12 nuevos pisos en varias plantas.

Sobre los sistemas constructivos, el más habitual es sumar plantas con obra tradicional, pero también se están haciendo remontas con módulos prefabricados. Pisos que se montan a piezas y con grandes grúas se encajan en los terrados, que previamente han sido reforzados o rehabilitados para permitir también que crezca en altura el ascensor. La ventaja es que los plazos de construcción se acortan (con los módulos instalados solo falta conectarlos a los servicios) y las molestias a los vecinos se reducen. Los requisitos técnicos son los mismos que para levantar pisos de ladrillo.

Fuentes del área de Urbanismo subrayan que en muchos casos las comunidades salen beneficiadas, “porque los promotores se encargan de la rehabilitación de las fincas y de mejorar servicios e instalaciones”. Las mismas fuentes diferencian las remontas que se están autorizando ahora “con las que se impulsaron durante la época del porciolismo [por el alcalde José María Porcioles], que se autorizaron sin tener en cuenta los criterios arquitectónicos y las características a las fincas”. A esta época corresponden la mayoría de remontas que se aprecian solo paseando por el Eixample y levantando la vista: muchas veces, pegotes lisos y sin ninguna gracia sobre edificios con balcones, forjados o esgrafiados.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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